Labios

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Estos besos, como habrás adivinado, son sin duda los más importantes. Los más pequeños y más escurridizos, pero igualmente son los mejores. Son besos que calientan el alma a más de cuarenta grados y te hacen hervir la sangre.
Pero no de furia, no de enojo.
Es tanto la tensión del momento, del roce que nuestras rodillas se dan, cuando el corazón se prende en llamas.
Estos besos no son igual que los otros. No se sienten igual. No saben igual.
Las películas nos intentan convencer desde niños que cuando nos besamos es algo hermoso, algo inhumano. Algo cuasi perfecto.
Y joder, cuando te robé el primer beso, dejaste en ridículo a todas las putas películas.
Estos besos son los más importantes porque se estancan en tus labios, en tus facciones, en tus recuerdos.
Se estancan en esa sala de cine. En ese parque. En ese mes.
Son los más importantes no porque se queden, sino porque cuando te tienes que ir, ellos se van contigo.
Y eso, eso es lo más difícil de sentir.
Porque la sangre deja de hervir y las manos ya no tiemblan, tus labios se sienten vacíos y tus recuerdos saben que les falta algo.
Dicen que después de tres meses se elimina casi completamente los rastros de alguien a quien besaste.
No le desearía a nadie que sufra de esa manera.
Olvidando besos de azúcar que no quieren ser olvidados.

¿Por qué los besos en los labios son los más importantes?
Porque son pequeñas partes
de un amor que fue más fuerte
que el cataclismo en persona.

Partes del cuerpo en los que los besos se estancanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora