Mallorca

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Estaban todos juntos, acababa de terminar el concierto de Mallorca y Raoul estaba en uno de los sofás, a su lado estaba Miriam mirando su teléfono. Pasó la vista por cada uno de los allí presentes dándose cuenta de que Amaia junto con Alfred no estaban. Le hubiera gustado ir a ver cómo estaba el catalán pero sabiendo como era y lo difíciles que son esas cosas decidió que lo mejor era no agobiarle y que ya hablaría mañana con él o con Amaia.

Suspiró y apoyó la cabeza en el hombro de Miriam cuando su mirada se posó finalmente en Agoney riéndose con Ricky y Mimi.

-¿Qué pasa? ¿No estáis bien?- Preguntó Miriam en cuanto notó lo decaído que estaba el rubio.

-Si, si lo estamos, no te preocupes, no es nada.- Se levantó y empezó a recoger sus cosas. No sabía cuando les llamarían para irse pero tenía ganas de llegar al hotel y dormir por lo que cuando les avisaron para ir al autobús él fue el primero en llegar.

Y aunque habían llegado todos a la vez al hotel, él también fue el primero en llegar a la habitación que compartía con Agoney, en quitarse los cinco kilos de maquillaje que le habían echado y en ducharse por lo que cuando el canario llegó él ya estaba en la cama con los cascos puestos revisando sus redes sociales.

Notó como el moreno se le quedó mirando pero lo ignoró y se acurrucó en la cama dispuesto a dormir si no fuera porque su novio había decidido grabar un storie en el baño dándole gracias a unos fans por poder desmaquillarse. Suspiró y trató de ignorarlo cerrando los ojos y cuando por fin iba a quedarse dormido Agoney decidió despertarlo.

-Raoul...- Susurró acercándose a él.

-¿Mmm...?- Respondió el catalán en señal de que estaba despierto.

-Mañana voy a Madrid.- El canario parecía esperar una bronca o una mala contestación pero lo único que obtuvo fue un simple asentimiento por parte de Raoul y una mirada... ¿Triste?

-Está bien Agoney, no me importa.- Respondió girándose para quedar de espaldas al canario.

-Voy a un musical con Ricky porque está triste y creo que debo...- Raoul no le dejó terminar, se había sentado en la cama. 

-No me tienes que dar explicaciones, de verdad, si es lo que crees que debes hacer no hay más que hablar.- Zanjó y volvió a tumbarse de espaldas a Agoney, éste se tumbó a su lado y le rodeó la cintura con el brazo juntándose más a él.

-No te enfades mi niño.- Susurró dejando suaves besos en la nuca de Raoul.

-No estoy enfadado Agoney simplemente estoy cansado, quiero dormir.- El rubio no pareció reaccionar a los besos del canario, parecía ausente.

-No me mientas Raoul ¿Te ha sentado mal?- Agoney había empezado a acariciar suavemente el torso del catalán.

-No, no me ha sentado ni bien, ni mal, simplemente me da igual, tú debes hacer lo que te haga feliz y yo no voy a impedírtelo.- Raoul seguía sin reaccionar a nada de lo que el canario hacía, simplemente se limitó a cerrar los ojos y tratar de dormir. El moreno pareció captar la indirecta porque hizo lo mismo pero sin separarse de él un momento. Una vez Agoney se había dormido y en vista de que el rubio no iba a conseguirlo decidió coger su teléfono junto con sus auriculares y ver vídeos antiguos, de cuando vivía en Ibiza o con su mejor amiga pero también de la academia y sin ni siquiera darse cuenta ya estaba llorando.

Y no, esa noche no durmió.

Cuando Agoney le despertó entre pequeñas caricias y besos él no pudo alegrarse porque no había dormido y lo que menos quería era que lo despertasen, pero aún así cuando abrió los ojos y vio al canario delante de él con una sonrisa no pudo evitar hacer otra cosa que besarle. Era un beso lento, tal vez triste, no lo sabían pero tampoco iban a pensarlo.

After the showDonde viven las historias. Descúbrelo ahora