Día 3: Fiesta.
Advertencias: Ninguna.
Genero: Comedia, romance, tradiciones mexicanas.
Aclaraciones: Ninguna.
¡Disfruten la lectura!
...
Una de las cosas favoritas de Kubo en México eran las tradiciones y costumbres que tenía este mismo. El día de muertos, el día de los reyes y el día de la independencia eran de las muchas festividades que había pasado en México. Y este año sería la primera vez que pasaría la Navidad en México.
Su relación con Leonardo San Juan iba para los dos años de duración, esta era la segunda navidad que pasaban juntos, la primera por razones justas (ya que pasaron día de muertos en México gracias a las insistencias de Leo) pasaron Navidad en Japón, con la única compañía de su abuelo.
Si le preguntan a Leo, no fue una cosa del otro mundo, comieron pavo y compartieron una amena platica mientras decoraban el árbol de navidad, después fueron a dormir no sin antes hacer buenos deseos y poner una nota esperando la llegada de papá Noel (que para sorpresa, en Japón se cree que es un jovencito dulce que carga los regalos en un gran bulto).
Antes de ir a dormir en la misma cama, Kubo prometió dándole un corto beso en los labios que el próximo año irían a pasar la Navidad en México y después de esa promesa, ambos se durmieron con una sonrisa plantada en sus labios.
Y así es como llegó el tan esperado día 24 de Diciembre.
Leo había recibido a Kubo en el aeropuerto bien tempranito en la mañana, pues el japonés insistió en pasar todo diciembre con su abuelo, pensando que así podía compensar que el 24 de Diciembre lo dejaría solo.
Cuando se rencontraron después de un mes, ambos corrieron como pequeños niños al encontrarse en un parque a abrazarse, Leo dejó muchos besos en cada rastro que encontrará del rostro del nipón, y Kubo sólo se encargaba de reír alegremente, le encantaba ver a su novio. Jamás se separaría por tanto tiempo de él.
— Ven vámonos, en la casa nos están esperando. — Dicho esto, jaló la maleta de rueditas y salieron del aeropuerto en dirección al coche de Leonardo.
Kubo le platicó en el camino hasta la casa de Leonardo sobre todo lo que había pasado en su larga estancia en Japón, al igual que Leo, lo puso al tanto sobre otras muchas aventuras a las que lo habían enviado para cumplir y todas las travesuras que hacía Fernando.
Y así el camino fue muy corto, cuando menos se dieron cuenta estaban fuera de la casa de los San Juan. El olor dulzón de pan inundó las fosas nasales de Kubo, se sentía como en casa.
Entraron a la casa, y se topó con la familia de Leonardo (conformada por Fernando, Nana y doña Toñita) desayunando en la cocina, como siempre saludo tímidamente.
— Buenos días, doña Toñita.
— ¡Buenos días, Kubo! ¡Pasa, siéntate! Toma el desayuno con nosotros, mi niño — Kubo sonrió levemente y se tomó asiento en la silla junto a doña Toñita. Leo se dirigió a la cocina para servirle el desayuno a su novio. — ¡Tenía mucho tiempo que no te veía!
— Fui por un tiempo a Japón, quería cuidar de mi abuelo.
— ¿Tiempo? ¡Una eternidad querrás decir! Dejaste a nuestro Leoncito chillando aquí solito porque extrañaba mucho a su chinito.
— ¡Abuela! — La voz de Leo gritó interrumpiendo el relato de doña Toñita.
— ¿Qué pasa, mi niño? Si no estoy diciendo ninguna mentira.
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Seven » Kuban
Romance» Recopilación de 7 OS con diferentes temáticas. » Aportación del equipo Calaveritas del Distrito 8. Creditos: Ni Leo ni Kubo son de mi autoridad, créditos a sus respectivos creadores. Al igual que la foto, pertenece a la talentosa Mochi Ezk en Face...