el sueño de Rita

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El señor Lynn se encontraba en el ático viendo la portada de un libro naranja que era el álbum de fotos de su Lincoln o al menos eso debía ser pues el registro estaba vacío de toda foto posible incluso en la tapa, no podía creer que esas fotos que el atesoro hayan sido vendidas por el mismo, uno pensaría que nadie querría fotos de un niño desconocido, raro fue cuando un hombre de complexión robusta que vestía una gabardina le compro todas las que pudo encontrar del niño en sus tiempos de bebe o en la playa y las que no vendió las quemo. Su estómago se revolvió y sentía como el vómito fluyo por su garganta hasta fuera de su boca al pensar en lo que ese animal desconocido podría estar haciendo ahora con las fotos de su difunto hijo. Abrazo el álbum y se acostó en el suelo comenzando a llorar.

Era ya hora de dormir, Rita veía la última foto que le quedaba de su hijo, esa que estaba en la portada de su álbum de fotos de bebé, el niño se veía tan adorable con su gorrito blanco y abrazando a su conejito, los dos últimos tesoros que le quedaban de su bebé una foto y un conejo de peluche. ¿Cuándo dejo de importarle ser una buena madre? ¿O acaso jamás se percató que su hijo sufría en silencio porque siempre tenía con él esa radiante sonrisa? Eso no la ayudo porque para que un niño que tuvo que lidiar con todo eso sin perder su sonrisa haya tenido que llegar al borde para suicidarse solo significaba que los meses que paso en el patio y con ese traje debieron ser peor que cualquier cosa que Lincoln haya tenido que afrontar, solo que esta vez no hubo una solución bonita.

Rita dejo la foto y a bum bum en su mesa de noche junto a su cama y se quedó dormida.

El sol acariciaba la cara de la señora Loud, esta abrió los ojos lentamente para descubrir que su marido no estaba con ella quizás se levantó temprano y se fue y quizás no la despertó porque sentía que aún tenía que descansar por el luto, se levantó y se dio un baño, era tan lindo tener el baño para ella sola sin filas ni peleas, ya vestida y aseada salió del baño cuando un olor a desayuno acaricio su nariz ¿una de sus hijas se había quedado para hacerle compañía? Bajo las escaleras y entro a la cocina, ahí no dio crédito a sus ojos los cuales como ya era costumbre se humedecieron, sus rodillas temblaban y su voz parresia no poder salir de su garganta. Allí frente a la estufa con un delantal blanco y una espátula en la mano estaba su hijo Lincoln. Li ¿Lincoln? Dijo Rita forzadamente, el niño volteo a verla, ahí estaba otra vez esa hermosa sonrisa de dientes de conejo que caracterizaba a su hijo.

Oh, buenos días mamá, quería sorprenderte con el desayuno en la cama, pero veo que ya no poder. Rita camino hacia su hijo para tocar su cara, su cabeza y su mejilla, eso desconcertó al chico. Uh... ¿mamá? ¿Qué haces?, era tan sólido, tan real que no aguanto darle un abrazo muy fuerte a su bebé. Ug... mamá no puedo respirar. Rita aflojo el abrazo pero no lo rompió, quería seguir así. Lo siento cariño, es que... todo fue un horrible sueño.

¿Un sueño horrible? No te preocupes nada que un buen desayuno no cure. Lincoln tomo a su mamá de la mano y la llevo a la mesa, ahí puso un florero con un hermoso jazmín que perfumaba el ambiente luego volvió a la cocina y salió de ella con una bandeja en la que traía un plato de hot cakes con mantequilla y mermelada de fresa, un plato con huevos fritos y tocino bien dorado y una taza de café. Bon apetito mamá dijo Lincoln con un medianamente decente acento francés, Rita rio un poco y comenzó a comer, todo estaba delicioso su hijo definitivamente sería un gran chef. Al terminar de comer Lincoln levanto los platos y los lavo mientras Rita veía un programa sobre la naturaleza, como las madres de distintas especies daban incluso su vida por sus crías, como las madres cocodrilo que no duermen ni comen hasta que sus bebés nazcan, protegiendo sus huevos de todo depredador e incluso cuidando huevos ajenos como las de las tortugas de caparazón blando.

Es muy interesante ¿verdad? Dijo Lincoln sentándose en el sillón junto a su mamá.

Rita vio a su hijo y respondió, claro yo pensé que los cocodrilos eran malos, pero ahora veo que son buenas madres. Pero yo tengo a la mejor mamá de todas, dijo Lincoln abrazando a Rita. Soy mamá cocodrilo y no dejare que nadie se lleve a mi bebé, respondió Rita simulando con sus brazos la boca de un cocodrilo abrazando a Lincoln.

Jejeje, sé que jamás dejarías que nada me pase mami. Esa palabra le trajo tantos recuerdos de su hijo cuando era un bebé que empezaba a hablar, ella abraza a su hijo y con lágrimas de genuina alegría responde, no hijo, no dejare que te lastimen ni que te vallas de mi lado.

Bueno, algún día creceré y me iré de casa. Rita abrazo más fuerte a su hijo, pero para eso aún falta mucho, mientras tanto tu seguirás siendo mi bebé. Lincoln correspondió el abrazo. Y tú siempre serás mi madre.

El resto del día Rita y Lincoln lo pasaron juntos, ella le leyó los cuentos que le contaba cuando era más pequeño, lo cual el niño escuchaba con tanta atención e ilusión propia de un infante. En la tarde se ayudaron mutuamente a preparar la cena, algo sencillo, solo carne con Pure de papas y de postre un pastel de chocolate que hicieron entre los dos dejando la cocina llena de harina y restos de leche, huevo y chocolate, más sin embargo les quedo delicioso. El sol ya se estaba poniendo y el frio ya se sentía, Rita prendió la chimenea y trajo una manta para cubrirse a ella y a Lincoln, el chico se acurruco con su madre relajándose. Ah que calientito se está aquí.

Sí que lo está dijo la señora Loud abrazando a Lincoln, este correspondió el abrazo y con voz cansada dijo, No podría imaginarme estando allá afuera, Rita sintió que su corazón se partía al escuchar esas palabras, pero eso ya no le afectaría más, su bebito estaba con ella y eso era todo lo que le importaba.

Ya era de noche y ambos casi se duermen en el sofá al calor de la chimenea. Lincoln despertó a su mamá.

¿Mamá? Ya es de noche, ven vamos a dormir. La señora Loud camino a su habitación, su día fue tan perfecto que no noto que el resto de su familia no había llegado, solo eran ella y Lincoln. Se puso su pijama y noto que en su mesa de noche junto a la foto de Lincoln y bum bum había un jazmín. ¿Te gusta? Pregunto Lincoln. Pensé que le daría un lindo toque a tu mesa. Rita lo vuelve a abrazar, jamás seria suficientes abrazos para su hijo, me encanta cariño, gracias. Rita se acostó siendo despedida por un beso en la frente de parte de Lincoln, descansa mamá.

Rita cerro los ojos pero una alarma la despertó nuevamente, junto a ella estaba su esposo se dio cuenta de inmediato que todo ese hermoso día había sido solo un sueño. Era tan cruel que nuevamente el llanto se hizo presente, esto despertó al señor Lynn.

¿Rita? ¿Qué pasa? Dijo asustado.

Él estaba aquí Lynn, él estaba aquí con migo. Fue tan real, él estaba vivo estaba con migo.

El señor Loud abrazo a su esposa. Rita calma, fue solo un sueño.

No Lynn, yo lo sentí, toque su cara y lo abrace, era tan real.

Lynn señor no podía ver a su esposa tan destrozada por un sueño, ahora ya ni en el descanso podían estar en paz, iba a decir algo cuando sintió un aroma inusual. ¿Hueles eso?

¿Qué cosa? Pregunto Rita secándose las lágrimas.

Huele como a flores. El señor Lynn busco con la mirada alrededor de la habitación cuando noto algo en la mesa de noche de su esposa ¿Qué es eso? Dijo señalando el mueble.

Rita se volteó para ver que en su mesa de noche junto a la foto de Lincoln y bum bum había un jazmín, ella tomo la flor y la presiono en su pecho con una expresión de esperanza en su rostro. Mi bebé. 

siempre a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora