Capítulo 2.

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Capítulo 2.

Pues bien, ambos nos dimos una tregua y terminamos nuestro desayuno sin novedades, nos dedicamos simplemente a ponernos al corriente sobre lo que había pasado en nuestras vidas en estos últimos seis meses. Bueno, les acabo de mentir, sí hubo algo que es digno de mencionarse: Wakabayashi me confesó que aceptó por fin la oferta que le hizo el Bayern Munich de jugar entre sus filas.

- Pero esto aun es secreto.- me dijo.- Te lo cuento como amiga, no como reportera. Espero que sepas guardar silencio. Te prometo que en cuanto el traspaso se haga oficial te daré permiso para que lo publiques antes de que cualquier otro periódico lo haga.

La reportera que hay en mí brinca de gusto: ¡Tengo una excelente exclusiva! Pero mi parte femenina siente un pellizco de desilusión: él solo me ve como su amiga. Trato de que la tristeza que repentinamente me invade no se me note. Afortunadamente, Wakabayashi está tan sumido en sus propios pensamientos que ni cuenta se da.

Caminamos a paso ligero por las calles de esta enorme y vasta ciudad. Muchas personas comienzan a reconocer a Wakabayashi, se detienen cerca de nosotros y cuchichean emocionados, pero nadie se anima a pedirle un autógrafo, todos saben lo reservado que es. Yo noto esto y sonrío, es increíble la fama a nivel mundial que ha alcanzado este jugador...

Quisiera que Wakabayashi me dijera lo que está pensando. En realidad tuve muy poco tiempo para tratarlo, así que no sé que esperar de él. Solo sé que hay algo importante que desea decirme, lo sé porque de lo contrario no habría atravesado el Atlántico para venir a verme, pero por alguna razón no se anima a hacerlo. Y esto me desconcierta. Porque él no es de la clase de personas que titubean al querer decir algo...

De pronto, mi celular comienza a pitar; lo checo y me estremezco... Wakabayashi lo nota y me mira extrañado.

- ¿Qué ocurre?.- me pregunta.- ¿Quién te llama?

- Es... Armando... .- respondo, en voz baja.

Armando Robles es un abogado que conocí un par de meses atrás, en la fiesta de una amiga. Me ha invitado a salir unas cuantas veces y es obvio que él desea tener una relación más seria pero por alguna extraña razón yo no he querido llegar más lejos... Y ahora descubro el por qué... El motivo por el cual no he podido aceptar a Armando es japonés, mide 1.83 mts. de estatura y está parado enfrente de mí... ¿Ya captaron cuál es el problema?

- ¿Hola?.- respondo a la llamada.- ¿Ahorita? No, no puedo, estoy ocupada... Quizás después... Mañana no, tampoco puedo... Mejor yo te llamo, ¿de acuerdo? Hasta pronto.

Cuelgo el teléfono y siento como Wakabayashi clava sus ojos en mí.

- ¿Quién es Armando?.- me pregunta, con mucha seriedad.

Y no lo hace como un amigo que desee saber sobre los romances de su amiga, sino como un hombre que se siente amenazado por la presencia de alguien más en su territorio. Dicho en otras palabras, me doy cuenta de que se ha puesto celoso.

- Pues... Un amigo.- respondo yo, vagamente, procurando que la satisfacción que siento no se apodere de mí.

- Ya veo.- me dice.

Acto seguido, se da la media vuelta y comienza a caminar; yo lo sigo, aparentando inocencia.

- ¿Sales con él?.- me interroga, de pronto.

- Pues, hemos tenido unas cuantas citas.- digo yo, como si nada.

- ¿De dónde lo conoces? ¿También lo entrevistaste?.- me doy cuenta que conforme pasa el tiempo, Wakabayashi se molesta cada vez más.

Un Día Más [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora