Sin temor alguno

Nuestras Consecuencias (parte 1)

Eran las 4 de la tarde y Silver estaba arreglando todo lo que podía a su pequeño alumno, peinaba sus cabellos amorosamente y le arreglaba las pequeñas arrugas de la ropa.

– Mi bodoquito lindo va a su primera reunión importante ¡no te olvides de saludar cordialmente! Ya quiero llorar de emoción.- Decía la joven mujer levantándose pues había terminado con los oscuros cabellos del joven y ya estaba de rodillas arreglando la pequeña corbata de su principito, limpiaba el rabillo de su ojo y elevaba su mirar a los ojos del pequeño joven que ya no era tan pequeño, había madurado, aunque sus facciones aun eran algo infantiles era sin duda alguna muy apuesto, sin embargo lo noto de inmediato, él estaba pensativo y lucia desanimado muy desanimado.

– ¿Que pasa Tetsu?

La dama se sentó junto a él posando su mirar en las movedizas manos del moreno, tenía una pequeña Hadasa y en la otra un Alpha, las juntaba constantemente como si quisiera que se fusionaron en una sola algún momento.

– ¿Es por ese muchacho del palacio azul?

Morinaga negó fuertemente y soltó unas cuantas lágrimas, esto alertó a la maestra y secando sus pequeñas lágrimas se limitó a esperar una respuesta, siempre que él lloraba así sabia que era mejor esperar a calmarlo y que hablara con más claridad del problema.

Tras un rato y cuando al fin los suaves sollozos paraban Morinaga murmuró entre temblores.

– Se lo llevaron... Hiroto kun... Él... Lo desterraron al bosque... Nana, crees que él ya este...

– Dios mio... Pero, ¿por que?...

– Su abuelita... Hiroto kun el año pasado se había enfermado horrible.

– Si lo recuerdo, íbamos a visitarlo cada 3 días...

– Si pero según creían era provocada por una criatura del bosque, sino por la mismísima bruja... Debido a que sus ojos estaban empezando a fallar temieron lo peor y le advirtieron a la señora Daisuke que podria ser algo contagioso... Pero los rumores cesaron cuando él se empezó a recuperar, ¡hasta el consejo dijo que era un milagro! Pero hace ya unos meses Ime san partió y... Uno de los ojos de Hiroto kun cambio de color de azul a gris...

La joven Pendramon abrió sus ojos sorprendida ciertamente, en su vecindario comentaban algo de un nuevo caso de brujería y el joven Morinaga acababa de contarle que el rumor seguramente había llegado al magisterio...

– La semana pasada se rumoreaba que su repentina curación fue porque Ime san hizo un trato con un demonio, o que contrato a una bruja para sanarlo y como murió, la bruja o el demonio que curó a Hiroto kun había decidido dejar el contrato de lado y ahora se enfermara de nuevo... Pero la marca es su ojo... No puede ser... No él Nana, no....

Morinaga volvía de derramar pequeñas lágrimas, Nana entendía lo que el pequeño sentía, su hermano menor también había sido exiliado a los bosques cuando a penas era una adolescente y había tenido que crecer sin él preguntándose siempre si estaría bien... Así eran esos malditos del consejo, el sufrimiento que le causaron a tantas almas había quedado grabado como su perfecta corona del terror, además de todas las masacres que ocurrieron cuando aún era una bebé, los pobladores de todas partes, desde Fukuoka por Nagoya, Shinyuku y toda ciudad o pueblo que conocían tenían prohibido refugiar o ayudar a un exiliado o peor aun a una bruja, la intención de mandarlos al bosque era que las criaturas de ahí hicieran el trabajo sucio por ellos y las brujas y monstruos los acabaran, y según ellos si eras curado o tratado por magia estabas maldito, según la creencia era como una enfermedad peor que cualquiera decían que daba el riesgo de contagiar a los demás, dijeron eso de su hermanito de a penas 9 años... Y no tenían consideración con nadie, eso los hacia aun más cobardes de lo que ella podría llegar a imaginar si casi todo ello era bien sabido por todos entendía perfectamente el porque Tetsuhiro estaba así, en sus expresiones se borro todo rastro de felicidad que pudo darle el hecho de que iba a su primera conferencia con un reino externo tan importante como lo era Nagoya...