D O C E

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Nos separamos por falta de oxigeno, nuestras frentes siguen unidas, nuestras respiraciones se mezclan y al mismo tiempo tratamos de recuperar el aliento.

-Extrañaba tanto esto-susurra Jos.

-No tienes idea de cuanto lo extrañaba también-

Una vez que hemos regularizado nuestras respiraciones, Jos no pierde tiempo y me vuelve a besar, pero no cualquier beso, es un beso intenso, un beso que se lleva todo de ti, y quiero que lo haga, quiero que saque todo lo que me he reservado para mi, quiero que se lleve todo y me deje vacía, quiero que se lleve el miedo, la inseguridad, todas la emociones que Andrés me provoca, y que sólo deje en mi inmensas ganas de tenerlo cerca.

Sus manos bajan por la curvatura de mi cintura y se detienen hasta mi cadera, su lengua se abre paso por mi boca en busca de la mía.

Sus manos bajan hasta la parte trasera de mis muslos, mis piernas son elevadas y enredadas alrededor de su cintura, él camina a cuestas por el departamento, sube las escaleras , y sé que busca mi habitación, abre la tercera y puerta y por fin la encuentra, empuja la puerta con mi espalda, entra y me deposita en la cama, nos separamos y mi respiración es agitada y la de él no se queda atrás.

Sin perder tiempo, vuelve a besarme igual o incluso un poco más intenso, sus manos recorren mi cuerpo, y comienza a deshacerse de mi blusa.

-Eres tan jodidamente hermosa Mía- susurra con la voz ronca contra mi oreja.

Entonces todo pierde enfoque, un escalofrío recorre mi cuerpo, el asco, la repulsión y el pánico comienzan por arraigarse en mi sistema, los recuerdos me golpean con brutalidad que por un momento me siento aturdida.

"Eres tan jodidamente hermosa Mía."

Esa misma frase utilizo Marc mientras me embestía con brutalidad, mientras mi hermano, Antonio y Adrián reían.

Ellos reían, Marc me violaba y yo lloraba.

No puedo dejar de pensar en eso y justo cuando las manos de Jos está por desabrochar mis jeans el pánico gana más terreno.

-¡No!- lo detengo, no puedo dejar de pensar ese día.

El sin embargo no se detiene, baja la bragueta de mi pantalón pero no siento nada más que pánico.

Tomo su mano y la alejo, me pongo de pie y me quedo ahí parada tratando de matener los recuerdos a raya.

-Dame un segundo, yo...-realmente no se que decir.

-¿Que hice mal, Mía?, ¿Qué ocurre?, ¿No estás lista?- esta serio y lo entiendo, lo rechaze.

-No hicista nada malo, es solo que ¡mierda!, yo...-

-Tu no quieres estar conmigo es eso-me interrumpe y sin más se coloca su playera, abre la puerta de la habitación.

No pues permitir que se valla.

-¡Jos!- lo tomo del brazo deteniendolo.

Detengo a Jos pero no detengo mis inmensas ganas de llorar.

Entonces estallo, lloro , suelto a Jos y pego mi espalda contra la pared h comienzo a desender, mis rodillas están pegadas a mi pecho, he comenzado a hipar, los sollozos desgarradores son acompañados por los recuerdos.

Aun puedo sentir el asqueroso aliento de los cuatro, aún puedo sentir el dolor de sus embestidas, aún puedo sentir los gemidos de placer contra mi oído, aún recuerdo las palabras, cada una de ellas, lo recuerdo todo, absolutamente todo.

Nunca lo había contado a otra persona que no fuera mi mamá, Mateo, Isael, y la policía, pero no me sentí bien, no me sentí libre.

-¿Qué pasa Mia?, ¿Por qué lloras?-

Jos me sostiene en sus brazos y me siento protegida.

-Puedes confiar en mi-insiste.

Yo sin embargo, me pongo de pie, me pongo mi blusa y lo encaro.

-Es algo que no puedo decirte en la primera cita Jos-

Jos suspira un par de veces para intentar relajarse, esta sentado en la orilla de la cama y yo estoy sobre el mueble.

-Sólo quiero ayudarte Mía-dice

-Es es el problema Jos, que nadie puede ayudarme-

-¿Por qué lo dices?, ¿Qué tanto daño te hicieron para que nadie te ayude?-

-Ni te imaginas-

Siento el nudo en mi garganta crecer y crecer, ya no quiero llorar por lo que me hicieron, ya estoy arta de llorar por eso, pero simplemente no puedo.

Tampoco puedo decirle a Jos na verdad, no por ahora, llevamos poco tiempo conociéndonos.

-Dimelo Mía -

-Te lo diré en un futuro pero por ahora no Jos por favor , ahora no-

Cierto los ojos para tratar de mantener mis sentimientos dentro de mi, estoy a punto de perder el control de nuevo.

-Esta bien, esperare a que te sientas más cómoda para hablar sobre eso-

Trato de sonreír, pero sólo consigo hacer una mueca.

-Necesitamos más citas- digo

-Por supuesto que las necesitamos-dice-: me tengo que ir , cualquier cosa que necesites me marcas y después vemos lo de nuestra cita -

Asiento.

-Yo te aviso, tengo muchos trabajos que hacer ya que no asisti a clases en tres meses-hago un mueca.

-Adios Mía -

-Adios Jos-

(...)

Hace ya tiempo que llevo haciendo tareas y trabajos y no llevo la mitad.

Estoy estresada, no ha sido un día fácil; la cita de trabajo, el encuentro con Natalia, lo que paso con Jos, los trabajos, las tareas, no puedo más.

Tomo mi celular y me doy cuenta de la hora 2:05 am , pase todo el día haciendo trabajos y no avance ni la mitad.

Mañana tengo escuela es mejor que duerma un poco.

(....)

Despierto con ojeras, con sueño y hambre.

Me baño, me arreglo, y desayuno para ir a la escuela.

Al llegar a la escuela me topo con alguien no muy agradable: Jessica Hernandez.

-Hola Mía -

-Hola Jessica-sonrio de manera falsa y la esquivo para seguir mi camino

-¡Mia!-Jessica grita mi nombre pero la ignoro.

Entro al edificio donde tendré la primera clase, subo las escaleras y al entrar al salón dejo alguno de los trabajos que hice ayer sobre el escritorio.

Tomó mi asiento junto Natalia, la maestra llega y empieza otro día infernal.

(...)

Llego a mi departamento y coloco las llaves sobre la mesa de cristal que esta pegada a la pared a un lado de la puerta.

Dejo también mi mochila sobre el sofá y me encamino a hacer algo para desayunar pero mi teléfono comienza a sonar.

Lo tomo y veo el contacto, el 'número desconocido' brilla sobre la pantalla, sin más contesto.

-¿Si?-

-¿Señorita Stone?-

-Si-

-Oh, le hablamos de hotel Real, sólo para informarle que usted tiene el o de secretaria en el hotel ya mencionado , ¿se puede presentar mañana a las tres de la tarde señorita Stone?-

-Oh por supuesto que si, a las tres de la tarde estaré ahí -

-Bien le mandare todo lo que necesita para que mañana se presente, a su correo, hasta luego-

Y sin más cuelga, he conseguido el trabajo.

¿Qué se siente ser la novia de Jos Canela?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora