Sorpresa

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Daryl estaba sentado en su cama procesando lo que había pasado, Carol accedió para hablar con él. Tenía tantas cosas que hablar con ella, tantas cosas que aclarar, tantas preguntas sin respuesta y lo más importante, quería saber que había pasado para que ella se alejara. Se fue a dormir con el sentimiento que al otro día las cosas se aclararían. Para sí mismo se decía que a pesar de que ese encuentro no modificara nada en su vida actual, porque ella debe estar felizmente casada con un marido amoroso como el que sólo ella se merece, tenía una necesidad imperiosa de verla.
Al otro día se despertó al primer timbre de la alarma, quería que su casa brillara, él no tenía necesidad de hacerlo Olivia siempre dejaba la casa en punta y blanco. Pero él lo hacía con el afán de que el tiempo trascurriera más rápido.
Mientras limpiaba repasó su ballesta que estaba en el salón y una sonrisa con un dejó de tristeza se formó en sus labios. Lo mataba la idea de que ella creyera que él la había tirado. Esa ballesta era uno de sus más grandes tesoros. A pesar de ser antigua él jamás se atrevería a tirarla, no por el valor monetario, sino por lo que significaba para él. De todos los regalos que ha tenido en su vida, esa ballesta estaba entre los primeros puestos. Él jamás olvidaría cuando Carol se la regaló.

1998

La pregunta de Daryl tomó por sorpresa a Carol quién había enmudecido ante el pedido. Daryl la miraba con ojos suplicantes esperando su respuesta.
- Ir a cazar?- Preguntó desconcertada- Yo no... no sé que decir.- Carol se había quedado son palabras. Sabía que era una mala idea.
Daryl mirando la expresión de Carol se agachó y se puso debajo de su rostro, haciendo un pequeño gesto de suplica - Sólo di que sí.- él dijo abriendo y cerrando los ojos rápidamente.
Carol no sabía que le estaba pasando ella en general era muy segura de si misma y sabía cómo rechazar a los hombres que no le interesaban. Y no entendía porque con Daryl le costaba tanto decir que no. Trataba de encontrar una excusa viable para no quedar mal con él.
- Daryl yo nunca he ido a cazar no sé ni lo que tengo qué hacer.- trataba de soñar convincente, pero esos gestos que él hacía la tenía en una mezcla de ternura y u sentimiento que no podía identificar.
Daryl aprovechando el momento de duda se dio a la tarea de convencerla.- Carol tú me enseñaste cálculo e hiciste que amara las matemáticas, los números y otras cosas.- Dijo él haciendo una pausa, mientras veía la expresión de Carol que quería descifrar cuáles eran las otras cosas.- Creo ahora me toca a mí enseñarte. - Dijo él con el tono más sexy que Carol tuvo que bajar la mirada inmediatamente. Ese muchacho la estaba enloqueciendo.- Si tuviera mi ballesta tal vez te enseñaría a usarla, pero como mi hermano la "perdió" por lo que tendré que enseñarte con el arco y flecha, es lo mismo pero en definitiva estoy en el equipo de la escuela así que no se me hará difícil explicarte.- Continuó con la charla haciendose el desentendido. Pero había leído la reacción de Carol.
- Está bien lo haré.- dijo la joven sin tener escapatoria, temía que él utilizace alguna otra mirada a la que ela no iba a saber como responder.- Bueno Daryl hoy terminamos- dijo ella levantándose y dándole un tierno beso en la mejilla.- ah por cierto feliz cumpleaños!-
El roce de sus labios en la piel de Daryl hizo que el corazón de Carol se acelerara y un calor en el pecho le hizo que se le dificulte la respiración.
Daryl enumdeció por ese gesto de Carol que lo tomó por sorpresa. En un momento su instinto más ladino quiso correr la cara y hacer que sus labios se rocen "sin querer", pero él respetaba a Carol y no le iba a faltar el respeto. Así que sólo se dispuso a disfrutar de ese tierno beso, que duró un segundo, pero para él fue el mejor regalo de cumpleaños.
- Ma... mañana a las nueve pasaré por tu casa- habló él tartamudeando e intentó tranquilizar su ímpetu- y prepárate porque estrenarás mi regalo.- dijo avergonzado.
Carol veía la cara de Daryl que tenía las mejillas enrojecidas. Pensó que se había extralimitado, hasta que él levantó la vista y le dio una sonrisa -Qué regalo? - Preguntó ella tratando de recomponerse.
- Es una sorpresa.- dijo él un poco más calmado.- nos vemos mañana, paso a las nueve por tu casa.-
Carol pasó toda la tarde pensando en que podía regalarle a Daryl. Ella no tenía mucho dinero propio. A pesar de que sus padres habían amasado una gran fortuna, ella no quería pedirles prestado. Hasta que recordó que su abuelo cazaba y que en el ático de la casa habían cosas que su padre había guardado para tirarlas y nunca lo hizo.
Cuando llegó a casa sus padres estaban en ella. Los Murphy eran médicos en Grady Memorial. Richard, su padre era el jefe de cirujanos y su madre Lucila era la jefe de residentes del área de pediatría. Carol aspiraba trabajar junto con su madre ya que adoraba a los niños. Los padres de Carol eran muy unidos y amaban trabajar juntos. También estaba su hermano Dwigth un adolescente flacucho de trece años que adoraba a su hermana.
- Papá las cosas del abuelo siguen en el ático? - preguntó a su padre que estaba leyendo el periódico.- Es que conozco a alguien que quizás les puedan interesar.-
- Carol cariño esas cosas son basura, si tienes problemas de dinero sabes que puedes pedirme. Pero no estés vendiendo esos cachivaches que no sirven para nada.- comentó  su padre en tono burlón a Carol.
Ella regañó a su padre e intentó no reirse- Papá no son para vender sino para regalarle a alguien.-
- Si es así está bien, si Carol están en las cajas de atrás que tu hermano te ayude.- le sugirió su padre dejando el periódico en la mesa.
Carol miraba a su hermano que había fruncido el ceño por la insinuación de su padre- No papá déjalo, no quiero que se quiebre.- dijo ella burlándose de su hermano.
- Cállate, ya empecé a hacer gimnasia- dijo el niño mostrando sus brazos delgados- y no me encierro como tú en una biblioteca como un ratón.-
Carol se echó a reír cuando vio el gran esfuerzo que hacía su hermanito para mostras una musculatura que no existía.
- Vamos D, quizás quieras aprender a cazar como el abuelo.-
Dwigth miró con desdén a au hermana a él jamás se le ocurriría ir a cazar.- Sabes que eso es de salvajes. Seguro que vas a regalarle esas cosas a algún novio salvaje como tú.-
- No tengo novio y sabes que aunque seas malo conmigo igual te amo.- dijo Carol revolviendole el cabello a su hermano.
Dwitgh se apartó de Carol y le dio una mirada asesina. Él odiaba que su hermana los despeinara.- Y tú sabes que vas a ser Minnie toda la vida.- le contestó el muchacho enseñándole la lengua.
- Ya Diwgth dame una mano.- Decía Carol mientras empujaba a su hermano para que la ayude.
Carol y Dwigth revisaban las cajas y era verdad lo que decía su padre, las cosas eran demasiado viejas como para que sirviera algo hasta que de pronto divisó una ballesta vieja, al parecer estaba rota, pero quizás Daryl podría arreglarla. Cuando la estaba limpiando vio que tenía tallado algo al costado. Era una letra C, pero su abuelo se llamaba Jim y su abuela era Mary, por lo que no podían ser de ninguno. Decidió que ese sería un buen regalo además de algunas cosas de caza que pensó que le podían servir a Daryl.
- Papá me puedo llevar esto?- Dijo la muchacha mostrándole la ballesta.
- Wow, no puedo creer que Cindy esté aquí!- de pronto dijo el padre agarrando el arma.
- Cindy?- Preguntó la chica desconcertada.
- Si, así se llamó una novia de tu abuelo, quién regaló esa ballesta y cuando se casó con tu abuela le prohibió que la usara.- respondió el padre mientras le entregaba el arma a Carol.- Supongo que la tenía escondida.-
- Así que si me la llevo evitaré una pelea entre los abuelos.- bromeó ella mientras la examinaba.
- Llevala cariño y por cierto para quién es?- preguntó el padre.
- Es para alguien que conozco, te amo papá- dijo la joven y se retiró a limpiar las cosas que había encontrado.
Cuando Daryl pasó a buscar a Carol ella quedó con la boca abierta, él apareció en una motocicleta color negro.
- Y esto?- preguntó asombrada y Daryl le dio una sonrisa señalando el vehículo- Se que es una motocicleta, pero nunca te había visto en una-
- Fue el regalo de mi padre es una Harley Sportster, es usada pero es genial.- dijo Daryl haciéndole seña para que se suba dándole un casco
- Y no es peligrosa?- preguntó
- Claro que no, tú nunca te montaste en una?- le preguntaba a Carol mientras le entregaba el casco y ella hacía señas de que no.
Antes de subir a la motocicleta la puerta de entrada de la casa de Carol se abrió y se escuchó una voz desde adentro.- PAPÁ EL NOVIO DE CAROL TIENE UNA MOTOCICLETA!!!- gritó el niño corriendo hacia afuera.
Carol se sonrojó y retó a su hermano- Ya Dwigth que no es mi novio.-
- Hola soy el hermano de Carol, así que no te pases de listo.- dijo el niño en tono enojado.
- Soy Daryl y jamás lo haría, no quisiera medirme contigo.- dijo bromeando el joven mientras le estiraba la mano.
Dwigth analizaba la pinta del "novio" de su hermana y le dedicó una sonrisa. - Me gusta tu chaleco.- dijo el niño.
- Lo quieres? Te lo regalo.- le preguntó Daryl al niño.
- Eso no hará que me caigas bien, - respondió tocandose la cabeza cómo pensándolo- bueno te lo aceptaré aunque me quedará algo grande, pero gracias.- mientras Daryl le entregaba el chaleco.
- Ya enano vete a casa o le diré a mamá.- regañó Carol a Dwigth-  Y tú no le regales nada a este aprovechado, no le des ningún soborno.- dijo Carol a Daryl haciendo un gesto de desaprobación .
- Ya bueno me voy, pero me puedo quedar con el chaleco?- preguntó el niño a Daryl.
- Si tu hermana me deja te lo regalo.- dijo mirando a Carol.
- Está bien- al fin cedió Carol ante el pedido de los dos chicos.- Pero Daryl tú no tienes que regalarle nada.-
- Es verdad no tengo,- dijo mirando al niño - pero quiero.-
- PAPÁ EL NOVIO DE CAROL ME REGALÓ UN CHALECO DE SOBORNO.- gritó el niño entrando a la casa. Carol y Daryl comenzaron a reír por las locuras de ese niño.
- Bueno, preparada para el paseo?- preguntó mirando el gran bolso que tenía Carol en su mano.- Mira que nos vamos por el día no nos vamos a mudar al bosque, a menos que quieras?-  dijo él con un tono muy sexy.
- Muy gracioso, pero mujer preparada vale por dos.- dijo Carol guiñandole el ojo.- llevo unos sándwiches por si no tenemos suerte, unas galletas de chocolates que hice yo misma y algo de ropa.-
-Los sándwiches volverán intactos y las galletas me encantaría probar.- dijo Daryl - pero te aseguro que hoy vamos a comer lo que yo vaya a cazar- dijo muy seguro.
Carol le dio una sonrisa levantando las cejas como burlándose.
- Pero, es un bolso muy grande para sándwiches y galletas.- Exclamó riéndose.
- Ahhh si, es que también tengo una sorpresa  para ti.- dijo ella subiéndose a la motocicleta- Pero te la daré al llegar al bosque, así que arranca-
Carol se posicionó atrás de Daryl y se aferró a su cintura.  Nunca se había subido a una motocicleta y estaba asustada, pero más la asustaba lo que le estaba produciendo el acercamiento del cuerpo de Daryl con el suyo. Trataba de serenarse, ellos estarían solos en el bosque  todo el día y no podía permitirse perder el control.
Daryl tenía que concentrarse en el camino y se le hacía difícil teniendo a Carol tras de sí, el contacto de su cuerpo lo hacía pensar en cosas que lo ponían nervioso. Faltaba muy poco para llegar y no quería tener un accidente.
En los momentos que Daryl aceleraba Carol se aferraba más a él y en algunos momentos presionaba tanto sus manos a su cintura que llegaba a clavarselas por encima de la ropa.  A pesar del dolor que le producía eso, Daryl lo aguantaba, ya que no quería detenerse hasta llegar al sitio que había escogido.
El camino era hermoso, una postal verde por los abetos al costado del pavimento y un aroma fresco que llenaba las cosas nasales de Carol. En un punto del recorrido  Daryl se metió por un camino de ripio por unos kilómetros hasta llegar a un claro con una mesas, sillones estilo rústico y detrás una cabaña vieja.
Al llegar a ese Carol se sintió ansiosa por bajar del vehículo y tanto ella cómo Daryl lamentaban la pérdida de contacto. El lugar que había elegido Daryl para cazar era bastante retirado y tranquilo cosa que ponía nerviosa a Carol. Ella sabía que se tenía que controlarse ya que ella era la adulta en ésta situación, pero él viaje en esa motocicleta sólo hizo que su imaginación volara a donde ella no hubiese querido.
- Vez, que has sobrevivido al viaje! - dijo Daryl en tono burlón.
- El viaje termina cuando me dejes en mi casa- replicó Carol agarrándose de la cintura.
Daryl comenzó a reír y la dio un empujón con el hombro.- Ya exagerada, creo que tendré que ir al médico a que me haga una sutura en las heridas que me provocaron tus uñas- dijo mordiendose  el labio inferior.
- Y la exagerada soy yo? - preguntó sarcástica.
- Está bien, bueno ya llegamos, ves esa vieja cabaña es de mi familia, así que podemos dejar nuestras cosa allí. - explicó Daryl- Ah por cierto, ya  me vas a dar mi sorpresa?- preguntó Daryl muy ansioso por ver que le tenía preparado Carol.
Está bien, cierra los ojos y no hagas trampa.- dijo Carol mientras sacaba las cosas de caza de su bolso acomodandolos en una de las mesas.
Cuando Daryl los abrió casi llora de la felicidad que le producía lo que estaba viendo, Carol se mordía la lengua y apoyaba sus manos en el rostro expectante. - Pe... pero Carol esto es? No, no puede ser.- La emoción que tenía Daryl era tal que no podía hilar una frase.
- Pues espero que sea una ballesta, porque si no es así tendré que llamar mentiroso a mi padre- bromeó Carol.
- Si, claro que lo es, pero no puedo creer que me la estés regalando, es que es demasiado.- decía Daryl negando con la cabeza.
- Mira Daryl, a mi no me costó nada, es más tú gastarás más que yo porque tienes que repararla.- comenzó a aclarar Carol cuando de pronto Daryl la acercó a su cuerpo, tomó su rostro y la besó en los labios dejando a Carol sin posibilidad de reaccionar. El beso fue rápido, superficial, pero si muy ntenso. Estaba cargado de agradecimiento y ternura.
El beso la tomó por sorpresa, Carol al sentir los labios de Daryl sobre los suyos se sintió mareada, primero se asustó pero luego se sintió cómoda, segura, en casa. Ella fue la que rompió el beso, Carol era muy centrada y no quería que ésta situación se les vaya de las manos.
- Perdón Carol...  me emocioné por el regalo. No quise hacerlo.- dijo apenado mordiendose la cutícula del dedo pulgar.
- Está bien Daryl, no importa, entiendo- comentó Carol tranquila y un poco decepcionada. Era obvio que ese chico no sentía nada por ella y sólo fue un impulso.
- No, no es eso.- empezó a explicarse el muchacho tropezando con sus palabras.- Verás yo, yo quería besarte, lo quiero hacer desde que te conocí, pero no sabía si tú querías.- Daryl hablaba con la cabeza gacha.- No quería que el primer beso fuera de un impulso. Pero me gustas Carol y se que yo también a ti-
-O sea que éste viaje era una trampa?- bromeó ella para romper la tensión.
-Algo así. Pero que tienes para decir?- preguntó tímido
- Que no vinimos a cazar?- dijo Carol para salir de la situación.
Daryl y Carol comenzaron a acomodar las cosas dentro de la cabaña. Daryl preparó café y Carol le dio a probar las galletas. Daryl casi se muere del gusto por   el sabor de esas galletas. No tocaron el tema del beso. Daryl sabía que a ella le pasaban cosas con él. En esos dos segundos que duró el beso Daryl pudo sentir los latidos acelerados de su corazón y el incremneto  de su temperatura, pero no iba a apresurarla otra vez.
Al terminar de desayunar salieron al bosque, Daryl quería llevar la ballesta, pero estaba en tan mal estado que tenía miedo de lastimarse o lastimar a Carol, así que llevó su arco y unos cuchillos.
Carol seguía perturbada por el beso, pero pudo sortear la mañana a pesar de las miradas y los sonidos que hacía Daryl mientras desayunaban sus galletas.
Caminaron durante unos kilómetros, mientras Daryl le explicaba que un ciervo estaba cerca por los rastros en la tierra. Carol escuchaba atenta la explicaciones de Daryl, era obvio que a él le encantaba la caza y que sabía mucho del tema.
En un momento se encontraron con un pequeño arroyo donde el ciervo estaba tomando agua. Carol al verlo quedó enamorada por lo hermoso que era ese animal. Ella jamás había visto uno en su ambiente natural y quería acercarse para tocarlo. En un momento siente que Daryl comenzó a apuntar en dirección al animal y Carol tomó su mano haciéndole un gesto de que no lo hiciera. Daryl no entendía porque esa reacción de Carol hasta que ella le susurró en el oído.
- No puedes matarlo, es hemorso- el roce del aliento caliente de Carol en su cuello hizo que Daryl soltara el arco haciendo que se cayera al suelo. Al escuchar el sonido, el animal huyó del lugar dejando a Daryl frustrado.
- Carol cuando te invité a cazar, qué creíste que haríamos?- preguntó desconcertado, pero con un dejó de humor en su voz.
- Ya sé que la lógica de la caza es matar animales, pero matar algo tan majestuoso como ese animal debe ser pecado.- dijo ella mirando como se alejaba el animal.
- Está bien Carol creo que al fin y al cabo comeremos tus sándwiches. - comentó mirandola con suspicacia.
- Oye tal vez deberías de cazar otras cosas. Cómo... -de pronto Daryl le hizo señas de que haga silencio y puso cara de preocupación. Le hacía señas de que no se moviera y Carol sentía que le estaba bajando la presión. De pronto Daryl apunta con el arco hacia atrás de Carol y lanza la flecha para darle en el centro de la cabeza a una ardilla.
- POR DIOS DARYL, CASI ME MATAS DEL SUSTO!!!- gritó ella mientra Daryl no aguantaba la risa.
- Deberías haber visto tu cara parecía que te ibas a desmayar- decía entre risas ganándose el odio de Carol.
- Pensé que había un oso o un puma o no se que animal salvaje hay en estos lugares.- decía ella mientra lo golpeaba con las manos en la espalda.
- Carol jamás te traería a un lugar donde corriera peligro, confía en mi.- comentó sosteniendo su mano, dándole un tierno beso en los nudillos.
Durante toda el resto de la mañana estuvieron paseando y Daryl prácticamente le estaba enseñando más que a cazar, a rastrear animales. En el trayecto él cazó una cuántas ardillas bajo la mirada acusadora de Carol.
- Hey, el estofado de ardilla es mi espacialidad- bromeó Daryl mientras jugaba con los animales muertos en su cuello.
- No comería eso ni aunque fuese el apocalispis.- bromeó ella.
- Ya verás que si hay un apocalispis zombie me querrás a tu lado- dijo él seguro de sus palabras.
En un momento se metieron por un camino pantanoso y Carol resbalaba ya que su calzado no era el apropiado. Daryl la sostuvo un par de veces en las que ella estuvo a punto de caerse. En un de los resbalones que tuvo Carol, Daryl perdió el equilibrio y cayó al suelo llevándosela con él. Daryl cuidó que Carol no se ensuciara, pero ella no aguantó la risa y por sus propios movimientos terminó cayéndose y embarrandose, haciendo que Daryl quede encima de ella con su entrepierna rozando su núcleo. En un momento ambos se miraron a los ojos y de pronto sus miradas bajaron hacia los labios, pero ninguno daba el primer paso. Daryl estaba inmóvil viéndola con deseo, pero él se había dicho así mismo que no iba a forzarla a nada. De pronto Carol rompió la distancia entre ambos presionando sus labios a los de Daryl. En principio el beso fue sólo un roce inocente como el primero. Sin embargo Carol se dejó llevar por sus impulsos, presionó más fuerte los labios y se animó a rozar suavemente los labios de Daryl con la punta de su lengua como pidiendo permiso, Daryl entendió la indirecta y abrió un poco su boca para sacar la suya y que la misma se encontrara en su camino con la de Carol. Una descarga eléctrica recorrió el cuerpo de ambos que viajó desde el hipotálamo hasta la parte de baja, sólo con el primero contacto de sus lenguas. Segundos después sus lenguas se entrelazaron haciendo una danza que sólo les enviaba ondas de placer a todo su cuerpo. De pronto como si toda la vida llevaban haciéndolo, comenzaron a tocar sus cuerpos, Daryl presionaba su entrepierna a su núcleo haciendo que Carol gimiera por la fricción.  Ella giraba su pelvis y la levantaba para sentir más el cuerpo de Daryl, que cada vez se sentía más rígido. Ella sentía que su temperatura crecía y se sentía más húmeda de lo que jamás estuvo en su vida. Ambos sentían que sus ropas molestaban y que si seguía incrementando su calor,  la ropa podría incinerarse.  Estuvieron así durante unos minutos hasta que la mano de Daryl comenzó su viaje hacia los pechos de Carol. Fue ahí cuando ella reaccionó y con el único gramo de razonamiento que le quedaba y rompió el contacto muy a su pesar.
- Lo...lo siento si voy muy rápido. - Dijo él apenado  cubriendo con su mano la notable erección que tenía.- Entiendo si te incomodé-
- No me mal interprtes Daryl, - dijo ella mientrss se acomodaba su ropa- yo lo quería también.- continuó- Me he estado resistiendo a esto durante un tiempo pero no puedo negar que me pasan cosas contigo.- Mientras Carol hablaba Daryl la miraba sin poder creer lo que acababa de pasar y lo que estaba escuchando- Sólo que no quiero apresurar las cosas me entiendes.-
- Si Carol, pero quiero que sepas que a mi me pasan cosas contigo y no quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti.- Aclaró él mientras le daba un tierno beso.
- No pienso eso de ti Daryl. Pero será mejor que nos vayamos y nos cambiemos de ropa.- dijo ella devolviendole el beso.
Al llegar a la cabaña ambos se cambiaron de ropa,  Daryl limpió las ardillas y las metió en la nevera para llevarlas a su casa. Carol sacó los sándwiches para el almuerzo. Ya eran casi las dos de la tarde y Daryl le a Carol prometió llevarla a las cinco a su casa. Él quería pasar más tiempo pero iba a cumplir con su promesa.
- Carol, vendrías otra vez a cazar conmigo?- preguntó tímido.
- No sé si a cazar, pero si volvería para hacer un picnic.- le guiñó el ojo.
Después de acomodar las cosas dentro del bolso se dirigieron a la motocicleta.  Antes de subirse Daryl besó nuevamente, fue un beso cargado de deseo, Daryl presionó su cuerpo al de Carol llevando sus manos a su espalda. Ella estaba receptiva a sus caricias y a pesar de querer más de ella, Daryl fue quien rompió el beso.
- No puedo esperar para traerte la próxima semana.- dijo él seguro de que volverían a ese lugar.
El viaje de vuelta fue igual o más torturador que el de ida para Daryl, ya que él podía sentir el calor de la entrepierna de Carol, quien se acercaba cada vez más a su cuerpo. Para ella también fue difícil, pero se sentía más confiada en pegar su cuerpo al de él.
Al llegar a casa de Carol Daryl le dio un beso rápido y se fue del lugar. Carol se quedó en la puerta hasta que Daryl desapareció del camino. Ella se estaba enamorando y sabía que era una mala idea.

Presente

- Papá ya estás levantado?- preguntó Mika mientras bajaba las escaleras somnolienta.- me preparas el desayuno?-
- Si amor, prepárate porque hoy vendrán Carol y Sam- dijo mientras acomodaba la ballesta y se dirigía a la cocina.

Hola Caryliers aquí les dejo otro capítulo.

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