Capítulo VII "Anécdotas"

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Ya terminada la velada, nuestros caballeros atenienses; se dirigían al Santuario.
De camino, continuaron planeando.

Mu, sólo los divisaba y escuchaba atentamente, mientras ellos charlaban alegremente.

Milo: Mu, ¿No te gustaría acompañarnos?, digo ya que Alde regresará en ese tiempo a Brasil, para que no te quedes sólo y conozcas más lugares.
¿Qué dices, nos acompañas?. *Mirando al peli lavanda*.

Mu: Me encantaría, pero tengo que cuidar a Kiki. Lo conocen, saben lo travieso que es, ¿Recuerdan la vez que casi me quedo sin discípulo?.

Milo/Shura/Camus/Afrodita: Sí.

Milo, tenía una sonrisa muy juguetona, pues el sabía la razón del porque Mu, no quería ir. Y digamos que la causa es muy chusca al recordar de algunos y terrorífica para otros; o más bien para un pobre peli azul con mala suerte.

Shura/Afrodita/Camus: Pero, ¿Qué fue lo que pasó?- *Mirando los tres al ariano*.

Mu: Milo, ¿Les dices tu o les digo yo?.

Milo: Mejor tu, que yo me muero de risa, siempre que cuento la historia.

Mu, bufo un poco molesto, pero la contó; al terminar la anécdota, todos empezaron a reír.
Y raro de Camus que no paraba de reír, todos quedaron impactados por tal acción del acuamarina.

Pues verán; un día de tantos, el alumno de Mu, Kiki, al hacerle una broma muy "inofensiva" a uno de los guardianes del tercer signo; sin querer le quemó su larga cabellera azulina.

Milo presencio todo, si no hubiera intervenido, del sucesor de aries no quedaría nada.

Afrodita: Pregunta, ¿Quien fue el infe..digo pobre desafortunado?.

Milo: Saga jajajaja

Y prosiguieron contando anécdotas, al llegar a la entrada del primer templo, Shura ahora fue el que volvió a insistir con la pregunta al lemuriano.

Shura: ¿Seguro que no nos quieres acompañar?- *Mirando al primer caballero*.

Mu: Sí, no se preocupen, en otra ocasión será *Sonrió dulcemente*.

Afrodita: Bueno, Mu, ¿Te puedo pedir un favor?

Mu: Dime

Afrodita: Ya que iré con ellos, ¿Podrías cuidar mi jardín?.

Ya vez que la última vez que lo encargué a alguien, lo terminó destrozado "Mirando a Milo, como si su mirada matara",¿No es así Milo?.

Milo: ¿Yo que?

Mu: Claro, no te preocupes. Cuenta conmigo.

Afrodita: Muchas gracias Mu "Dando un abrazo"

Dejaron al lemuriano en su casa, el capricornio sintió cierta incomodidad al ver dicho abrazo, pero no pudo decir nada ya que no tiene ninguna relación con el peli celeste.

Pasaron por las demás casas, al llegar a Escorpio, el bicho se despidió del resto, tomó un baño y se acostó.

Milo, aún con los recuerdos de la cena, no dejaba de pensar en la mirada acua de cierta persona, aquellos ojos estaban llenos de vida y sobre todo tenía aquella luz que le llamó la atención desde que se conocieron. Todo aquello pasó por su cabeza y a la vez su rostro plasmó una sonrisa bobalicona.

Milo: *No puedo seguir así *, o tal vez sea un sentimiento pasajero, además Camus, es muy frío pero cuando me miró; tenía un semblante diferente, como si en ese momento su frialdad se haya esfumado y tuviera una calidez emanada de su alma.

A Quien Puedo Engañar, Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora