L.O.V.E Machine

Rojo

-Pasame las tijeras – dijo DeathMask una vez recuperada la compostura.

-¡Yo quería abrirlo! – dijo Dita haciendo berrinche infantil con puchero incluido y todo.

-¿Quiéeeen pagóooo con la tarjeta de créditooooo? – le hizo burla DeathMask pasando su dedo de arriba abajo por el labio de Dita que hacia pucheros.

Dita reconoció la derrota monetaria, buscó las tijeras y se las entregó diligentemente. Se quedó parado frente a DeathMask, al otro lado de la mesa de la cocina. Moría de ganas por ver su cara cuando lo sacara del embalaje.

DeathMask no podía ser más lerdo para eso: con demasiada calma para Dita, pasaba el filo de las tijeras por los bordes de la caja para cortar la cinta mientras Dita hacia palmas como animándolo.

DeathMask sacó el contenido y lo apoyó en la mesa. Cruzó un brazo por delante de su pecho, apoyo el codo del brazo contrario sobre el que tenía cruzado y se llevó una mano al mentón, sopesando la situación.

Dita lo miraba expectante, los antebrazos apoyados en la mesa y recargado sobre ellos, esperando una reacción por parte del italiano.

-No está mal... Nada mal... - dijo finalmente DeathMask, dándole un largo trago a su botellita de cerveza, tratando de ocultar el calor que subía por el cuello e inundaba sus mejillas al pensar en lo que Dita podía llegar a hacer con eso.

-¿Nada mal? - preguntó asombrado Dita por la falta de reacción de DeathMask - ¡Es genial! – rebatió tomando el objeto entre sus manos – Y mirá... - dijo apretando un botoncito haciendo que se prendiera una luz dentro del vibrador volviéndolo rojo.

A punto estuvo DeathMask que escupir la cerveza que estaba tragando mientras Dita estallaba en una sonora carcajada y aplaudía feliz por la nueva compra.