Capítulo 1

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Definitivamente no tengo idea de cómo voy a escapar de esto.

Estando de pie frente a toda la Corte Real de la Luna Negra, esperando escuchar las palabras de la Reina Neherenia y no puedo evitar sentirme aterrada ante lo que va a suceder. Ni siquiera la mirada azul mar de mi hermana me puede dar ánimos en estos momentos.

–Queridos y distinguidos amigos miembros de la Corte Real. Con gran alegría quiero compartir con vosotros la feliz noticia del compromiso en matrimonio de mi sobrina, la Princesa Serena con el Príncipe Diamante de Némesis.

Mire con atención a mi tía, la Reina Neherenia, luciendo como siempre majestuosa con su vestido bordado en negro y blanco, mostrando esa sonrisa que podría definirse como maravillosa de no ser porque esconde la cruel mirada que conozco tan bien y sabe disimular a la perfección, la cual está grabada en su rostro de porcelana, coronada con sus cabellos tan oscuros como la noche.

–Sé que mi difunto hermano estaría orgulloso de saber que la mayor de sus hijas compartirá el resto de sus días con un hombre tan distinguido e importante como lo es el Príncipe Diamante. Estoy segura de que la unión de nuestros reinos será muy benéfica para todos –continuo diciendo mi tía, mientras alzaba la copa de champan que sostenía–. Es por eso que os invito a brindar conmigo por la felicidad de los novios.

Todas las personas reunidas en los jardines del Castillo imitaron a la Reina Neherenia y alzaron sus copas. A mi lado el Príncipe Diamante, luciendo elegantemente vestido con su traje de gala blanco con bordados azules y una capa a juego que hacen resaltar su cabello blanco y ojos purpuras, me entrego una copa con una sonrisa complaciente.

–Por nuestro futuro matrimonio, Princesa Serena, mi futura Reina de Némesis –musito él chocando su copa con la mía–. No se imagina lo feliz que me siento al saber que pronto será mía.

No dije nada y me limite a tomarme el champan. Sin poder evitarlo, note en mi dedo el enorme diamante que está en el anillo que me dio el Príncipe Diamante, como un recordatorio de la cadena que me tiene atada a un compromiso con un hombre que no amo.

Una vez finalizado el brindis, la Reina Neherenia se acercó a mí y me abrazo. Me quede inmóvil mientras ella me susurraba al oído. –Debéis sonreír, niña estúpida, está es una fiesta por vuestro compromiso en matrimonio. Agradece que he sido benévola contigo y con tu hermana y he planeado un buen futuro para vosotras, uno que nos beneficia a las tres, en vez de haberme deshecho de ustedes en cuanto supe de tu terrible deshora para esta familia.

La mire a los ojos cuando me soltó e hice lo que me pidió, sonreí como si realmente me sintiera feliz, ocultando así lo mucho que la detesto por todo el sufrimiento que me ha ocasionado a mí y a las personas que me importan.

Ella se acercó al Príncipe Diamante, al cual también abrazo dándole la bienvenida a la Familia Real de la Luna Negra, tras lo que ambos se felicitaron mutuamente ante la feliz perspectiva que traería este compromiso para ambos reinos.

Una suave melodía empezó a sonar y el Príncipe Diamante tomo mi mano, conduciéndome hacia la pista de baile mientras recibíamos las felicitaciones de todos los presentes. Al llegar al centro de la pista de baile, él poso su mano libre en mi cadera, estrechándome más a su cuerpo mientras damos vueltas por el lugar al ritmo del vals que llena el aire.

Bajo la luz de las antorchas que iluminan el jardín elegantemente decorado en tonos negros y grises, los colores del Reino de la Luna Negra, y los estandartes con el símbolo de nuestro reino, una luna creciente negra, más que nunca me siento una marioneta de mi tía. Tengo que encontrar la manera de librarme de este compromiso pronto.

–Ha estado muy callada, Princesa Serena ¿Se encuentra bien?

–Sí, estoy bien –dije con una pequeña sonrisa, dejando a un lado mis pensamientos–. Es solo que estaba pensando en nuestro compromiso.

Cuando La Oscuridad Se AcerquéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora