Capitulo 1

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Me aferré a Niall. No quería soltarlo. Oculté mi rostro en su pecho y empecé a llorar.

-Cariño…-Comenzó a decir mi madre.

No quería irme. Aquella era la última noche que pasaba en Londres. Mis padres ya habían preparado todas las cosas y a la mañana siguiente, bien temprano, cogeríamos un vuelo de un millón de horas hacía Estados Unidos.

Niall había venido a despedirse, pero no tenía que haberlo hecho. Todo se me vino encima cuando vi todo el futuro que iba a tener delante: Sin él… Lo abracé con fuerzas, llorando, mientras mis padres, apenados, trataban de hacerme sentir bien para que mi partida no fuera tan dura, ni para mí, ni para Niall. Pero no habría ninguna manera de hacerme sonreír si no era diciéndome que nos quedábamos en Inglaterra, y que nadie tendría que coger un vuelo la mañana siguiente.

-Niall ya tiene que irse-Interfirió mi padre-Y nosotros tenemos que acabar de meter cosas en las maletas.

-¡No!-Grité, aferrándome más a Niall-¡No pienso irme!

Sentí las manos de Niall abrazarme con cuidado. Si no hubiera sido porque mis padres estaban delante, me habría abrazado con fuerza, me habría besado y me habría dicho millones de cosas bonitas, pero tenía un punto de timidez que siempre aparecía cuando estaba frente a mis padres.

-Cielo, vamos…-La mano de mi madre se colocó en mi hombro, pero de un movimiento brusco me moví para apartarla.

-¿Por qué no puedo quedarme con él?-Pregunté con los ojos hinchados de tanto llorar y la voz quebrada. Niall me miró, demasiado triste.

-Porque solo tienes dieciséis años. Sois unos críos y tenéis que ir donde vayan vuestros padres-Inquirió mi padre.

-Venga cariño-Volvió a hablar mi madre mientras me miraba con el corazón roto-Termina de despedirte de Niall y vuelve a tu cuarto a terminar de meter tu ropa en la maleta.

Dejé que las lágrimas salieran con fluidez de mi ojos cuando mi padre cogió a mi madre de la cintura, y con una endeble sonrisa, nos dejaron solos a Niall y a mí en el salón. No podía creer que aquel maldito momento hubiera llegado…

Me volteé lentamente hacía él. Su mirada de dolor me rompió el corazón, y más cuando me abrazó con fuerza, apretándome contra él y dejando un beso en mi mejilla.

-Te voy a echar de menos…-Susurró en mi oído. Me estremecí.

-No quiero alejarme de ti, Niall-Lloré.

-Estaremos en contacto. Te llamaré cada día, aunque tenga que gastarme una fortuna, te mandaré cartas y haremos video llamadas, ¿Vale?-Se separó lentamente de mí, cogiendo mi rostro entre sus manos. Asentí débilmente con la cabeza para luego sentir sus labios rozando los míos, y segundos más tarde, un tierno beso.

-Tengo algo para ti-Dijo después, metiendo una mano en el bolsillo de su chaqueta gris. Sacó una cajita roja y la abrió, dejándome ver el contenido: Un precioso collar, formado por una cadena de plata y la palabra ‘amor’ colgando de él.

No pude evitar sonreír y negar con la cabeza. Seguidamente, yo también saqué una cajita azul de mis pantalones. Le enseñé el mismo collar, para él. Reímos juntos, colocó una mano en mi mejilla y me acercó para darme otro beso.

-¿Me permites?-Me preguntó, para poder colocarme el collar.

-Claro-Contesté en un hilo de voz. Me puse de espaldas a él y me eché el pelo hacía un lado, para dejar que pasara sus manos con cuidado por delante de mi cuello y atara el collar tras él.

Hice lo mismo con el suyo. Le coloqué el collar que yo le había comprado para que siempre se acordara de mi, y nos quedamos mirándonos, en silencio, con una débil sonrisa dibujada en nuestros finos rostros.

Y volví a sentir sus labios chocar contra los mios. Rozarlos lentamente y pegarlos cariñosamente. Los suyos encajaron perfectamente con los míos, eran como dos piezas de puzzle. Sus tentadores movimientos al abrir y cerrar la boca, me indujeron a intensificar el beso. Aquel sería el último que nos daríamos en mucho tiempo. No tenía idea de cuándo volvería a verlo… Dejé que una lágrima cayera por mi rostro y apoyé mi frente contra la suya, delirando.

-Te quiero…-Dejó escapar Niall, rozando su nariz contra la mía.

Metí la última camiseta en la maleta, y la cerré con pesimismo. Me senté en la cama y suspiré. Llevé mi dedo bajo mis ojos, para quitar el poco rastro que quedaba del agua transparente de las lágrimas. Suspiré una vez más y traté de calmarme.

Al instante, mi madre entró por la puerta. Levanté la cabeza para mirarla.

-Cariño, ¿Tienes ya tu maleta lista?

-Sí…-Contesté con pesadez. Me puse en pie y la cogí, llevándola hasta fuera, pero mi madre me paró.

-Tranquila, yo la llevo. Tu descansa, mañana tenemos que madrugar-Me besó en la frente-Buenas noches, cielo.

-Buenas noches, mamá-Traté de sonreír, pero casi fue imposible.

Cambié la luz de mi cuarto por la lamparita que había sobre la mesita de noche, cogí un bolígrafo y mi diario, y comencé a escribir:

Diario, no quiero marcharme. No quiero alejarme de aquí. Este es mi lugar, aquí tengo mis amigos, el resto de mi familia y… Tengo a Niall. Tú mejor que nadie sabes que él lo es todo para mi, que todos los momentos que he pasado con él sin imborrables de mi mente y que lo quiero con todo mi ser. ¿Qué voy a hacer sin él? No quiero que todo lo que hemos cosechado hasta ahora se pierda por culpa de mi partida… No sé qué hacer. Tengo miedo. Temo que todo desaparezca con el paso de los días. Estaré muy lejos de todo, en la otra punta del mundo y sé que será muy difícil mantener el contacto con todos.

Niall me ha dicho que va a estar esperándome hasta que vuelva, o hasta que él cumpla los dieciochos y pueda irse a vivir a Los Ángeles, conmigo. Es una locura, sí, pero él lo haría por mí, estoy segura. Es todo un amor. Mi amor. Lo echaré tanto de menos…

Pero voy a tratar de ser fuerte. Él ha sido el que me ha convencido para que no les ponga mala cara a mis padres y que acepte el maldito viaje. En fin… La mayoría de mis amigas se han sentido bastante mal hoy, cuando nos hemos despedido, los chicos supongo que también, pero ellos son más rudos y se han tragado las lágrimas. Así son ellos. Louis ha hecho de sus bromitas como siempre, pero eso es lo que más me gusta de él. Sé que…

Escuché como las ramas del árbol que había frente a mi balcón crujían. Levanté la vista del diario y esperé varios segundos. Volvieron a crujir. Dejé la libreta sobre la mesita junto con el bolígrafo y me levanté sin calzarme, andando por el suelo de madera. Me acerqué curiosa, y un poco temerosa, a los ventanales que daban al exterior y descorrí la ventana, y allí pude ver a Niall pasando del árbol al balcón.

Abrí y lo dejé pasar sin siquiera sonreír.

-¿Qué haces aquí?-Le pregunté en cuanto volví a cerrar, para que mis padres no se percataran de que estaba allí.

-Lo siento-Se disculpó acercándose a mí-Pero no puedo dejar que te vayas sin haberme despedido de ti como Dios manda-Pegó sus labios a los míos después de haberme agarrado con fuerza de la cintura.

-¡Niall!-Lo aparté-Mis padres están en la habitación de al lado. Pueden oírnos.

-No me importa-Clavó sus ojazos sobre los míos-Voy a estar sin verte más tiempo del que jamás llegué a imaginar. No pienso despedirme de ti con un simple beso.

Volvió a apoderarse de mis labios como él lo sabía hacer. Sonreír sobre sus labios. Iba a disfrutar el último momento con Niall todo lo que pudiera. Al máximo. Y no me importaba si se daban cuenta de que mi novio estaba metido en mi habitación. No volvería a verlo hasta dentro de mucho tiempo, como él había dicho, por lo que nada podía tratar de impedir que la última noche en Londres, la pasara con él.

Broken Promise (Niall y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora