Capítulo 1

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Me movía por el aire, ayudado con las tiras de tela que había conseguido gracias al desgarramiento de la ropa de la cama. Las utilizaba como arneses para conseguir un poco de diversión en aquella celda. No sabía cuánto tiempo llevaba encerrado, pero lo suficiente como para haberme convertido en un profesional a la hora de utilizarlas y balancearme en ellas. Aquel día tenía pensado ensayar una nueva postura. Puse mi cadera sobre la tira y dejé que mi cuerpo quedara suspendido sobre el aire. Estaba mirando hacia abajo y, aunque esa postura podía causar vértigo en mucha gente, para mí era la más hermosa de todas y la que más adrenalina me hacía expulsar. Sonreí una vez estuve seguro. Comencé a levantar mis piernas, dejándolas apoyadas en las tiras que magníficamente se erguían hasta los barrotes superiores de mi celda. Reí y grité eufórico al haber llevado a cabo con éxito esa pose.

Sin embargo, como muchas veces pasaba, la puerta de la sala en la que mi celda se encontraba se abrió. La sonrisa se borró de mis labios al ver de quien se trataba. Con las fuerzas de mis piernas, me senté sobre la tira para, posteriormente, ponerme en el suelo de un salto. ChanYeol me miró a través de los barrotes con cara seria. Parecía un poco preocupado y eso me hizo sentirme feliz por dentro. No quise disfrazar mi felicidad por fuera, por lo que sonreí de forma retorcida.

- ¿Algo no ha salido como querías, Park? – reí de forma alocada, mientras posaba mis manos en dos de los barrotes y ponía mi rostro entre ellos.

- En cuanto te diga lo que ha pasado, vas a borrar esa sonrisa que me muero por destrozar – levanté una ceja y estiré mis brazos para alejarme un poco. ChanYeol se tomó su tiempo para continuar -. Tu tan ansiado encuentro con Zi Tao va a producirse muy pronto, SeHun – sonreí ampliamente y adopté, de nuevo, la misma postura.

- ¿Tanto te preocupa eso? – pasé mi lengua por mi labio inferior -. Llevo esperando mucho tiempo por este momento para poder vengarme de ese malnacido.

- Entonces... - se acercó con precaución, como si yo fuese una amenaza pese a estar inutilizado por la jaula en la que me tenían prisionero -..., después de tantos años, ¿sigues queriéndote vengar?

- Entiendo – hice una pausa para que todos apreciaran mi malévola sonrisa -. Lo que temes es que SeHun te traicione – entristecí mi rostro, llevando mi labio para abajo y poniendo ojos adorables -. ¿Es que no te fías de mí? Vas a hacer que llore – mi escandalosa risa se dejó escuchar por toda la sala, al igual que mis pasos al adentrarme más en la jaula para subirme de nuevo en mis lazos -. Créeme, Park, tengo yo más deseos de verlo muerto que tú, así que déjame todo a mí. Dime todo lo que sepas y yo trazaré mi propio plan. Prometo que volveré aquí dentro, coartado de mi libertad, y que buscaré la forma de escaparme de mi celda lo más honestamente posible, aunque... ¿hay honestidad en aquel que quiere escapar de la ley? – llevé uno de mis dedos a mi labio inferior para pensar. Luego, hice un ademán con los hombros -. No lo sé, y tampoco quiero seguir pensando en ello.

- Cada vez, tu mente está más tocada...

- No te preocupes por mí, amigo – adopté mi nueva pose y sonreí complacido por mi segundo éxito al volverla a hacer. La tenía totalmente dominada - ¿No sabes que entre locos nos entendemos? Por eso, soy el mejor para borrar del mapa a Zi Tao. Ahora, deja los informes con toda la información ahí y yo me encargaré de echarles un vistazo en esta deprimente, solitaria y taciturna habitación – puse una mano en mi pecho y fingí estar afligido.

ChanYeol, vencido, hizo lo que le indiqué y me dejaron solo. En cuanto la puerta se cerró, volví a bajar de mi columpio para mirar los informes.

- Un día, dije que no quería un final para nuestra relación. Pero nunca dije que no quisiera tu fin, pastelito – mi sonrisa se amplió y emitió una risa que haría temblar a cualquiera.

Crazy In LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora