Capítulo 10

2.6K 127 6
                                    

Unos brazos me envolvieron por detrás y me tensé inmediatamente.

—Prométeme que nos vas a llamar todos los días —Emma dijo sin soltarme— o al menos unos cuantos textos.

Solté un suspiro de alivio al oír su voz.

—Claro que sí, no crean que por irme al otro lado del mundo se librarán de mi.

Soltó una risita y me dio una de mis bolsas, la tomé y con eso ya estaba todo listo para salir en un taxi hacia el aeropuerto.

Cuando salí del edificio, vi a lo lejos una figura que venía directo a mi, cuando estamos uno al lado del otro me tomó del brazo fuertemente.

—¿Qué pasaría si te sigo a tu hogar? —Nik habló con una voz casi inaudible, para que sólo yo pueda oírlo— ¿Crees que tus padres estarían felices de que tengas un nuevo amigo? —rió de una manera sombría para luego soltarme y seguir caminando.

Subí al taxi inmediatamente sin mirar atrás. Al llegar al aeropuerto miré hacia todas las direcciones posibles para luego abordar como si nada pasara, pero no es así.

En todo el camino no pude evitar pensar en sus palabras, no había considerado la posibilidad de que me siguiera hasta Forks y que allá pudiera hacerle algo a mi familia, ya no hay manera de estar segura en ningún lugar, después de todo lo ocurrido, tendré que decirle a mis padres.

.

En cuanto el avión aterrizó sentí una sensación de tranquilidad, al fin estaba en mi país, cada vez más cerca de mi hogar.

Al momento de llegar respiré un aroma familiar y lo vi, Jacob parado justo enfrente de mi con un cartel que decía "monstruo del lago Ness" corrí lo más que pude, pero sin usar la velocidad sobrenatural, me lancé a sus brazos y el me sostuvo con tanta fuerza que temía que pudiera romperme, nos quedamos así unos segundos hasta que percibí otro olor, ese dulce olor.

—¡Mamá! ¡Papá! —solté a Jake y ahora corrí hacia ellos, lucían igual que siempre, tan pulcros.

Ambos me tomaron en sus brazos y me estrujaron fuertemente. Mentiría si decía que no los había extrañado, ese olor dulce que caracterizaba a los vampiros, con la piel fría y dura como el marfil, tan pálidos que denotaban la falta de sangre en sus venas, sólo si ponías mucha atención; o bien si también eras un vampiro.

—Te hemos extrañado como no tienes idea, mi dulce niña —dijo mi papá besando mi frente.

—Me alegra tanto que ya estés aquí —ahora fue mamá quién habló.

No podía dejar de sonreír, en verdad se sentía tan bien estar de nuevo en casa, a donde en realidad pertenecía, donde no tenía que fingir algo que no era.

—Vayamos a casa, debes estar muy cansada después de todo el viaje —Jacob tomó mis maletas y luego tomó mi hombro para guiarme al auto de mis padres, donde ambos nos sentamos en la parte de atrás.

.

Llegamos a la casa Cullen, donde encontré a mis abuelos y a mis tíos.

—¡Oh mi pequeña! No has cambiado nada —mi abuela me abrazó y se separó para guiñarme un ojo.

—Lo mismo digo —le respondí con una risita.

—Pensamos que tal vez te gustaría una pequeña fiesta de bienvenida —miré a la tía Rosalie con una pizca de vergüenza en los ojos— y para hacerlo menos incómodo, trajimos a los chicos de la reserva.

Sabía a lo que se refería con incómodo, si habían preparado comida, sólo Jake y yo comeríamos mientras ellos nos observaban, ya había pasado antes.

Amor Eterno (Renesmee y Jacob).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora