El mundo en manos del amor

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Prologo 

-mama tenemos que irnos, no podemos perderlas esta vez- le decía hayley a su madre, el mes pasado no alcanzaron a las camionetas que los llevaban a la colonia por la terquedad de su madre, y no permitiría que volviera a ocurrir lo mismo.

-hija, no podemos dejar nuestra casa, hemos estado bien aquí sobreviviendo, podemos seguir aquí hasta que la guerra termine.- respondio sara, su madre

-no mama, tu no entiendes, hemos estado sobreviviendo solo por cuestión de suerte, no podemos seguir aquí y lo sabes, es peligroso, vámonos porfavor-

-Hayley, mi niña, tu padre y yo hemos tomado una decisión hace rato, yo sabia que no aceptarías quedarte, por eso queremos que ustedes se vaya, nosotros no podemos dejar esta casa, es nuestro hogar, llévate a tus hermanos y cuidalos, cuídate tu y vivan la mejor vida que puedan conseguir en la colonia-

-mama no puedo hacer eso, tienen que venir con nosotros, construiremos otra casa, seremos felices juntos de nuevo, porfavor vengan con nosotros, no hagan esto!-  las lagrimas no dejaban de brotar por las mejillas de hayley mientras, desesperaba, intentaba hacer que su madre entrara en razón, pero sabia que era en vano, nunca conseguiría convencerla, por lo que tuvo que tomar la decisión mas difícil de su vida, por el bien de sus hermanos y por el suyo propio, dejaría a sus padres por mas destrozos que eso le hiciera a su corazón.

-hija, quiero que sepas que tu padre y yo los amamos infinitamente, jamas dudes de eso si?. Todo lo que hacemos es por ustedes, por su bienestar, son lo mas maravilloso que la vida nos dio y se porque hacemos esto asique confía en nosotros, llévate a tus hermanos y váyanse porfavor antes de que las camionestas se vayan sin ustedes- madre e hija de abrazaron y lloraron por lo que fue un eterno adiós.

-vamos Austin, corran!- le decía Hayley a su hermano menor. Eran una familia de 7 integrantes, ahora solo serian 5, sin sus padres seria muy difícil reconstruir esa vida que el gobierno les había quitado tan cruelmente. Connor, el mayor de los 5 hermanos, los esperaba en la colonia al sur de Carolina del norte. El había escapado hace unos meses atrás, incapaz de quedarse a pasar hambre otro dia mas, Hayley siempre lo odio por eso, y cada vez que connor llamaba ella jamas quería hablar con el, pero esta vez debería hacer una excepción.

Las camionetas estaban estacionadas justo en la esquina de lo que hace menos de un año había sido la hermosa plaza de los alamos, a 2 cuadras de la casa de la familia Bennet.

En la camioneta en la que los hermanos iban a subir solo había espacio para 2 personas y ellos eran 4, el destino de la camioneta continua era distinto al que los hermanos Bennet necesitaban llegar, y en ella solo cabian 3 personas, por un segundo hayley maldijo a su madre por hacerla perder tanto tiempo, pero luego descarto esa idea de su mente. 

-Noa y yo iremos en la otra camioneta, váyanse con connor hayley, luego nos encontraremos, hare lo posible!- dijo Austin, hayley no entendia cuando su hermanito había crecido tanto, ya tenia 15 años, pero al mirarlo y escucharlo hablar, uno pensaría que ya es mayor de edad, la opresión en el pecho que sintió Hayley por su hermano era tan dolorosa como lo había sido la despedida con sus padres, pero en esta ocacion hayley no podía permitir que su hermano se fuera con Noa, de tan solo 9 años, ella prometio cuidarlos y asi lo haría.

-Austin ni creas que los voy a dejar, volveremos a casa y esperaremos a las próximas camionetas-

-Hayley, piensas que sobreviviremos otro mes sin que los passetor nos atrapen?, estuvieron a punto de hacerlo 4 veces y no faltara oportunidad esta vez, vayan en esa, que nosotros los encontraremos luego, hazlo!, te prometo que estaremos bien! Vete!- lagrimas corrian por el rostro de hayley y abrazo a su hermano con todas las fuerzas de las que fue capaz y se marcho con su hermana a la camioneta que las llevaría con Connor. Si el destino asi lo quería, se volverían a encontrar y lograrían llegar al final de esta guerra juntos.

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