《Imaginas y One Shots》 ⏩ ||Sebastian Stan||

Dia de Playa (II/?)

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Dos días después de pasar todos juntos el día en la playa, teníamos que volver al set a trabajar. Quien me hubiera dicho que iba a trabajar como maquiladora en Marvel. Salí de mi coche, un poco más contenta, que hace dos días. 

Había llegado a la conclusión de que no podía quedarme en casa encerrada mientras comía chocolate y patatas. Básicamente esta deprimida, y ya era bastante mayorcita como para llorar por alguien. Así que, envié un mensaje a mi jefe para decirle que volvía a trabajar. 

Cuando llegué al set, después de aparcar mi coche en el parking, Blue estaba esperándome con un café en la mano y una sonrisa. Con una sonrisa me acerqué, estaba justo en la entrada del trailer de maquillaje, llevaba una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos, hacía bastante calor. 

Por un momento, se me olvidó por completo todos mis problemas y mi corazón roto, sin embargo me di cuenta de porque Blue estaba fuera esperándome con café. Dentro del trailer se encontraba Elizabeth, Chris Pratt, Eric, el maquillador de Pratt, y Sebastian. Hoy nos tocaba a Eric, a Blue y a mí en el mismo trailer. 

Me acerqué a Blue y le quité el café que era para mí de la mano. 

—Voy a necesitar más que un café para sobrellevar este día —le dije en un susurro a mi amiga antes de entrar. 

Ella me dio una palmadita en la espalda a modo de apoyo. 

—Buenos días —dijo Eric cuando nos vio entrar a las dos. Blue se recogió su pelo azul en un moño y se acercó a Sebastian, no sin antes dejar el café en su armario. 

Yo dejé mis cosas en el armario al lado del de Blue y me bebí el café de un sorbo. Ya estaba bastante frío así que hice una mueca de asco. Necesitaban mejorar esa maquina. 

—¿De dónde es este café? —le pregunté a Blue, después de beber un poco de agua. 

—Del nuevo puesto que hay nada más entrar —me dijo—, no sabía que era un mal café. 

Ella se encogió de hombros y se giró hacia Sebastian. El chico me lanzó una mirada antes de ponerse recto. Yo aparté la mirada rápido. Respiré hondo y me acerqué a Elizabeth. 

—Escena de lucha —dijo Elizabeth—, ya sabes, ponme marrón —dijo con un gesto gracioso de manos. 

Trabajar con Elizabeth era una de las cosas que adoraba de mi vida, y de mi trabajo. La peluca de la chica se encontraba en el mostrador al lado del espejo. Justo al lado del secador de Blue. Fui a coger la peluca cuando mis ojos y sus ojos se conectaron. Me moría de ganas de hablar con él, de abrazarle, de reírme con él. Sin embargo, los eventos de hace una semana me golpearon bastante fuerte, haciendo que tirara la peluca al suelo. 

—¿[T/N], estas bien? —me dijo Elizabeth. 

Todos me miraron, Eric me lanzó una mirada de compasión y luego miró a Pratt. Le preguntó si quería ir con él a por un café y este dijo que sí sin pensarlo dos veces. Blue y Lizzie se miraron. 

—Esperad chicos —dijo la del pelo azul—, necesito un café en condiciones, vamos Lizzie —y esta la acompaño. 

Sebastian observó como todos se iban, y cuando Elizabeth salió, sé que le dijo algo al chico y cerró la puerta para darnos intimidad. Yo me agaché para recoger la peluca, y cuando me levanté para dejarla en su sitio, Seb, estaba de pie mirándome. 

—Perdona, por favor —dijo. 

Me di la vuelta para no mirarle, no soportaba verle, me hacia daño. Sus palabras se instalaron en mi mente como si se tratara de tinta. 

—[T/N] he sido un estúpido, no me he dado cuenta del daño que nos he hecho —dijo antes de tocar mis brazos suavemente—. Te echo de menos, echo de menos nuestras conversaciones, como nos quedábamos hablar por teléfono hasta altas horas de la noche. Después de lo que pasó, me asusté. Y al hacerlo te hice daño, algo que no quería, pensaba que lo estaba previniendo. Por favor, di algo. 

Cerré los ojos, me picaban y de un momento a otro iba a comenzar a llorar. Su tacto me quemaba y a la vez me reconfortaba. Lo había echado de menos. Sus manos recorrieron mis brazos, hasta abrazarme por detrás. Colocó su barbilla en mi cabeza y me abrazó fuerte. Me rendí. 

Me di la vuelta y lo abracé fuerte, como si en algún momento se me fuera a escarpar de entre los dedos. Lo miré a los ojos, a esos ojos azules. Él me miró y de un momento a otro sus labios estaban en los míos, y se movían al compás. Había echado de menos sus labios, su tacto a los míos. Todos los recuerdos volvieron a mí, todas esas noches juntos, todas esas conversaciones. Lo quería, me estaba enamorando de él. Y eso, era algo de lo que me estaba asustando, pero en estos momentos no me importaba, porque estaba con él.