Dimensión

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POV'S Murdoc

Verte cada mañana despertar era mi cosa favorita de la rutina. Observarte era un deleite. 

Eres realmente bonito, como un ángel caído del cielo para protegerme de todo el mal. Me pregunto si tú me ves igual que yo. Sé que todos tenemos defectos, pero yo amo cada uno de ellos. ¿También lo haces? Todo esto me esta volviendo loco, ¿nuestro amor es una mentira?

Solo espero que este amor no sea falso, como todos los amores que he tenido. Espero que tú seas distinto a las demás.

He caído en las garras del amor, agradezco que haya sido a lado tuyo. Has sido la única persona con la quiero estar durante el resto de mi vida. Y no es para presumir que tengo al chico más lindo, en verdad te amo.

Nunca dejo de pensar en ti, siempre rondas por mi cabeza. Miro cualquier cosa y me recuerda a ti. Solo tú me haz hecho cambiar, haciéndome más detallista y cariñoso. Creo que te amo más de lo que debo. Desde que te conocí todo cambio en mi vida. 

Al principio era divertido estar de esa manera contigo, simplemente sexo sin compromiso. Eso nunca lo negaré, pero después todo se convirtió repetitivo, hasta llegar a un punto de frustración. ¿Por qué? Por no poderte decir todos mis sentimientos. Luego exploté y te dije todo lo que sentía. Tú me correspondiste, te veías tan feliz. Paso el tiempo, la relación avanzaba pero me seguía sintiendo vacío. ¿En verdad me amas?

Puedo sentirte en mis labios todo el tiempo, pero yo solo quiero sentirte en mi corazón. ¿Por qué no te conocí desde niño? Sé que yo no fui tu primer amor y estoy harto por no ser el primero.

Quiero saber si cuando me miras ves más allá de mi persona, como yo lo hago. Solo deseo algo autentico, no algo por diversión. Creo que debería de decirte todo esto, pero, ¿cómo?

— Buenos días, honey—solo tú me conviertes así.

— Ah... Es demasiado temprano—tus quejas eran lindas, como las de un niño pequeño.

— Vamos cariño, tenemos trabajo—te abracé por la cintura, sintiendo tu calor corporal—. Hoy hay grabación.

— Quédate conmigo—dijiste mientras besabas mi cuello. ¿Por qué?

Nos quedamos unos minutos más, disfrutando de nuestros cuerpos. Era agradable, pero no era el momento. Estaba abrumado por todo. Creo que era tiempo de aclarar las cosas.

— Stuart.

— ¿Sí?—te detuviste y me miraste. Tus ojos eran muy lindos. Demonios. Amaba todo de ti.

— ¿Tú, me amas?

— La pregunta ofende—dijiste sonriendo.

— Solo contesta.

— Por supuesto que te amo, ¿por qué lo dudas?

— Curiosidad—¿por qué seguía engañándome? Todo era más que claro. 

— Mudz... nunca te haría daño—¿y si ya lo haces con mentirme? Lo peor de todo es que yo era el culpable de esta situación. El karma lo estaba haciendo de nuevo. 

Quizás en otra dimensión tú me ames y seamos los dos felices, o quizás yo lo arruine desde un principio. 



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me gusta hacer a Murdoc depresivo ahr

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