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"El primer día que te vi"
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Tome el último sorbo de aquella bebida caliente que tanto me gustaba mientras me dignaba a dejar el libro que me recomendó Lisa.

Me entristecía tanto ese último sorbo de chocolate caliente, pues me lo preparé con lo poco que quedaba en el bote y Mamá me a dicho que no piensa por nada del mundo comprar más, ya que me estaba volviendo adicta y los botes de chocolate eran muy caros.
Aquello era la tortura más cruel que mi Madre podía hacerme, como se nota que me odia.

Ah, pero cuando Jisung pide nuevos videojuegos ella va con una sonrisa a comprárselos.

Esto de ser la hija mayor es lo más horrible que pueda existir, el favoritismo hacia tu hermano menor se empieza a notar y siempre le compran todo lo que pide, en cambio cuando tú pides una mísera cosa hay que rogar días,  meses , años para que te lo compren.

Agh.

Pase mi lengua por los bordes de la taza disfrutando la última chupadita de aquella bebida de los dioses, no dejaría que nada de chocolate se desperdiciara.

Y con el dolor de mi alma deje la taza sobre mi nuevo escritorio de madera blanca, que por cierto estaba muy lindo. Papá me lo había comprado nada más ayer, porque el antiguo lo rompí accidentalmente por dejar todos mis libros encima.

Pero, ¿Que sabía yo que este iba a arrasar con libros y todo?.
No era mi culpa que los libros del instituto pesen toneladas, claro que no.

(Y que el mueblucho no pueda aguantar lo que debería aguantar por naturaleza.)

(....)

Hoy era domingo, el día estaba realmente agradable.
Me agradaban los días con lluvia porque así tenía una excusa para no salir de casa con mis amigos y quedarme viendo series en mi computadora.
No es que no me gustara salir con ellos, me encantaba. Pero lo lamento, soy una chica floja y me encanta mucho más quedarme acostada todo el día.

A pesar de eso, extrañamente hoy no tenía nada que hacer, no me apetecía ver series ni leer libros, tampoco quedarme acostada.

Quería salir a caminar o a comer algo que lograra saciar el hambre que me acechaba sin piedad alguna.

Y ya que había parado de llover (o al menos no tan fuerte como antes) me pareció una excelente idea ir a un café con mi querido hermano menor.

Tratar de convencerlo para que saliera era algo fácil, le encantaba salir a caminar o a socializar, y mucho más fácil era convencerlo si le ofrecías comida a cambio.

Sería pan comido.

Cambie mis sucias pantuflas de jirafa (soy infantil y qué) por unas converses negras, pude haberme puesto las blancas pero se ensuciarían con este día y no me apetecía andar limpiándolas.
Aunque, en verdad, aquellas converses blancas de hace años (incluso siglos!) que necesitaban una lavadita, la tela blanca se había teñido de un color gris junto con algunas manchas de tierra, y ni hablar de la parte de goma..

Antes era blanca, ahora es café caca.

Pero para mi, seguían estando blancas y usables.

''Nana Coffee'' | Na Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora