CAPITULO IV

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•Narra Steve•

Al entrar a la casa mi rostro se empalidecio al ver la silueta de aquella rubia mujer, mi corazón se paralizó, tantas cosas pasaron por mi mente, no lo podía creer, ¿Que hacia ella aquí?. Si, todo eso pensé en solo dos segundos, y lo único que se me ocurrió decir fue: -¿Qué haces aquí?-

-Lo siento por llegar así- respondió la rubia - es que Ross casi me atrapa no sabía dónde más ir, sé que es peligroso venir acá, pero me percate de que nadie me siguiera.

- Y cómo supiste que yo estába escondido en este lugar?- 

- Quizás no eres tan bueno para esconderte Rogers- dijo natasha con un tono de desagrado y con la mirada algo triste, molesta y confundida, tomando las bolsas que traía yo en las manos para llevarlas a la cocina y mirándome con esos ojos de color esmeralda penetrando hasta lo más profundo de mi ser.

Yo aún no reaccionaba de mi sorpresa, ahora no solo tenía una rubia viviendo conmigo, si no dos!

•Narra Sharon•

Tenía muchas ganas de ver a Steve, después de aquel beso que nos dimos antes de que comenzará esa guerra absurda entre los vengadores, mi corazón ya lo tenía claro, él es el hombre que soñé, por el cual yo daría mi vida, eso lo tenía claro, así que pase todo un año buscándolo, me costó, me costó bastante, pero al fin di con su paradero y sin pensarlo dos veces fui hasta el lugar donde se encontraba, un pequeño bosquesito en Etiopía era su guarida. No sé porque él tuvo la osadía de besarme, pero lo descubriré, quizás solo fue agradecimiento o quizás no, pero de todas maneras iré hasta el para que mirándome a los ojos me diga que no sintió nada o aún mejor me diga que sintió Miles de cosas al igual que yo, no lo sé pero correré el riesgo.

Al llegar a la cabaña me percate que Steve no se encontraba, así que tuve el atrevimiento de entrar a esperarlo, estuve como una hora allí, hasta que sentí la puerta abrirse, me levanté con una sonrisa, estaba dispuesta a salir a abrazarlo, tenía muchas ganas de hacerlo, ya que desde el día que sus labios rozaron los míos no dejaba de pensar en Steve, me imaginé mi cuento de hadas en la mente, sabiendo que Steve era todo un príncipe, y no por su belleza si no por su atención, modales, cordialidad, valentía y todas esas cualidades que el líder de América posee.

Mi sorpresa fue que al abrirse la puerta, primera imagen que ví fue de ahora una rubia Natasha, mi corazón se paralizó no sabía qué hacer, ni dónde meterme, lo único que pensaba en ese momento es ¿ En qué hacia ella aquí.?

Cuando Steve preguntó el motivo por el cual me encontraba en este lugar, mi mente quedó en blanco y una mentira salió de mis labios, no sabía porque mentí o bueno si lo sabía, es algo obvio.

•Narrador omnisciente•

Varios minutos de un silencio incómodo penetraban el interior de aquella cabaña en medio de la nada, hasta que la rusa corto el silencio preguntando cómo había estado la rubia en esos dos años que habían pasado.

-Bien, nunca imaginé vivir así, pero he sabido ocultamiento bien-

Steve sintió algo de culpabilidad al escuchar las palabras de aquella mujer.

-Espera, pero no también porque hace unos minutos dijiste que casi daban con tu paradero- Respondio la espía con una mirada de extrañeza.

♡Siempre has sido tú♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora