Grice-Dina-Grisha
Dina, Dina, Dina... Qué hermoso nombre.
Grice podría pronunciarlo por el resto de su vida y jamás se cansaría. Podría verla todos los días y jamás se aburriría de hacerlo. ¿Cómo aburrirse? Ella es tan bella, tan bondadosa, tan humilde, tan inteligente. No es sorpresa que todos los chicos de la escuela estén enamorados de ella.
Dina... Suspira tan solo al pronunciar su nombre.
Hoy es San Valentín; la oportunidad perfecta para confesarle su amor. Primero, le escribirá una carta (en estos tiempos muchos chicos lo hacen, es lo que está de moda), luego la colocará en su casillero y esperará en el comedor.
¡Tú puedes, Grice! ¡Sé hombre! Solo tienes que dejarlo ahí y retirarte... Listo, ahora vámonos, tenemos que abandonar la "escena del crimen".
La llevará a cenar, no, mejor a un concierto de Aerosmith, que se encuentra en la ciudad esta semana. Será perfecto. Chocarán sus hombros lentamente, se abrazaran mientras corean una canción y, si tiene suerte, le pedirá un beso y ella gustosa se lo dará.
¡Ahí viene! Ya debe haber leído la carta. Se acerca con una caja de chocolates en forma de corazón apretada al pecho, se ve tan linda nerviosa.
Está a pocos centímetros de ti, tranquilízate. Practica cómo aceptarás el regalo:
Claro, Dina, me encantaría probar estos chocolates.
¡Oh! ¿Para mí? Gracias.
¿Para quién son esos chocolates, Dina?
Grice sonríe cuando la rubia está frente él "Hola, Di-"
En lugar de quedarse a continuar con la conversación, ella siguió caminando, dirigiéndose hacia un joven castaño llamado Grisha Jaeger.
"Ho-hola, Grisha." Dijo ella, agachando su rostro para ocultar el rubor que se esparcía por sus mejillas.
"Hola, Dina." Grisha levanta una ceja al ver la caja rosada "¿Son chocolates?"
Estira el regalo hacia él. "Para ti"
"¿En serio? Muchas gracias" Agradeció Grisha, alegremente sorprendido por el regalo. "Sabes, Aerosmith dará un concierto esta noche. ¿Te gustaría ir conmigo?"
"Cla-claro." Respondió ella, justo antes de abrazarlo.
A una corta distancia, Grice, que observaba cuidadosamente la escena, susurró: "Maldito Jaeger."
-.-.-.-.-.-
Keith-Carla-Grisha
¿Por qué? ¿Por qué no lo ama? ¿Por qué no corresponde sus sentimientos? Bueno, no es como que se le haya declarado... aún. Solo debe encontrar el momento apropiado. Lo hará, algún día.
Si tan solo sus "amigos" de la comisaría dejaran de fastidiarlo con cosas como:
"Apuesto a que cuando te le confieses, te dirá que no."
"¡Ja! Muy cierto, cuando eso pase diré: aquí Samuels, tenemos un oficial caído."
"Samuels, aquí Williams, tenemos un 33-12: un idiota enamorado y rechazado."
Los ignora, a ellos y a las risas que provocan en la estación. No importa lo que digan, sabe que Carla lo aceptará.
"Keith, ¿me estás escuchando? ¿Qué vas a ordenar?" Hablando de ella. ¿Ordenar? Diablos, ¿qué va a decir? Su belleza lo distrae demasiado. Las palabras se quedan atrapadas en su garganta. ¡Di algo, Shadis! ¡Vas a quedar como un imbécil!
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Maldito Jaeger
HumorGrice, Keith, Willy y Jean pensaron lo mismo al menos una vez en su vida: maldito Jaeger.