Pensamientos de una chica adolescente

C a p i t u l o 3

Cuando era niña yo soñaba con ser una adolescente, contaba los días para serlo, pero ahora que soy una me doy cuenta que no tiene nada de extraordinario serlo. Mientras mas creces mas responsabilidades obtienes, y las sanciones por no cumplir con tus obligaciones son aún peor.

¡Odio las reglas! Lo gritaría a los cuatro vientos si pudiera, aunque realmente lo puedo hacer, no quiero que los vecinos se den cuenta de que estoy loca, o al menos no más de lo que piensan. Esta semana me castigaron con mi celular y cualquier red social que tengo; lo malo de la situación, David.

David es un chico guapísimo de mi instituto, tiene mi edad y no hay ni una chava que se le resista, ¿y saben qué? Poseo una ventaja sobre todas ellas, mis padres son amigos de los suyos así que nos conocemos desde que éramos niños, desventaja, solo me ve como una amiga, segunda desventaja, eh faltado al colegio por lo que no lo eh visto en una semana y sin redes sociales no tengo como comunicarme con él, el problema es que el lunes que fue el ultimo día que lo vi me invito a salir.

- Oye Hanna ¿Qué te parece si salimos este domingo? –. Esas fueron sus palabras exactas.

Con lo torpe que soy me quede como estatua pensando si de verdad había pasado, si me estaba invitando a salir ¿acaso está dando el primer paso? Pensé, pero a pesar de que quería decirle que sí, mi boca no funciono y fui arrastrada por todos los alumnos hasta la salida, así que lo único que le alcance a gritar fue un – te digo mañana -. Así es amigos soy todo un fracaso pues no fui al siguiente día y no he hablado con él para hacerle saber que si quiero ir.

Situación actual, es viernes, faltan dos días para el domingo y lo mas seguro es que no tenga mi tan anhelada cita con el chico de mi sueño por culpa de mi estupidez. Denme el premio a la persona más estúpida que me lo merezco.

Creo que eh tenido este flechazo por David desde que tengo 8, aunque de niño era todo un debilucho e incluso media menos que yo, ahora de chaparro no tiene nada y de debilucho menos, para que mentir, esta como quiere, y yo lo quiero para mi solita.

¿acaso mi suerte puede empeorar? Por fin me invita a salir y yo no le pude responder ¡dios ya mátame por favor!