La chica se limitó a sonreír mientras bailaba con el apuesto hombre, deleitada por la dulce y potente fragancia que llevaba. Siempre había pensado que el perfume de los caballeros no tenía comparación, no importa cuál fuera el que se te ocurriera inhalar. Siempre sería un aroma exquisito, era cómo droga pura para ella. Y la castaña no sólo se deleitaba por la droga, también por él portador de ella.
—Evans.. No es un nombre tan común por aquí —Comenta Annie con curiosidad. Algo impaciente también por entablar palabras con su compañero de baile. Y él, más que escuchar la música que seguía y bailaba, prefería intentar concentrarse más en otro tipo de música, que para él, era la voz de aquella hermosa chica. Su voz era tan melodiosa, con un tono medio pero también femenino que lo cautivaba de manera sorprendente.
—¿En algún momento mencioné qué yo era de aquí? —Dijo elevando una divertida y seductora sonrisa ladeada. La chica levantó una ceja dándose cuenta de que su suposición de que él era de esa ciudad, o por lo menos cerca, era errónea.
—Disculpeme por mi pensamiento tan apresurado, si no es así —dijo de lo más divertida imitando la manera educada en la que él hablaba.
—Tranquila hermosa dama, que antes de hablar, usted ya ha sido disculpada —dijo siguiéndole el juego.
Hace una mueca pensativa— La verdad es que eres una buena compañía cuándo no intentas culparme de tus tropiezos, Evans.
—Digo lo mismo de ti, dulzura.
—Te dije mi nombre para que supieras cómo referirte a mí, eh.
—Te halago casi cada vez que me dirijo a ti, porque eres una de las jóvenes mas hermosas que he visto, y soy una persona sincera—asegura de una manera que logra embelesarla.
—Diría gracias, pero estoy consciente de lo hermosa que soy. — habla muy segura clavando su mirada en la de él— Así que has visto muchas chicas hermosas cómo yo, ¿eh?.
—Pues sí, con mis años he visto algunas.
—No me digas que eres uno de esos hombres mayores que hacen infinidades de cosas para verse más jóvenes—Dice un poco dudosa— . Y así lograr aprovecharse de adolescentes hermosas —Termina de decir con cierto ego y diversión.
A él hombre le causaba mucha diversión las especulaciones tan fueras de lugar de esa joven chica— No Annie, no tengo tantos años, estoy en lo que se dice la mejor etapa de la vida, tendrías que dejar de ver tanta televisión. Estamos en la vida real y no en un mundo ficticio, hermosa.
La chica suelta una carcajada y en vez de responderle al caballero, se dedica a dar una vuelta y pegada al hombre, menearse al ritmo de la música. Él hombre traga en seco, pero sigue bailando, decidiendo seguir el juego que Annie comenzaba. La chica estaba muy concentrada bailando, con sus intenciones de provocar a su acompañante, pero aún con eso y la alta musica del lugar, pudo sentir el sonido de su teléfono avisándole que le había llegado una notificación. Busca el aparato en el bolsillo derecho de su chaqueta. Lo revisa y abrió los ojos sorprendida cuándo logra ver el nombre del contacto en su pantalla, era un mensaje de su “dulce" madre.
“Son las 3 de la mañana, ¿dónde rayos estás, Annie Elizabeth?. Te quiero aquí en menos de 20 minutos, si no, atente a las consecuencias".
—¿Te encuentras bien, Annie?—le pregunta con el ceño fruncido.
—Sí, me encuentro bien, Evans.
—¿Entonces, me dirías que sucede? —dice realmente curioso.
—Te lo resumiré. Ando escapada y extrañamente, me acaban de descubrir.
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Mismo Nivel
Romance"¿Qué es un reto?, se podría decir que es una competencia y cómo en toda competencia el ganador obtendrá una recompensa". Annie Cooper; lucha por lo que desea, hermosa, inteligente, coqueta, aunque su rebeldía no tiene límites y su poca clase no di...