4.¡d i s c u l p a s.

418 60 34
                                    

Bien, como supongo que supusiste... Eso sonó estúpido, lo siento, no soy escritor. ¿En serio vas a cuestionarme ahora? Sólo déjame contarte lo que sucedió.

Como supongo que supusiste: estaba en detención, sí. Resulta que el maldito imbécil que estaba fastidiando a Felix, resultó un tipo sin pelotas. Y en vez de mantener su hocico cerrado, se fue corriendo a la enfermería. Allí, él y su amiguito le contaron a la enfermera que los había golpeado. Y acabé en detención.

Sinceramente, no sé qué clase de impulso medio estúpido medio altruista se apodero de mí. Pero no quise delatar el motivo de mi exabrupto con estos sujetos. Quizás no quise hacer lucir al pecoso como un torpe. Aunque es probable que tampoco yo le encuentre mucha explicación.

Así que simplemente asumí la sentencia como un hombre, y tomé la detención. La cual para nada es parecida al "Club de los Cinco". Es más bien un par de horas de mierda con las caras más anómalas de la escuela. Ni siquiera quería voltearme a ver qué clase de deficiente tenía a mi lado.

Y si, sé que mi conducta no era ejemplar o algo por el estilo. Le tiraba bolitas de papel y saliva a Felix, de vez en cuando me salte educación física, y ahora me metía en una pelea solo porque me había tocado las pelotas que alguien llamara maricón al mismo torpe al que le arrojaba mi saliva.

No tenía ningún tipo de sentido.

Dejame decirte, para ese momento estaba resuelto a simplemente evitar acercarme de más a Lee Felix, o por lo menos alejarme hasta que ya no representara problemas para mí.

Pero después de lo que pareció una eternidad, el infierno insípido del silencio de detención termino y sentí que lo único que quería era volver a casa y dormir hasta olvidarme de este día tan estrafalario que me tenía irritado.

Debí haberme olvidado que el mundo es entrópico.

Y también de que existe un mocoso alto y pecoso que no sabe elegir bien a qué personas dirigirles su afecto.

Pero, no me voy a adelantar, en ese momento aún no sabía nada acerca de sus sentimientos.

Lo que sucedió fue que cuando salí de detención, resuelto a caminar despacio con música calmando mi espíritu y disfrutando de mi magnifica soledad, no pude. Porque en el portón principal de la escuela estaba esperándome Felix.

— ¡Hyung! — dijo. —¿Estas bien? —

Lo miré extrañado. —¿Qué haces aquí pecas? Ve a casa. — dije. Sí, sé que estás pensando: Changbin eres un sádico, él te esperó porque está enamorado de ti. Lo siento ¿Okey?

El solo se quedó allí, en silencio, inmóvil sin decir nada. Estaba comenzando a asustarme cuando habló de repente.

—Lo lamento. — dijo en voz baja. Quizás no lo mencioné demasiado antes. Pero su voz es muy agradable. No hace mucho juego con su aspecto de niño bonito, pero es realmente atractiva. Grave y profunda. Durante el tiempo que practicó su coreano conmigo pude tomarle cierto cariño a esa voz suya. Si la escucharas, estarías completamente de acuerdo.

Me molestó un poco que se disculpara conmigo. En realidad, acabó de arruinar mi día que se disculpara. No solo conmigo, sino que sea Felix quien se estuviera disculpando. ¿Por qué estaba disculpándose? Él no había hecho nada malo, solo tener una cara llamativa, y ser extranjero. Creo que me sentí incluso más cabreado cuando me di cuenta de que yo no era diferente a esos tipos. Molestando a Felix sin ninguna razón.

Y debería haberme disculpado por eso.

Pero jamás lo hice.

Había sido un día largo y confuso, y estaba de ánimo violento. Así que me volví hacia él y le dije:

—¿Y tú por que te disculpas? ¿Acaso estabas fastidiando a los imbéciles que hostigaron? ¿Acaso les diste un motivo para arrojar tus cosas al suelo y burlarse de ti? —

Felix era alto, yo no lo soy, y el lucia pequeño como un cachorro asustado. Seguía mirando al suelo, sin decir nada. Por supuesto que con la información que tengo hoy, entiendo que quizás no debería haber sido tan brusco con él. Pero esto es lo que soy, demándenme.

Lancé un suspiro y una maldición. Me sentía malditamente ridículo acercándome a él con actitud bienhechora. Y no puedo creer que este contándote esto a ti, porque en ese momento desee con cada célula de mi cuerpo que nadie pudiera verme durante ese momento tan bajo de mi vida. Puse mis manos sobre sus hombros y le dije —Jamás vuelvas a pedir disculpas por nada, es como pedirlas por ser quien eres. Y nadie puede quitarte ese derecho pecas. Así que, no vuelvas a dejar que te golpeen. Vamos, te acompaño a casa. —solté fastidiado.

Mierda, odio esa clase de discurso motivador. Pero realmente creo en lo que le dije al torpe. No había nada de malo con escribir poemas, o ser un poco raro, nunca sería motivo para que alguien lo golpee. O te arroje bolitas de saliva. Y definitivamente Lee Felix era raro.

Porque tan pronto acabe de decirlo, comenzó a llorar. Se aferró a mí con fuerza y continúo llorando durante unos minutos. Quizás debí haberlo apartado, pero en ese momento lo sostuve. Siendo franco, no creo que esto tenga relación con su enamoramiento. Yo no fui amable con Felix ese día.

Era un chico llorando, porque lo habían llamado maricón, y arrojado su trabajo al suelo. Se habían reído de él, en un país que vagamente conocía y entendía, y todo lo que hice fue sostenerlo y sobarle la espalda. Un buen hombre, habría sabido que palabras decirle a Felix. Que consejos darle, como alivianar su peso y hacer que todo esto sea menos terrible para él. Pero no yo.

No estoy enfadado conmigo mismo o algo así. Pero sigue siendo un poco irritante que él esté enamorado de mí después de todo. A veces, me pregunto si hubiese actuado diferente de haberlo sabido en ese entonces. Y sé que la única verdad es que no. Ese es el motivo por el que Felix no debería estar enamorado de mí.

Porque no solo es absurdo, sino porque jamás seré el tipo de persona con las palabras correctas y el buen humor necesario para alguien como él. Jamás voy a poder consolarlo adecuadamente cuando las cosas se pongan feas, y tampoco podre evitar que sufra, así como tampoco pude evitar que lo fastidiaran.

¿Ahora lo entiendes tu también? No soy la persona adecuada para Felix. Por eso, lo que estaba por pasar en dos semanas simplemente sería desastroso.

Cuando acabó de llorar, se irguió. Saque un paquete de pañuelos del bolsillo lateral de mi mochila y se lo dí. Simplemente caminamos en silencio hasta una zona residencial bastante amigable a un par de calles de la escuela.

Felix se detuvo frente a una de las casas y creo que intentó abrazarme. No lo sé. Fue algo extraño y muy breve.

—Gracias hyung— dijo con su encantadora voz, ahora mucho más audible y clara. Solo asentí. No entendí muy bien porque estaba agradeciéndome, por acompañarlo a casa quizás.

No lo sé, ya te lo dije, él es muy extraño.

Cuando llegué a casa, solo me sentía cansado y confundido. Todo rastro de mi antigua furia había desaparecido.

Me dormí muy temprano ese día. 

°°°

《Bueno éste sería como el regreso "oficial" de limerence después de lo que fueron dos años, dos años es mucho tiempo para un fanfic. Lo sé. Pero en mi vida pasaron tan rápido que no se que hacer con nada de lo que está pasando ahora, así que por el momento voy a escribir》

Jen

LIMERENCIA (changlix) |DISC.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora