Capítulo 3

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- ¿Enserio lo crees? – Pregunto Aaron con la voz temblorosa, claro, quien no se pondría nervioso si su mejor amigo le dijera que podría tener una enfermedad mental. Al menos no reacciono agresivamente.

- Podría ser Aaron, no estoy seguro, pero presentas casi todos los síntomas ¿No lo notaste? – Le dijo Tate mirándolo a los ojos – Estoy preocupado Aaron, muy preocupado. ¿Qué pasa si es verdad?... – Hubo un silencio en la habitación – ¿Si ella no es real?

- ¡Si es real! – Grito Aaron a su amigo y se levantó de golpe molesto– Y no estoy enfermo Tate, estoy bien – Lo miro seriamente – Nos vemos mañana, quiero dormir

Tate sabía muy bien que su amigo no iba a dormir, y si lo hacía, lo haría por aproximadamente dos horas. El chico de los ojos cafés se levantó y salió de la habitación de su amigo y se dirigió a su casa. Aaron se acostó en su cama mirando al techo. ¿Si Tate tenía razón? ¿Si en verdad tiene esquizofrenia? ¿Si ella no es real? Esas preguntas rondaban por su mente una y otra vez sin respuesta. El chico se puso sus audífonos y empezó a escuchar música. Su escapatoria, nadie lo entendía como su mp3 con música, ese aparato si le servía para todo momento. Ella. Jade Summers. ¿Porque no dejaba de pensar en ella? Su cabello rubio con toques castaños en las raíces la hacía ver hermosa. ¿Qué pensaba? Recién la conocía y no tenía ni siquiera su número. Tenía algo claro, mañana no iría a la secundaria e iría a buscarla.

Los ojos le pesaban. Su habitación estaba vacía, absolutamente no había nada, solo la cama donde él estaba acostado. En eso entra una chica con el cabello negro y ojos azules, le sonrió. El chico no podía pronunciar ninguna palabra y tampoco moverse. Ella saco un cuchillo y se lo acercó al chico. Él la miro horrorizado. Sintió el frio metal contra su piel y luego nada.

Abrió los ojos sobresaltado. ¿Quién era ella? Miro su reloj y suspiro, las siete treinta de la mañana. Tomo su ropa y se dirigió al baño. Ya camino a la escuela se dio cuenta que una chica lo seguía, la misma chica de su sueño. Él la miro, y ella a él.

- ¿Quién eres? – Soltó de repente el

- ¿Quién eres tú? – Respondió ella con  indiferencia mirándolo seriamente – No puedes llegar y preguntar eso con tanta rudeza – Frunció levemente el ceño – Mi nombre es Heaven, Heaven Davis

- Aaron, Aaron Holmes –Dijo él mirándola – ¿Somos vecinos ahora?

- Al parecer… ¿Sabes dónde queda la secundaria Rowell? – Le pregunto ella mirando sus ojos, ambos ojos azules se mantuvieron en contacto, no se perdían de vista.

-Voy para allá – Susurro el chico – Si deseas sígueme – Aaron empezó su trayecto de nuevo hacia la secundaria con la chica atrás de él… ¿Porque siempre le sucedían cosas extrañas a él?

- Muchas gracias – Sonrió la chica dulcemente empezando a caminar a su lado – Siento haberte tratado tan mal hace un rato, no soy muy sociable – Dijo algo avergonzada

- Tranquila – Dijo el caminando – Yo tampoco

¿Por qué habrá soñado con esa chica?  No la conocía, era su nueva vecina y tiene un sueño  con ella donde lo mata… Eso no es normal. Tal vez Tate tenía razón. Tal vez estaba loco. La chica le sonrió un poco al llegar a la secundaria. Él decidió llevarla hasta la oficina del director para que le entregaran su horario de clases. Caminando por los pasillos notó que su amigo lo miraba extrañado.

- Gracias de nuevo –Susurro ella y beso la mejilla de él, Aaron la empujo y negó con la cabeza algo nervioso, “Muy cerca” le susurro. Ella asintió y entro a la oficina.

- ¿Qué demonios fue eso? – Dijo Tate acercándose a su amigo confundido – ¿Esa es la chica de la cual me hablaste? Es bastante linda

- No, ella es Heaven – Dijo Aaron caminando a su casillero – Mi nueva vecina, va a estudiar aquí al parecer

- Nada que al parecer – Se rio Tate – La chica ya estudia aquí ahora – Aaron lo miro y sonrió, no podía estar enojado con su mejor amigo, era como su hermano y no podía estar lejos de él.

Caminaron hacia el salón de Teatro. El trayecto no era tan largo pero tenían que subir al segundo piso, mientras subían por la escalera una chica un tanto conocida paso a su lado, era Heaven. A la chica se le veía seria, usaba una playera azul suelta, la cual se ponía dentro de los pantalones. Ella se detuvo y miro hacia el par de chicos.

- ¿Qué miran? – Dijo seria cruzándose de brazos – Una foto les durara más – Los chicos notaron que no se dirigía a ellos sino a un chico de primer grado quienes la miraban con la boca abierta.

- Chicos, déjenla sola – Dijo Tate y subió donde la chica – Hola, soy Tate Harries, un gusto ¿Qué clase tienes? Me sería un placer de llevarte – Ella rio

- Tengo Teatro – La chica lo miro riendo – Tengo un mapa de la secundaria, asique, no será problema – Sonrió y miro a Aaron – Hola Aaron

- Hola Heaven – Susurro el moviendo la mano – También tenemos teatro, podemos ir juntos si quieres – Ella asintió y Tate sonrió feliz. Los tres chicos se dirigieron al salón de teatro.

Ya habían terminado las clases. Aaron iba a ir a comprar un libro al centro, asique se dirigió al metro de la ciudad. Debían ser las seis de la tarde y el metro estaba lleno, muchos estudiantes de universidad volvían a sus casas en la tarde y otros recién iban a la universidad. Aaron compro su boleto y se acercó al andén del metro., En el otro lado del andén se encontraba ella, la chica que había conocido el día anterior. Jade. La chica no sonreía estaba tan seria como una piedra, dio un paso adelante. Se escuchaba como el metro se acercaba, Aaron miraba como a la chica  se acercaba cada vez más al andén pero no hacía nada para detenerla.

- ¡Aaron! – Grito la chica. Este volteo a verla. Heaven estaba mirándolo preocupado - ¿Estás loco o te haces? – Le tomo el brazo – Deja de jugar – Lo alejo de la ventana del salón

- ¿Qué acaba de suceder? – Susurro el chico confundido, estaba recién en el metro.

- ¿Enserio no te acuerdas Aaron? – Le pregunto su mejor amigo a su lado, él lo miro y negó con la cabeza – Te levantaste de tu pupitre y caminaste hacia la ventana… La abriste y empezaste a salir por ella – Aaron abrió sus ojos.

- Yo estaba recién en la línea del metro, no estaba aquí – Susurro para que solo su amigo lo escuchara.

- Tomo tu medicamento y siéntate – Le dijo y asintió haciendo lo que su amigo le pedía.

¿Era ella un producto de su imaginación? ¿Producto de su enfermedad mental? Aaron se sentó en su puesto y miro su cuaderno. ¿Por qué nadie le creía que ella existía? Miro a Heaven, la chica lo miraba con preocupación y con los labios susurro un “¿Estas bien?” él le sonrió a la chica y asintió. Tomo su lápiz y empezó a dibujar a la chica del metro, esa chica que no podía sacarse de la cabeza. Esa chica que al parecer solo él veía.

Puedo verteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora