Como Perro Abandonado

No me llames "Señor Stark"

Estaba ahí... burlándose, bufoneándose de la grima ajena. No era poca su gracia, solo le daba divertida la situación en la que penosamente se encontraba. La bochornosa imagen no se la llevaría él, no, no señor. El título de "alborotador" se lo llevarían con honor aquellas chicas que se peleaban por él.

Ser falto de atractivo por suerte no lo era, por fortuna, su genética heredo los mejores rasgos de sus antepasados. No solo hablando de lo físico, sino también de su increíble cuerpo saludable y libre de enfermedades. Agradecía estar sano, daba benevolencia a su casi perfecta persona.

-te pido que ya no te comportes así – más de una vez su fiel y casi único amigo le volvió a recomendar –la vida es como un boomerang. Bucky ya no hagas llorar a esas chicas, eso no es de caballeros y menos de soldados.

-¡oh, que tenebroso! – lo eludió, sonriendo. El pelinegro aún era un inmaduro, incapaz de ver en más allá de su nariz - solo les hago un favor, ellas se divierten, yo me divierto. Eso es todo

-¿y porque terminan llorando? – él como un joven sin encantos, y deseoso de amar. No comprendía el no aprovechar en buscar a una mujer para ser feliz – eres cruel

-porque se enamoran – Bucky paro su andar, para dar cara a su pequeño y delgado amigo. El comprendida de que el buen corazón de Steve era puro, pero por mala suerte, su amigo no era encantador físicamente – al contrario tuyo, pienso que el amor es solo una bazofia

No había ni una sola mujer que no se le resista, él era un soldado fuerte, un hombre con dotes preciosos... pero inseguro acerca de dar sus sentimientos. No obstante, hubo una chica que realmente le llego a interesar de una manera respetable, algo que su actitud de "mujeriego" no quería aceptar.

-pensé que teníamos algo especial – le había dicho esa chica de apariencia recta – solo jugabas conmigo, no, con nosotras – así indicando a la otra mujer que colgaba de su cuello

-¡oh! Vamos, bonita... tampoco dije que nos casaríamos – ahí fue donde recibió por primera vez una cachetada bien merecida

-Bucky... tú eres un gran chico, quise creer en ello. Estoy muy humillada como para seguir actuando como una loca, déjame decirte esto... espero que cuando ames realmente a alguien, ese alguien, jamás te corresponda.

"...jamás te corresponda"...

Alguien le había dicho aquello... ¿Quién era la mujer que le había dichos esas palabras? No lograba recordarlo, era un logro esclarecer un fragmento de su vida pasada, pero aun así se sentía intrigado y con algo de preocupación, una preocupación que no mostro en ese entonces.

-¿en qué piensas? – Ya le era una costumbre aquella, esperar a esa mujer que hiciera su tan afamada entrada fantasmal, cuando él está pensando en su pasado – no pareces muy feliz o tal vez ¿muy amargado?

-oye, Natasha... antes, alguna vez ¿dañaste a una persona amada solo por no abrir tus sentimientos? – Bucky miraba con detenimiento cada facción que declaraba los gestos de aquella espía

-una vez, y duele más que haberlos dado – hubo muchos hombres en su vida, pero ninguno fue tan especial como aquel científico con tendencias de ira – por eso decidí jamás volver a cometer los mismo errores. ¿Sabes? Supe que Tony nos volverá a abrir las puertas de su torre, oye... para cuidar los sentimientos de mi amigo. ¿Por qué no, nos vamos a otra parte? En fin tenemos la libertad de ir a donde queramos...

-una buena propuesta... pero no, me quedare con Steve... él es el único que puede aguantarme. Gracias por el ofrecimiento... - Bucky sonrió a la buena Natasha, por hora, esa pelirroja era como una especie de aliado. Tendría que medir sus palabras para no asustarla – por ahora... solo seguiré a Steve, después no se...