3.

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Keith nunca dejó de hablar con Lance y sus amigos, de hecho, desde esa noche en la playa, Keith pasó a ser parte del grupo junto a Shiro y Allura que habían llegado a la hora después de que Keith se les uniera.

Lance no se molestaba en disimular las miradas y sonrisas coquetas hacia Keith, al punto de que ya todos sabían de los sentimientos del moreno, pero lamentablemente Keith no se percataba estos sentimientos.

Sus pensamientos aún estaban llenos de la relación que compartió con Lotor y no podía evitar permanecer callado y triste la mayoría del tiempo. Todos podían notarlo y aunque solo Shiro y Allura sabían el porqué de su actitud, los demás podían hacerse una idea. Y lo confirmaron gracias a Shiro. A través de una llamada telefónica.

Solo no le digas que te dije.

—No te preocupes, gracias de todos modos —respondió Lance a la historia que Shiro le había contado.

Luego de una corta despedida Lance colgó la llamada y miró a sus amigos con cara angustiada.

Pidge sonrió de lado, mitad triste por Lance, que estaba enamorado hasta los pies de Keith, y mitad feliz al recibir los dos dólares de parte de Hunk.

—Son terribles, chicos —dijo acomodándose en el sofá mientras apoyaba sus codos en sus rodillas y la cabeza en sus manos.

—Oh, vamos —dijo Pidge. —Eres Lance McClain, has conquistado con tus estúpidos "movimientos" a cientos de chicas y a unos cuantos chicos, podrás con esto.

—Tiene razón, Lance, además Keith terminó con ese tal Lotor hace ya dos meses —agregó Hunk.

—No es lo mismo, siento que Keith no es solo un chico más y por como hablaba Shiro, Lotor fue demasiado importante para él —Lance ocultó su cara entre sus manos soltando un suspiro.

Pidge acomodó sus gafas, pensando en algo que podría ayudar a su amigo. Hunk golpeó suavemente a Pidge con su codo para llamar su atención y con su cabeza apuntó hacia la guitarra que se encontraba en una esquina de la sala.

—¿Y si haces algo para él para que te note?

Lance levantó su rostro con una mueca de duda.

—¿Cómo qué?

—Escríbele una canción —respondió Hunk levantándose a buscar la guitarra para entregársela a Lance. —Eres bueno con la música.

—Es una buena idea —dijo Lance acomodando el instrumento en sus piernas, tocando distintos acordes. —Aunque no sé si funcionará.

—Si no funciona jugaremos videojuegos y comeremos frituras hechas por Hunk hasta que estemos nadando en nuestra propia grasa.

—Por eso eres mi amiga, Pidge —sonrió Lance. —Y creo que ya tengo una idea para la canción.

***

Dos semanas después, con ayuda de Pidge y Hunk, la canción ya estaba lista. Solo debían planear el cómo enseñársela a Keith, así que decidieron llamar a Shiro y Allura.

—Debe ser en la playa, necesitamos su ayuda para que lo lleven allí.

Estaremos ahí, nos vemos en una hora.

—Gracias a ambos, en serio —Lance sonrió con sinceridad.

Keith necesita esto, eres muy especial, Lance, sé que lo harás feliz —respondió Shiro.

Más le vale que lo haga —dijo Allura, que se encontraba con Shiro. —No querrás verme enojada.

—Créeme, lo haré, nos vemos —Lance colgó la llamada. —Listo, vámonos ya.

Una canción para Keith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora