Cap.3

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Ya estaba a punto de soltar una de esas bromas típicas de las mías, señalando que no era necesario hacer todo esto de venir cada año y todo lo demás cuando, al ver el rostro de Jimmy, era palidez tan fría había desaparecido, estaba ruborizado, la inclunación de su cadera, su forma de pararse, la postura de su cuello, los ojos azules, casi celestes de mirada decidida, los oscuros cabellos revueltos libres al viento que casi le tocaban los hombros, me detuve. A punto estuve de decirselo entonces, pero algo me contuvo.

—Te quiero.- le dije.

 —Pues creo, que yo no.

 —¡Oh!

—Yo te quiero más, mucho más.

 Sonrió pero me pareció ver inseguridad en su sonrisa. Me abrazó. Cuando el tenía 16 años y por fin hicimos acopio del suficiente valor para pasar a la "acción" (nuestro primer beso, de hecho), olí el maravilloso perfume de sus cabellos limpios y a Black Stones cuya fragancia que amenaba era algo como, no era parecido a nada, pero vaya que cautivaba con solo olerla.Hoy Jimmy olía a pinos y a canela. Como una cálida luz, el beso salió del centro mismo de mi corazón. Yo me aparte , falta de aliento.

—¿Quieres hacer los honores?

Le tendí la navaja y gracó la raya número trece en el árbol.Trece. Al terminar, volvió hacia atrás,a mi dirección , me arriesgaría a decir quizás para poder "advertirme" con su mirada de algo, pero esta vez su sonrisa si era verdadera así que simplemente me concentre en ella.

Cuando volvimos al lago ya había oscurecido.La pálida luna rasgaba la oscuridad coimo un faro solitario.Era una noche silenciosa, ni siquiera se oian los grillos. Jimmy y yo nos desnudamos rápidamente.Al mirarlo bajo la luz de la luna, sentí una nudo en la garganta. La primera en sumergirse al lago fui yo, apena una ondulación en el agua. El me siguió con torpeza.El agua del lago estaba extrañamente cálida.Mientras yo nadaba tratando de dar brazadas precisas, él chapoteaba detrás de mí.

Produciamos el ruido que provocan las piedras lanazadas al agua. Jimmy me envolvió por detrás con sus brazos.Su piel era cálida y húmeda.Me encantaba su piel. Nos abrazamos con fuerza, tanto que mi pechos se apretaban contra él. Sentía los latidos de su corazón y olía su respiración. Sonidos de vida, eso eran.Nos besamos.Su mano se extravió en la deliciosa curva de mi espalda y mis manos decidieron jugar con parate de su cuerpo, daría hasta las yemas de mis dos manos, solo para volver a sentir eso una vez más.

May Death Never Stop YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora