Little Birdie.[5]

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—Cuando des tu primer beso, asegúrate que en sus ojos este el mismo amor que tú le profeses.

Ciertamente no fue el mejor consejo cuando segundos después se inclinó ante mí y conectamos nuestros labios. Mi primer beso era cálido, tan solo trataba de un toque delicado y sus labios se mecían guiándome con paciencia.

Aunque sus labios me pertenecían en ese momento sabía que en su mirada el nombre de alguien más estaba escrito.

Sabía que ese beso no duraría por siempre, sin embargo me tome la libertad de saborear mis propios labios al final de aquella caricia.

—Lo siento, Jonny. —dejo de sostener mis mejillas y se alejó, no fue la última vez que lo mire, aunque si la primera que le vi llorar con un corazón roto.

Días después Thom se fue, Michael le acompaño a la estación yo no quise acercarme por más que mi madre me animaba a hacerlo.

Note lo rosado en las mejillas de Thom, sus labios incluso lucían brillantes, en ese momento no tenía idea alguna del porqué de su apariencia; aunque de algo podemos estar seguros, hay algo especial que solo se regala una vez cuando eres joven y estás enamorado...

Se dice que solo te enamoras dos veces, de tu alma gemela y del amor de tu vida y mientras veía a aquel chico alejarse y por última vez cuando nuestras miradas conectaban el mundo no se detuvo.

También dicen que si amas verdaderamente a alguien le dejaras ir, y en realidad no fui el único que lo dejo ir, podía ver a sus padres despidiéndose, a Michael abrazándolo y yo estaba de pie, con mí ser clavado al suelo.

Entonces supe que Thom no era mi alma gemela.

A ella la conocí en un anochecer de verano, su vestido era comparable con espuma de mar siendo reflejado contra un abrazador fuego, su cabello castaño y las pecas espolvoreadas sin cuidado alguno por su cuerpo atraparon mi alma.

Con ella descubrí la razón por la que tu mirada es brillante y tus labios rojos. Con ella festeje ser padre a los 27, estaba decidido a compartir mi vida acariciando sus labios en un buenos días.

Todos podemos enamorarnos por segunda, tercera e incluso por décimo sexta, aun con 27 años, Thom, ese chico estaba en mi mente como algo indescriptible, tan solo era la silueta de quien pudo ser el amor de mi vida, aunque en realidad él solo fue mi primer amor primerizo, mi primer beso.

Creo firmemente en que después de un final triste puede haber uno mejor esperando en silencio.

Por lo que quizá, en otro mundo, en otro tiempo probablemente hubiéramos estado juntos.

Nunca supe donde termino aquel chico, nunca me llego alguna carta y tampoco fue necesario que lo hicieran. Tres años después de su partida Michael conoció a alguien con quien hasta el día de hoy comparten sus alegrías.

La segunda vez que lo conocí, él estaba perdido tras un estante, mi mirada se desvió a su silueta calmada que buscaba entre sus bolsillos. Supongo sintió que lo observaban porque sus ojos se encontraron con los míos y me sonrió.

Sonrió y el destino decidió que eso sería la despedida, no me acerque y él tampoco lo hizo. Cuando un hombre se paró en la puerta llamándole, meció su mano en señal de despedida y camino hacia él en medio de sonrisas.

—Temía que te hubieras vuelto loco en medio del pasillo.

—No te preocupes, Ed, encontré lo que buscaba.

No giro a mirarme pero adivine que se refería a mí y esta vez fue la última que aprecie su sonrisa con total detalle.

Heart's a mess.(Thom Yorke/Jonny Greenwood)Where stories live. Discover now