Cuatro.

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Día 4: Conociendo a la familia.

Advertencias: Ninguna.

Genero: Romance, mención de muerte y angst.

Aclaraciones: Ninguna.

¡Disfruten la lectura!

...

Era una mañana fría, las nubes cubrían el cielo azul al igual que el sol, las amenazas de lluvia eran pocas pero aún así se recomendaba tomar sus precauciones.

Y aún que el día fuese triste, Leo se sentía feliz. Ese día cumplía 6 meses de salir con su novio, Kubo. Un precioso asiático que conoció por medio del mejor amigo de su amigo Miguel, Hiro Hamada.

Kubo y el congeniaron al instante, fue cuestión de poco tiempo para que ambos se volviesen inseparables para después volverse pareja oficialmente un día como estos pero seis meses atrás.

Ambos conocían a la perfección el uno con el otro, conocían sus secretos, sus mayores miedos y sus sueños, podían hablar hasta que el tiempo se les escurriera como agua entre sus manos. Además de que tenían plena confianza entre ellos mismos.

Este aniversario sería especial, pues por primera vez Leo partiría en avión junto con Kubo para visitar la tierra natal del mencionado.

Tendría la oportunidad de conocer a su familia y poder presentarse formalmente ante ellos. Leo no conocía mucho sobre la vida de Kubo antes de que este llegase a México. El nipón era muy reservado en ese tipo de cosas, cuando tenía tiempo solía contarle de las aventuras de su abuelo cuando este era más joven, sin embargo, este jamás le contaba sobre el parche en su ojo derecho ni de sus progenitores, y Leo no buscaba problemas así que tampoco preguntaba por ellos.

— Te ves emocionado. — Comentó Kubo despertando a Leo de su ensoñación, ambos estaban formados en una fila de una sala de espera del aeropuerto internacional de México.

— Estoy emocionado. — Respondió Leo, las personas avanzaban y ellos cada vez se aproximaban más a la señorita que recogía sus boletos de avión verificando que estuviesen en perfecto estado y su veracidad.

Solo había una persona más enfrente de ellos, una persona más para poder abordar el avión que lo llevaría a la tierra que vio nacer a su novio.

— No le veo chiste a tu emoción, solo conocerás a mi familia. — El nipón se alzó de hombros al mismo tiempo que entregaba su boleto de avión a la aeromoza.

— Se nota que no tienes consideración. Uno, jamás había salido de México y dos, voy a conocer a las bellas personas que pusieron de su parte para que nacieras tú dulzura. — Contestó imitando la acción de su novio.

— Si... — Leo notó como el único ojo que mostraba Kubo oscureció y decidió dejar el tema ahí, no quería que su novio estuviese triste y odiaba por completo que él tuviese la culpa.

...

El trayecto a Japón fue demasiado largo, Leo miraba a todos lados en el avión y se encargaba de distraerse haciendo de todo lo que podía dentro de este mismo, viajaba por todo el pasillo, iba y venía del baño sin necesidad y era la tercera vez que leía esa revista promocional de la aerolínea.

Kubo por el contrario una vez arriba del avión se coloco un antifaz y cayo rendido al sueño. Él podría dormir las 13 horas del vuelo sin inmutarse.

Leo resopló, estaba empezando a envidiar a la gente que comenzaba a dormirse alrededor de él, en su cuerpo no había ni la menor pizca de sueño, al contrario contaba con una adrenalina que nadie podía con ella.

Seven » KubanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora