1/160

19 1 0
                                    


El amor puede doler 

A veces, el amor puede doler

Pero es lo único que conozco...

Sólo su cabello negro se logra ver entre las sabanas y su colchón impecable, sólo el moverse le da placer, mientras siente una luz fuerte entre sus parpados, el sol le esta picando el rostro, "¿sol?" piensa entre sueños "¿por qué hay sol a las 5 de la madrugada?", dormitando se gira boca abajo un poco mejor entre sus sábanas blancas, tal vez su sueño provocaba esa sensación de querer despertar oh tal vez...

Quita sus sabanas como un desquiciado, su forma abrupta de levantarse es tanta que sin más cae de cara al suelo, cuando a sus propias cobijas se les ocurre atarlo de pies, pero se obliga a omitir el hecho, borra el dolor y continua con su apresurada mañana, le da miedo ver la hora, el sol esta lo bastante alto para que entre perfecto por la ventana, lo que quiere indicar algo, "peligro" así que toma unos jeans azules y una sudadera guinda perdiéndose en el baño, limpia su cara, cepilla sus dientes y sale corriendo, pero antes de girar la manija de la puerta principal, mira la nota azul  y reafirma sus pensamientos "el autobús pasa a una cuadra de su casa a las 7 hrs en punto".

Sale corriendo con más que una mochila en su espalda y espera al elevador, le da miedo llegar tarde, sera su 3er retardo en el mes y seguro que Jonghoon no lo dejará tranquilo, presiona aproximadamente 30 veces el botón del elevador hasta que por fin se abren las puertas de la caja de metal.

Su vida no puede estar más jodida, dentro hay un sujeto que el peli negro quiere ignorar, y borrar de su camino, prefiere llegar aun más tarde antes que subir con él pero no tiene el valor para hacerlo... no debe ser tan imprudente de retrasarse aún más.

El vecino del departamento de al lado le regala una sonrisa torcida, con sus ojeras rondando sus cuencas y su cabello un poco más alborotado de lo normal, huele a alcohol, su ropa es un lió, su cabello enredado, pero su cara es linda, es estética y combate con todo el desorden de su porte. Seunghyun entra al elevador frunciendo el ceño, estira el brazo para presionar "planta baja" pero justo antes de hacerlo su vecino se adelanta.

Seunghyun jura que este tipo lo hace a propósito. El elevador eventualmente se cierra, ambos bajan juntos Seunghyun sólo puede mirar de reojo a ese desorden humano, las manos le sudan y ruega por llegar lo antes posible, es incomodo... lo bastante como para que el silencio sea prácticamente palpable.

Hasta que el sujeto de aspecto peculiar decide terminar con toda aquella incomodidad.

- Niño perfecto, vas un poco tarde ¿no crees? – su voz ronca se deja escuchar, su cansancio es evidente, pero igual tiene ese tono prepotente rosandole los labios- ¿se te pegaron las sabanas?

Seunghyun se limita a guardar silencio, mueve su pie para desatar en ese acto su ansiedad, el viaje de elevador esta siendo absurdamente largo, pero por fin la planta baja llega, el ascensor se abre y Seunghyun casi sonríe de alivio cuando su incomodo viaje ha terminado, sólo da un paso para estar fuera, quiere correr y evitar a ese estúpido ser humano, pero su cortesía lo obliga a dar una reverencia para despedirse, aun si es de mala gana,  el tipo del 128 lo ignora presionando de nuevo el botón que hará al elevador comenzar a subir una vez más.

Seunghyun traga en seco cuando ve a ese chico siendo cubierto por el cerrar de las puertas, y lee con una claridad calculadora "adiós bonito" saliendo de sus labios, le causa un escalofrió terrible, pero ya no tiene tiempo para esperar que su vecino baje de nuevo y reclamarle, aun con eso en mente sale corriendo hasta la parada más cercana de autobús, es  aterradoramente tarde, aunque le preocupara más no encontrar a la persona de la parada 11, cien veces más de lo que le preocupan los regaños de Jonghoon.

160Where stories live. Discover now