Capítulo 2

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Abrí mis ojos lentamente, sintiendo el suave balanceo de mi cama que me está arrullando como si fuera un bebé en su cuna y el lejano rumor de las olas chocar. Al mirar a mí alrededor, me costó un momento recordar que ya no estoy en el Castillo Negro, sino en mi camarote a bordo del Nereidas. La tenue luz del amanecer entra por la porta, iluminando mi camarote. El medicamento que me dio Ami anoche debe haberme dormido mientras esperaba a que Seiya regresara.

Para mi sorpresa, vi a Seiya durmiendo en una silla con la cabeza recargada en la pequeña mesa de la habitación, en donde hay una bandeja con frutas y una jarra con agua que no recuerdo haber visto la noche anterior.

Retire la cobija con la que estaba tapada y baje de la cama. Al estar levantada note sorprendida que ya no siento dolor alguno por la caída de ayer. Tome una cobija de la cama y camine hacia Seiya, cubriéndolo con cuidado con ella. Para mi sorpresa, abrió los ojos y me miró con una sonrisa.

–Hola, Bombón.

–Buenos días, Seiya –dije sonriendo, me senté en otra silla que estaba frente a él–. ¿Dormiste en esa silla toda la noche?

Él asintió. –Valió la pena. Fuiste lo último que vi al cerrar los ojos y lo primero que veo este día al despertar.

–A mí también me gusto verte al despertar, pero me habría gustado más verte acostado a mi lado –comenté notando que me ruborizaba de solo imaginar cómo sería dormir a su lado. Tome su mano decidiendo que era mejor cambiar de tema–. Te debe de doler la espalda por haber dormido así.

–Descuida, he dormido en peores condiciones. Pero veo que ya estas mejor del pie.

–Sí, lo que me dio Ami anoche hizo que hoy me sienta como nueva –suspire al recordar la conversación que tuve con ella–. Anoche estuve hablando con Ami y me dijo que nos dirigimos hacia el mar Serenitatis, a un lugar llamado valle de Eleidha. Pero ese sitio está en territorio salvaje, Seiya, es muy peligroso ir allí.

–Tranquila, Bombón. Jamás te llevaría a un lugar en que pudiera ponerte en peligro.

–¿Entonces por qué vamos hacia allá?

Seiya miró hacia nuestras manos unidas. –Aún es muy temprano para tener está conversación. Tal vez deberíamos ir a la cama y dormir un poco más.

–Por favor, Seiya, ¿qué me estás ocultando?

Él suspiro profundamente, tras lo que su mirada se volvió a encontrar con la mía. –Durante los últimos seis meses no solo me encargue de idear un plan para sacarte de Luna Negra, estuve investigando muchas cosas. La mayoría de esas cosas la Reina Neherenia las oculto a todo el reino. Y además, logre descubrir algunos secretos que ocultó a la Princesa Mina y a ti durante toda su vida y que explican porque nunca las dejó salir de Castillo Negro.

–¿Qué cosas? ¿Qué nos ocultó Neherenia?

–Creo que deberíamos esperar a que la Princesa Mina este presente, este es un asunto muy importante que les concierne a ambas.

Me levante de inmediato, sin soltar su mano haciendo que él se pusiera de pie. –Entonces vamos al camarote de Mina, así por fin podrás decirnos que son todas esas cosas que averiguaste.

Seiya tomo mi brazo, impidiera que caminara. –Aún es temprano, Bombón, deja que ella duerma un poco más.

–Pero...

–Sé que tienes muchas preguntas y te prometo que responderé cada una de ellas, pero hay que esperar a que tu hermana escuche todo lo que tengo que decirles. Este es un asunto muy importante para las dos.

Asentí con resignación, conociéndolo debe de haber una razón muy importante por la que quiere hablar con ambas del tema.

–Espero que lo que vayas a decirnos explique porque vamos a un lugar tan peligroso.

Cuando La Oscuridad Se AcerquéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora