Like yesterday

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En la noche.

Angela.

Estábamos en el living. Sentados en el sillón. Solos, los dos. La abuela Marie había salido por todo el fin de semana. La chimenea estaba encendida. Yo estaba mirando hacia fuera, por la ventana.

Estaba nerviosa, porque estaba súper consciente de que él me estaba mirando fijamente.  Era la primera vez que estábamos completamente solos.

De repente él rompió  el silencio.

-¿Cuál es tu mayor secreto? – me preguntó, él.

-mmm… no creo que quieras saberlo.- le dije, nerviosa.

-Vamos, no creo que sea tan malo, ¿que acaso mataste a alguien o algo así?- bromeo él.

-jajajaja-. Yo reí.

- Vamos, dime. Puedes confiar en mí- dijo Max mirándome a los ojos seriamente.

- Soy… soy virgen-. Mentí.

-Wow¡¡¡. ¿Enserio?- preguntó sorprendido.

-Si- dije sonrojándome.

- Pero porque… ¿no has tenido novio o…- No alcanzó a terminar la pregunta.

-¡No ¡… si he tenido novio, pero… no lo sé. – dije encogiéndome de hombros.

- Sinceramente, por como estábamos el otro día… - Hizo una mueca burlona.- creo que cuando quieras perderla, vas a empezar súper bien- dijo sonriendo.

- Bueno, creo que en eso somos iguales.- Dijo con su sonrisa tan perfecta.

- ¿Por qué?... ¿tu tampoco haz…? – pregunté con los ojos abiertos como platos.

-No, supongo que… no he encontrado la chica correcta, creo… creo que quiero entregarme a la chica que me merezca… a la que quiera para toda la vida… Y bueno, aun no la he encontrado… pero no me preocupo, tengo toda la vida para ello- dijo riendo y sonrojándose un poco.

Así era como me gustaba que fuera todo, como siempre debió haber sido aun que Sam hubiera llegado. Extrañaba estas conversaciones y sabía que él también.

Esta tarde no parecía que estuvieras muy confundido respecto a “entregarte a cualquiera”.- Pensé.

Max.

No me preocupaba quedarme solo con ella, porque creo que ambos ya teníamos las cosas claras. Ya se había demostrado todo. Solo tenía que dar el siguiente paso y este fin de semana sería el indicado.

Me acerqué a ella, estábamos sentados uno al lao del otro, cuando le tomé la mano ella me miró y poco a poco nos fuimos acercando.

Angela.

Estábamos tan cerca, que casi podía ver dentro de sus ojos; su alma. Sabía que él quería besarme y yo no iba a negárselo.

De repente alguien tocó la puerta. Los dos abrimos los ojos lentamente y nos alejamos. Max fue a abrir la puerta y una chica con cabellos negros  se arrojó a sus brazos y le dio un beso. Maldita perra. Max la apartó y la quedó mirando sorprendido, después me miró a mí, yo desvié la mirada para que no se notara lo encolerizada que estaba.

-¿qué haces aquí?- le preguntó Max algo confundido.

- viné a verte, te echaba de menos, sobre todo después de la última vez que nos vimos- dijo con una sonrisa seductora y tratando de darle otro beso.

-Oye ya es un poco tarde, ¿cómo llegaste?- le preguntó Max, empujándola suavemente.

-Con unos amigos- dijo ella, señalando a dos motoqueros. Uno de ellos iba con una chica detrás y el otro de seguro iba con la chica que estaba abrazando a Max.

paraiso en los polos de la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora