05. Base. [Maratón 4/4].

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El vehículo empieza a moverse, mientras Jimin contiene las ganas de gritar, a medida que ve la entrada del refugio por la cual él salió, alejarse poco a poco.

No puedo... No puedo... No puedo dejarlo... ¡SeokJin!

Jimin considera saltar por la ventana, pero sabe que no le dejarán cumplir con su cometido por nada del mundo. Han sacrificado a su general sólo por cumplir sus órdenes, no lo harán en vano, dejando que Jimin se suicide como Romeo.

Jin moriré si no estás a mi lado...

Jimin se revuelve demasiado incómodo, afectado, lastimado. Dos infectados salen corriendo, y parecen buscar algo con la mirada desesperada, quizás perciben el olor de la sangre que Jimin dejó regado en el suelo. Hasta que uno de ellos recibe un disparo y se desploma en el suelo, llamando la atención de todos en el vehículo.

Jin sale a través de la puerta, con el arma aún en mano.

—¡Alto! —grita Jimin al verlo, preso del pánico. El vehículo se detiene abruptamente y todos observan a Jin, golpeando con la culata de su arma al infectado que sobra, ya que al parecer se quedó sin balas. Él se percata de que el vehículo no está muy lejos, y además oye el grito de Jimin. No lo duda un segundo más y empieza a correr, en dirección del vehículo, mientras un grupo de infectados salen del refugio y corren detrás suyo. Los soldados en el vehículo empiezan a disparar, pero es inútil, ya que ellos están detrás de Jin y el campo de tiro está bloqueado con su cuerpo.

Jin no parece herido, pero sí está visiblemente exhausto y cubierto con la sangre de los insectos o los infectados.

—¡Hyung! —grita Jimin cuando el vehículo empieza a moverse. Ellos no podían utilizar tantas balas como parecía, así que Jin debe alcanzarlos antes de que los infectados lleguen al vehículo. No es seguro que no se encontrarán insectos en el camino, deben ahorrar las balas para no caer en una desventaja táctica. Jin llega un par de metros del vehículo, así que extiende el brazo así como Jimin extiende el suyo. Los infectados están por alcanzar al rubio, y si lo tumban al suelo, Jin no se salvará.

—¡Dame la mano! —grita Jimin desesperado mientras él lucha por correr más rápido. Sin embargo, siente una mano tirando de su chaqueta, así que con un movimiento ágil se la quita— ¡Hyung, no!

Jin siente que su pecho arde como el mismísimo infierno a medida que reduce la velocidad considerablemente. Pero durante la pequeña fracción de segundo que le tomó evaluar la última imagen que se llevaría de Jimin a la tumba —una completamente asustada y angustiada—, se percató de la exagerada sangre que mancha su suéter celeste y el corte abierto en un lado de su hombro.

Definitivamente ésa no es la última imagen que desea ver de Jimin.

 Él quiere morir viéndolo sonreír.

Así que Jin reúne fuerzas que no le quedan para correr con un poco más de velocidad, hasta que su mano se ciñe sobre la de Jimin. El menor grita del dolor por tratarse de su hombro lastimado, pero aún así hala con fuerza, para subirlo en el vehículo hasta que Jin consigue entrar y se tumba sobre Jimin. El menor cae recostado en el suelo del vehículo y abraza a su mayor con fuerza mientras el rubio jadea a viva voz y siente que podría morir encima suyo.

—Está bien.... Ya... —balbucea Jin sin aliento, al oír el llanto de Jimin en su cuello— estoy aquí... Estoy aquí Jiminnie...

Jin se aparta de Jimin de repente, al sentir mojado su pecho. Entonces cae en cuenta de que la sangre del menor le ha empapado; Jimin se marea, pero como está recostado, no cae. Tan sólo deja caer su cabeza.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2022 ⏰

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