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—Nos vemos en un rato —dijo Keith mientras acomodaba su chaqueta roja por sobre sus hombros.

—¿Dónde irás? —preguntó Krolia, su madre, apagando la televisión y poniéndose de pie.

—A la playa con Lotor, volveré tarde —respondió el menor. Krolia torció los labios en una mueca de disgusto.

—Ya te he dicho lo que pienso de Lotor —Keith puso los ojos en blanco. Krolia nunca aceptó a Lotor, no creía que fuera lo mejor para su hijo, y ella nunca se equivocaba. Soltó un suspiro. —Dejaré que vivas esta experiencia solo, de todos modos, sabes que si algo sale mal estaré aquí para ti.

Keith la miró a los ojos y la abrazó fuertemente.

—Lo sé, mamá —dijo mientras deshacía el abrazo.

—Está bien, llegarás tarde —dijo Krolia mientras abría la puerta y le entregaba las llaves. —Y recuerda: siempre condón.

—No empieces, Krolia —respondió Keith riendo y golpeando suavemente el hombro de su madre.

—Ya tienes 18 años, Keith, no seas un bebé —dijo Krolia, devolviéndole el golpe un poco más fuerte. Besó a Keith en la mejilla, le deseó suerte y cerró la puerta.

Keith confiaba ciegamente en su madre. Ella era una de las mejores personas que él podría conocer y no lo decía solo porque es su madre. Ella era fuerte, independiente y nunca se dejó caer ante la muerte de su novio cuando ella aún estaba embarazada.

Aunque a veces se comportara como una verdadera adolescente, Krolia lo daba todo por Keith y él lo daba todo por ella.

***

Al llegar a la playa, Lotor ya estaba ahí, con una sonrisa Keith lo saludó desde lejos levantando su mano, Lotor no respondió de la misma manera.

—Hola, Lotor —Keith trató de besarlo en los labios, pero el mayor se corrió.

—¿Qué ocurre? —preguntó Keith comenzando a preocuparse.

—Keith yo... llevamos intentando esto por meses, pero no puedo seguir. Lo siento... estoy viendo a alguien más —Lotor miraba a un lado, evitando la mirada de Keith que se mantenía fija en su rostro.

Sin embargo, Keith no dijo nada, se encontraba sin habla.

Lotor besó su mejilla y con un simple "espero que lo entiendas" se fue sin esperar una respuesta, dejando a Keith con el corazón destrozado.

Keith gustaba de Lotor desde hace dos años atrás, cuando su hermana adoptiva, Acxa, lo invitó a casa por su fiesta de cumpleaños, pero nunca lo dijo, prefería mantenerlo en secreto, hasta hace meses atrás.

Lotor confesó sentir algo por Keith e inmediatamente iniciaron "algo" que, aunque no llegaba ser una relación como tal, para Keith significaba mucho.

Una lágrima rodó por su mejilla, pero la limpió enseguida, no se permitiría sufrir por esto. Pero dolía más de lo que quisiera.

Sacó su teléfono y abrió el chat de Shiro.

Keith: Estoy en la playa.

Keith: Lotor rompió conmigo.

Bloqueó su teléfono sin esperar respuesta y se sentó en la arena.

Era de noche, la luna estaba llena y las estrellas apenas se veían. Aun así mirar el cielo ayudó a Keith a sentirse mejor.

No supo cuánto tiempo estuvo ahí, simplemente mirando la luna y las pocas estrellas visibles, soltando suspiros de vez en cuando, aguantando la respiración cada vez que sentía que venían las lágrimas.

Hasta que un balón golpeó su hombro.

—¡Lance, tienes una puntería horrible!

Keith tomó el balón buscando a su dueño, que llegó a los segundos después.

—Lo siento, mi amiga Pidge, es pequeña pero fuerte —Keith le entregó el balón.

—No te preocupes, no dolió tanto —miró al chico frente a él y se sorprendió al notar lo hermosos que eran sus ojos.

—Soy Lance —dijo extendiendo su mano.

—Keith —respondió tomando la mano contraria.

«Sus manos son cálidas» pensó Keith.

Tal vez esta noche no sería tan mala después de todo.

Una canción para Keith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora