1.- El inicio de todo

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Hace dos años.

Tomura está en la calle, está molesto porque Kurogiri lo sigue tratando como un niño. Él ya no quiere que se entrometa en sus planes. Ya cumplió sus dieciséis años, ya no es un bebé.

Además, otra razón para su molestia es que los villanos no lo consideran como su líder, sabían que tenía el título, más no era merecedor de usarlo, pues creían que era demasiado joven, y por esto mismo, inmaduro.

-¿Cómo se atreven esos idiotas?-susurra molesto, a la vez que patea una lata en el suelo.

Dobla por una esquina, no sabe cuanto tiempo ya ha caminado, solo quería perderse en las calles y estar lo más posible lejos de la guarida. Solo quería un respiro. Tenía en mente regresar cuando Kurogiri esté durmiendo, para así no ser regañado por este.

Se coloca la capucha, con intenciones de ocultar su rostro. A pesar de ser un adolescente, él sabe que siempre debe cuidarse estando en el exterior. Quizá, sólo tenía una reputación en el bajo mundo y su nombre, era a penas uno de los tantos en la sociedad civil, pero igual debía estar alerta, como es que le había dicho desde siempre. Era un villano, después de todo. Y a pesar de ser un adolescente, todavía podía ir a la cárcel por todos los crímenes menores que había cometido, o al menos, de los que conocían.

Sabe que ha caminado bastante cuando llega a un parque que no conoce. Este está lleno de gente, por no decir, repleto. Parecía que había una especie de feria. Tomura hace una mueca de desagrado, él odia las caras de felicidad de las personas, todos sonrientes, creyéndose protegidos por sus preciados héroes, aquellos que él tanto odia y que ellos tanto aman.

Si por él fuera, él los mataría a todos, pero no puede. El sensei le ha otorgado un cargo, él cree en él y no lo quiere defraudar, él le ha ayudado siempre.

Él sabe lo que tiene que hacer, recuerda las palabras de su maestro. Su primera obligación: Tenía que reunir a todos los villanos que pueda, para poder crear un equipo lo suficientemente fuerte para lograr sus objetivos.

-Pero es tan difícil -susurra mirando a la gente. No sabe como hacer que le hagan caso, los idiotas lo ven como una ficha más, cuando él es más que eso.

Tomura era una ficha clave.

Mientras que los demás solo eran como esos personajes secundarios, aquellos que solo tenían una vida.

Como sea, por alguna razón, ellos no parecían entenderlo.

Malditos malagradecidos.

Camina hasta acercarse a una banca, aburrido.

Se rasca el cuello y mira a la multitud frente a él.

Tan manipulables

Tomura se pregunta si él puede meter a civiles a su plan, a gente que odie a los héroes, convertirlos en villanos, en sus aliados.

Sería el mejor de los planes.

No sabe cuándo tiempo pasa, antes de sentir a alguien sentarse a su costado. Ve por el rabillo del ojo, es una chica de cabello negro y piel pálida que tiene una cesta en el suelo. Rueda los ojos, él no va ha desperdiciar su tiempo observándola, él no tiene tiempo para chicas.

Ugh.

Se queda allí, en silencio.

-¿Te gustan las manzanas?-abre los ojos, sorprendido. Esa voz... Se gira levemente, encontrándose con la mirada de la chica en él, ¿en verdad le había hablado? Ella agarra el cesto y de este, saca una manzana para darle un mordisco.

La fuente de energía de Tomura [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora