Soulmates ꒰♡꒱ hopega.

Soulmates | capítulo tercero.

—Hoseok, últimamente has estado bastante ido. ¿Seguro de que te encuentras bien? Sabes que si algo está molestandote puedes decirlo, nosotros no tenemos problema en escucharte —no pudo evitar dar un respingo al escuchar las palabras de Taehyung, quien lo miraba atento. En su mente apareció la imagen del señor Min sentado en su escritorio mientras escribía en una hoja con total concentración.

Tragó saliva al ser consciente de lo que estaba pasando sin poder evitar que se sintiera avergonzado de sí mismo por su situación.

—Estoy bien —musitó por lo bajo, alargando sus palabras al final. Le dedicó una sonrisa amplia al mismo tiempo que lo sostenía por el hombro, haciendo que creyera sus palabras casi al instante. Unos pasos acelerados se escucharon detrás de ellos antes de que Namjoon apareciera a su lado con un rostro relajado y una sonrisa leve dibujada en los labios. Taehyung se despidió de ambos antes de entrar a su salón.

Comenzaba a sentir como la presencia de aquella persona en su cabeza ofuscaba su mente por momentos. Incrédulo, aún sin saber lo que él tenía que lo hacía sentir atraído hacia su persona, su cara comenzaba a sentir calor.

La mano de Namjoon se deslizó por su cabellera pelirroja hasta su hombro, dándole un ligero apretón.

—¿Cuándo planeabas decirme que te gusta el profesor Min? —el rostro del pelirrojo se deformó por un segundo antes de que comenzara balbucear cosas completamente incomprendibles. El castaño rió porque Hoseok estaba siendo demasiado obvio—, dejáme decirte que tú no eres el mejor disimulando y yo no soy un idiota.

—Eres un idiota por sacar tus propias conclusiones —se defendió tratando de lucir un poco más calmado—, la pregunta solo me tomó por sorpresa —se excusó, agachando la cabeza por la vergüenza.

—Se nota a leguas que te gusta, no intentes lavarme el cerebro con tus insultos —le dió un leve golpe en el hombro como una señal de apoyo indirecta—, tienes unos gustos un tanto raros. Es por eso que has estado en las nubes, ¿eh? En un principio no lo hubiera imaginado.

—Guarda silencio, imbécil —le cubrió la boca con una de sus manos—, alguien podría escuchar todas tus estupideces.

—Oye, Hoseok —apartó su mano de sus labios, fingiendo una mueca de disgusto—, ¿cuándo te he juzgado, hermano? Sabes que a mi me importa un carajo que a ti te vayan los pep- —un fuerte golpe en sus bajos le hizo soltar un gemido ahogado—, H-Hoseok —lloriqueó.

—Deja de lloriquear, vamos a llegar tarde a clases por tu culpa —tiró de la manga de su camisa, arrastrándolo por los pasillos de la escuela con una cara de vergüenza que se notaba desde lejos.

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La boca del pelirrojo estaba formada en un peculiar triángulo; sus brazos estaban cruzados y su ceño fruncido. A su lado, Namjoon tenía una expresión de dolor y pena por la situación en la que estaban metidos. La puerta se abrió, dejando ver al director, quien se adentró en la dirección con un rostro cansino y apagado.

—¿Me quieren decir lo que para ustedes es más importante que llegar a tiempo a sus clases? —en ese momento el profesor Min entró, mirando sin ninguna expresión al director para después dirigir su mirada a un avergonzado y molesto Hoseok.

No lo pensó mucho tiempo al haber escuchado lo que el director les había preguntado, sintiendo una sensación extraña en su pecho.

—Lo lamento, señor director, fue mi culpa que ellos llegaran tarde a su clase, necesitaba alguien para que me ayudara a mover mis cosas al salón y los detuve un momento —se disculpó, mintiendo en todo lo que había dicho. Ambos jóvenes lo miraron con incredulidad.

—Entiendo —respondió el hombre mayor, un poco dudoso—, Jung, Kim, pueden retirarse. Profesor Min por favor acompañelos —ambos se pusieron de pie y caminaron fuera de la oficina con su profesor siguiéndoles el paso. Las manos de el joven pelirrojo temblaban ligeramente mientras caminaba entre Namjoon y él, sintiéndose pequeño de forma repentina.

—Gracias, profesor —fue Namjoon quien se atrevió a hablar—, pero sigo sin entender porqué lo ha hecho —los ojos marrones de Yoongi lo miraron por un corto segundo antes de pasarse en dirección a Hoseok, quien miraba al piso como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—No es nada —respondió con una sonrisa poco visible dibujada en sus labios—, en realidad yo tampoco tengo idea, prefiero no pensar mucho en eso —volvió a fijar su vista al frente mientras caminaban—, solo no vuelvan a meterse en problemas porque nadie va a salvarles la próxima vez.

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