"Actualmente la gula (en latín, gula) se identifica con la glotonería, el consumo excesivo de comida y bebida. En cambio en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo."
†
Rogers descendió de nueva cuenta al laboratorio, si no es que mas trastornado que antes. Flechas de oro, flechas de plomo ¿Que clase de jugarreta era esta? Decidido, odiaba la mitolgia griega. Pero aun seguía admirando ese regalo de Maria Stark, la flor aun reluciente. Con sus nudillos golpeo sobre el cristal captando la atención de Tony, quien desde un holograma de su escritorio abrió la puerta del recinto.
—Eso es adorable Steve, me confesé a ti y regresas con una rosa. Detallista.— Bromeo el castaño acercandose al tenso rubio quien torpemente ofrecio la flor, en su descuido se causo una pequeña herida sobre su dedo pulgar.
—¡Oww!— Espeto Rogers viendo como las primeras gotas de sangre comenzaban a deslizarse por su dedo.
—Descuida, yo te curo.— Tony con su diestra tomo la mano de su escolta, llevando con peligrosidad el dedo herido a sus labios. No le perdió la vista al mayor cuando sus labios comenzaron a succionar la sangre.
El rostro del mayor se tiño del mismo tono de las gotas, de los petalos. Carraspeo removiendo con lentitud su dedo sin querer verse brusco, mas los labios de Tony habían quedado manchados, se encargo de limpiarlos con su pulgar de manera cuidadosa. —E-Esta bien, no es nada.—.
Stark no se esperaba eso, reacciono quedando atónito, mas era bueno para reaccionar rápido. Sonrió rápido y se giro para hacer descansar la flor sobre uno de sus mesas de trabajo. Steve aun mantenía un poco de presión sobre su indice. Dio unos pasos rodeando el laboratorio, sin olvidar el mantenerse alejado de Dum E. Tony pudo darse cuenta, sonrió para el mismo y siguió con su trabajo, estaba perfeccionando un nuevo invento como siempre.
En ocasiones echaba una mirada esa flor, que ya comenzaba a secarse de las orillas, era curioso lo rápido que la belleza puede comenzar a extinguirse. Stark recordó, dejando sus herramientas a un lado para virar en dirección al mayor.
—Esta noche habrá una fiesta por mis padres... Vendrá gente muy importante y creo que necesitare a mi guardaespaldas— Pronuncio el castaño señalandole con un desarmador. —Así que sera mejor que vallas a casa y te pongas algo mas formal.—.
—¿Una noche de gala acaso?— Interpelo el rubio.
—El aniversario de mis padres, creo que lo casual no es opcional Steve.— Ambos se sonrieron, era un buen punto pero Rogers fue el primero en desviar la vista carraspeando respingo su nariz. —Ve a buscar algo lindo, quiero a mi guardaespaldas impecable... Espero verte aquí a las 9.—.
—A las 9 me veras.— Aseguro el rubio alzando sus ojos, perduro en silencio, solo con aquella miradita típica de el, finalmente sonrió apenas y se giro en dirección a la puerta. —¿Algún color en especifico, Jefe?—.
Tony se rió entre dientes tomando en sus manos esa flor rojiza, admirándola con una sonrisa, como si ahí entre sus pétalos se guardase un gran secreto. —Azul. Creo que te queda bien ese color...—.
Se volvieron a hacer un juego de miradas nuevamente, miradas que tal vez querían decir muchísimo mas. Steve subió al auto, donde había dejado olvidado su teléfono, tomo en sus manos y al presionar el botón de inicio se topo con varios mensajes y llamadas perdidas de su prometida. Se pregunto a solas si devolver aquellas pero ¿Que mas daba, iba en camino a casa? Podría resolver la duda una vez que estuviera ahí.
ESTÁS LEYENDO
† • STONY P E C A D O S C A P I T A L E S STONY • †
FanfictionSteve Rogers, con una vida cotidiana en Brooklyn y a punto de contraer matrimonio con la agente policial Sharon Carter devuelve un favor a su viejo amigo Howard quien le pide ser el nuevo jefe de seguridad de su hijo. Todo da un giro inesperado cuan...