Cap. 1

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Ojalá se hubiera percibido un murmullo misterioso en el viento, o un profundo escalofrío en los huesos.Algo.Una canción que solo Jimmy y yo pudieramos oir. Una tensión en el aire. Hay desgracias en la vida que casi esperamos -lo que les ocurrió a mis padres, por ejemplo- y después... hay otros momentos oscuros, momentos de inesperada violencia y, desgracia, que lo cambian todo. Mi vida, antes de la tragedia. Y mi vida de ahora. Lamentablemente, las dos tienen poco en común.

El día de nuestro aniversario, Jimmy estuvo callado durante todo el viaje en coche, pero no me pareció extraño porque ya de niño era propensoa raros e impredecibles rachas o ataques de melancolía.Así como si nada se quedaba callado y se abandonaba a alguna profunda reflexión o un remoto recuerdo. No llegas nunca a saber cual era la situación.Supongo que formaba parte de el misterio, aunque aquella vez, fue a la primera que sentí que entre los dos se abría un abismo. Nuestra relación había sobrevivido a muchas cosas, pero había de preguntarme si sobreviviría a la verdad o dicho de otro modo, a las mentira no dichas.

El aire acondicionado, estaba puesto al máximo. El día era caluroso, un día típico de agosto. Pasados quince kilómetros, distinguí el cartel donde se leía: Lago Mistrem - particular... allí nos internamos en el camino de tierra.

Estabamos llegando, Jimmy apago la música del auto. Mirándolo por el espejo del frente, haría asegurado que estudiaba mi perfil. Me pregunte que veía y el corazón latío con fuerza. Siguió avanzando hasta que de pronto el lago apareció frente a nuestro ojos. El sol se debatía en una agonía de muerte y mareaba el cielo con su brillo anaranjado.Las copas de los árboles parecíana estar ardiendo.

-Es increíble que todavía sigamos con esto.- dije.

-Fuiste tu quién empezó.

-Sí, tenía doce años.

Jimmy, sonrió apenas.Raras veces sonreía. pero cuando lo hacía...¡pum!, directo a mi corazón.

-Es romántico, supongo...¿no?- insistió.

-Es algo no sé, "cursi" ¿no te parece?

-Lo romántico me encanta.

-Te encantan las cosas a veces muy cursis, Jimmy.

-Parece, que te molesta... te jode hacerlo.

-Bueno, entonces no sé, llamame señorita romántica.- dije.

-¡Vamos, señorita romántica, que está haciéndose de noche! - se echó a reir y me tomó la mano.

Mi hermano Brian y yo solíamos explorar, hace como... no sé 20 años, y escudriñar las ruinas buscando tesoros, jugando al escondite, nos atreviamos incluso a buscar al cuco , convencidos de que nos espiaba y nos estaba esperando. Jimmy rara vez se nos unía. Le gustaba saber donde estaba todo, esconderse le asustaba.

Cuando baje de auto, percibí enseguida a los fantasmas, era muchísimos, demasiados, se arremolinaban y daban vueltas a mi alrededor tratando de despertar mi atención. El lago, seguía siendo tan sobrecogedor como siempre. Un parpadeo hizo que los fantasmas se desvanecieran, pero esto no me impidió recordar las risas y los gritos y el chapoteo que hacia sonar el agua y resonaba la calma de nuestro lago, y había de preguntarme, así de repente, si aquellos ecos y ondas del agua se extinguían del todo, si no habría algún lugar del bosque en donde continuasen aún rebotando suavemente de árbol en árbol, los alegres gritos de mi familia o de Jimmy. Un pensamiento tonto, pero real. Los recuerdos, es cosa sabida, duelen. Los buenos duelen más que ninguno.

May Death Never Stop YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora