Ya no estás en mi vida... No porque te hayas ido, sino porque yo te he echado por fin.No te confundas, desgraciadamente no puedo hacer como que nunca has existido para mí, porque aún guardo mi pulsera de hilo rojo, el peluche que te iba a regalar, las flores que cogí para ti...
La cuestión es que ya no los miro tanto como antes, ya no me regodeo en mi propio dolor pensando en ti y en lo que podríamos haber sido.
No.
Ahora esas cosas están guardadas en el fondo de un cajón, tú número ya no está en mi agenda y he borrado tu sonrisa de mi cabeza.
No me puedo quedar con lo bueno porque sería quedarse con mentiras.
Me quedo con lo malo, lo real.
Me quedo con las peleas, con las cosas horribles que me dijiste. Con la ruptura y con las lágrimas que me tuve que tragar todo el día ante mi familia. Me quedo con el beso que te dio aquella chica menos de una semana después de la ruptura y que no dudaste en colgar para que lo viese. Me quedo con ese "puta" que me dedicaste (dios que ganas de reír). Me quedo con la verdad de la que me enteré despues: de todas las veces que me habías sido infiel.
He aprendido la lección... No te enamores, no vale la pena. Vive el momento, disfrútalo con cuanta gente puedas y sin perder un momento. Si algo malo puede pasar, no importa como te comportes, pasará. Pero es decisión tuya salir de ahí o no.
Ahora una última cosa "amor".
Has muerto para mí: existías y ya no.