•• Capítulo 12 ••

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Los Ragnarsson y yo nos acercábamos hacia donde se encontraba Floki cargando cosas a un pequeño barco

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Los Ragnarsson y yo nos acercábamos hacia donde se encontraba Floki cargando cosas a un pequeño barco.
Si, Floki se iba.
Pero no de nuevo a Kattegat, sino que según él, iría donde los dioses decidan.

Su corazón estaba roto, él estaba perdido y sin propósitos en la vida. Quizás lo mejor sea tomarse un tiempo para él, para reencontrarse con su verdadero destino.

Me encontraba junto a Ivar, ambos sentados en el suelo alejados de todos, incluso de sus hermanos.
Floki comenzó a despedirse de cada uno de ellos, para luego llegar a Ivar y bromear con un mala broma entre ellos. Y finalmente, llegó a mí. Se sentía nervioso, quizás no sabía como despedirse de mí, ya que por más que nos llevaramos bien no teníamos demasiada confianza.

Me levanté en un salto y lo abracé, colocando mis brazos alrededor de él y mi cabeza en su pecho. A los pocos segundos respondió mi abrazo, respirando con pesadez. No por que vaya a extrañarme, pero seguramente el reconfortable abrazo de una mujer es lo que necesitaba.
Al separarnos, tomó mi mentón con su mano, logrando elevar a penas mi rostro fijando mis ojos en los suyos.

— Cuídalo... — me murmuró, señalando con sus ojos al sensible hombre que se encontraba sentado al lado mío. — ...Freyjadóttir — fue toda una sorpresa para mí que lo haya dicho. Hizo un raro ademán con su mano primero mirándome a mi y luego elevando la vista al cielo.

Mientras veíamos partir al constructor de barcos, todos comenzaron a gritar por él. No sólo un simple carpintero, sino un gran guerrero y amigo.
Me coloqué de cuclillas al lado de Ivar y posé mi mano izquierda sobre su mano derecha, mientras él veía alejarse a quien se había comportado como un padre durante toda su vida. Me miró a los ojos y sólo atiné a tratar de tranquilizarlo.

— Es mejor perderse para poder encontrarte con tu propio destino. Él está roto, Ivar. Necesita soledad. Todos necesitamos a veces de ella.

— Le he dado los medios para que se guíe a sí mismo. No queremos que se pierda.

**

Los días habían transcurrido rápido. Nuestro plan era atacar la ciudad de York e instalarnos ahí, ya que no era un punto tan fácil de atacar y tenía una salida directa al mar, por si las cosas se complicaban, huir rápido. Además, la estrategia de que los sajones piensen que es una retirada servía.

Bjorn, por su lado, había partido junto a los guerreros y Halfdan (el hermano de la cabellera hermosa) en busca de tierras sobre el mar mediterráneo.

Ivar claramente lideraba el ejército pagano, aunque contaba con la ayuda de sus otros dos hermanos.

Se encontraban Ivar y Hvitserk frente a mí, mientras que Ubbe y yo sentados uno al lado del otro, bebiendo y hablando frente a una pequeña fogata terminando los detalles de como atacariamos a York. Ubbe había recordado como su padre, Ragnar, recomendaba atacar un día de sus santos y encontramos la forma de saber que en dos días sería el indicado.

La Hija De Freyja • Ivar The Boneless •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora