|| Prólogo ||

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La oscuridad había tomado dominio total del cielo cuando salió del club. La música y varias risas de adentro lo motivaban a volver a entrar, relajarse y olvidarse de sus problemas, pero sabia que si perdía un minuto más sus superiores se molestarían y eso no significaría nada bueno. No es que les tuviera miedo, pero el simple hecho de tener que recibir un sermón por décima vez sobre lo malo que era ser impuntual resultaba peor que la sensación de mareo que ahora sentía por pasarse con sus tragos. Estaba hecho un desastre, con su ropa impregnada de una mezcla de alcohol, sudor y cigarrillos(sin mencionar lo restante del vomito en su zapato. Ese imbécil se las pagaría, si tan solo hubiera visto mejor su rostro).

Su teléfono empezó a sonar en el momento en que se hallaba en la calle, tras salir del callejón. Esperó unos segundos en responder.

"¿Diga?" su voz sonaba ronca, aunque no era algo del otro mundo. Solo quería llegar a casa, darse una ducha y meterse en su cama. Al diablo con la cita.

"¿Estuviste bebiendo otra vez?" pregunto la persona al otro lado de la linea.

" ¿Como puedes preguntarme algo como eso? Por supuesto que no, ademas no te han enseñado que primero se dice 'hola, ¿como estas?' Dios."

"Dime donde demonios estas antes de que llame a Greg para que lleve tu maldito trasero a-"

"Calma, estoy bien" volteó al mismo callejón de donde había salido y vio las gigantescas letras que adornaban el lugar. Eran muy bonitas, y debido a la noche decidieron encenderlas" La verdad es que...ugh, me atrapaste. Si estoy en un club"

Este no pudo evitar reírse.

"Maldito, y yo pensando que estabas en tu departamento" suspiro "En fin, voy por ti. ¿En cual club estas?"

"El unicornio feliz" era probablemente el nombre mas estúpido para un club, pero era conocido por un buen ambiente.

"Bien idiota, me debes una. Espero que estés presentable porque ya no tenemos tiempo. El jefe dice que esto es importante"

"Amigo, el jefe siempre dice que todo es importante. Espero que se trate de algo mejor que chicos recién cumplidos los 18 robando aparatos electrónicos" dijo el mientras se sentaba en la calle, sin importarle que el vago que iba pasando lo mirara de manera peculiar. En mas de una ocasión, han sucedido crímenes así y a este no les gustaban para nada. No entendía porque algunos chicos lograban desenfrenarse de esa manera, y si,quizás a los 18 era la edad legal de cada ciudadano a salir por las calles de noche pero de todas maneras... ¿cual era su problema?

"No, esto es diferente" su tono se volvió serio en un parpadeo "A vuelto a suceder"

Aquello le llamo la atención.

"No es cierto"

"Si, y esta vez se trato de una chica"

"Crees que sea la misma chica de la que hablo...?"

"Puede ser, pero no estamos del todo seguros" fue entonces que vio unas luces no tan lejos donde el estaba,y después de mirarlo por unos segundos se dio cuenta de que se trataba de un auto "Creo que ya te vi, quédate donde estas"

"De acuerdo"

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" ¿Alguna vez te he dicho lo atractivo que eres?" dijo el con una sonrisa mientras se acomodaba en el asiento del copiloto, tratando de calmar a su amigo quien lo veía como si fuera a asesinarlo en cualquier momento.

"No me vengas con tus idioteces ahora, Elliot. Sabias que hoy teníamos-"

"Y no me hagas hablar de tus ojos. ¿Sabias que en las fotos que te han tomado recientemente se ven algo dorados?"

Shadow Guns [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora