Capitulo 1

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Inglaterra, Octubre 1943

Los hijos de la respetada familia Kirkland miraban por la ventada la llegada de los coches de los altos mandos que avanzaban camino a su casa, apenas se notaba su luz por la gran espesa niebla.

Los coches se detuvieron en frente de la casa Kirkland, el soldado Jones bajó del coche junto con sus compañeros admirando el lugar. El Sr. Kirklan contemplaba lo que pasaba en sus tierras. Era más bien un castillo que una casa construida al estilo baronial escoces, un tesoro de sus ancestros que fue entregada de generación en generación.

- Unas buenas noches Coronel - se presentó un soldado al Sr. Kirkland - perdone si lo molestamos

Kirkland devolvió el saludo con posición de firmes, hablaron por unos minutos y dejaron atrás a los demás entrando a un cuarto. La familia Kirkland no entendía que estaba pasando y menos el pequeño Peter ellos se fueron de la ciudad para dormir más tranquilos sin temer que en una de esas noches les cayera su casa encima por un ataque alemana. 

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- No entiendo para qué quiere el ejército nuestra casa - dijo la Sra. Kirkland. Sus cinco hijos los miraban atentamente para saber la respuesta del mayor sobre todo más Arthur quien dejo a un lado el periódico que hablaba los últimos acontecimientos de la guerra en la capital.

- Son órdenes de mis superiores, para no incomodarnos mucho por su presencia y no estorbarlos, tendremos que trasladarnos a la casa del jardín por unos pocos meses, puede que todo esto termine en navidad

-¡UNOS POCOS MESES! Esa casa es diminuta, solo tiene tres dormitorios y un maldito pequeño baño - dijo desesperada la Sra. Kirkland, se quedó por unos segundos callada y recordó una cosa - Pero eso significa que tú y yo tendremos que compartir un dormitorio.

- Somos un matrimonio Dayana, si se te ha olvidado te recuerdo que estamos en guerra, tenemos que hacer sacrificios.

La Sra. Kirkland se sentó rendida tomando una taza de te

- Espero y tengas razón, ¿qué dice en el periódico, algo bueno crees que termine pronto? - pregunto a Arthur quien había retomado la lectura.

- No lo sé, no hay mucha mejora - le respondió tranquilo, dudando que enserio esto terminaría pronto, pero en los periódicos hablaban de las grandes pérdidas inimaginables de ambos bandos y sin hablar de los civiles, estaba preocupado por su hermano Scott, desde que inicio la guerra fue reclutado, ahora que lo recuerda tiene mucho que no recibía una carta de él.

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Arthur junto con su hermano menor salieron del comedor para ir a recoger sus cosas de sus habitaciones para mudarse a la casa de su patio, a Arthur no le molestaba y menos si su cuarto fuera pequeño y lo compartirá con sus hermanos.

Al tener todas sus cosas listas Arthur bajaba con cuidado las escaleras para no caerse (que por cierto tenía más libros que otra cosa) y sin darse cuenta choco con un soldado haciendo que se cayeran todos sus libros

- ¡acaso no vez! - grito muy molesto Arthur, sabiendo que tenía una parte de la culpa pero aun así la otra persona también se tenía que haberse fijado

- perdona no me fije - los dos se agacharon para recoger los libros y meter las cosas que habían salido de la caja - déjame ayudarte a llevar esto

-No es necesario puedo yo solo

- eso no es nada cool

- No quiero nada que provenga de un americano, no entiendo por qué pedimos tu ayuda nosotros estamos bien sin ustedes – dijo con disgusto, levantándose con sus cosas y retirándose del lugar

- Je, tenía que ser inglés, ahora entiendo las bromas de mi madre – camina apresuradamente sin hacerle caso a su amigo – aunque me rechaces nunca ignorare a alguien que necesite ayuda – alegremente le quita sus cosas – soy el teniente Alfred Jones un gusto conocerte

Arthur no creí lo que escuchaba ¿Teniente? Como es que este mocoso tiene ese título a tan corta edad. Sin darse cuenta ya estaban en la casa del patio, subieron las escaleras, Alfred solo seguía a Arthur a donde estaba su habitación, al abrir la puerta se encontraron con Alice y Peter ya dormidos.

- Puedes dejarlos aquí abajo, mañana acomodare todo - dijo susurrando 

- perdona por tomar su casa

- no te preocupes, esas son ordenes de los superiores, ni mi padre se puede negar – contesto mientras salía de la habitación – y gracias – susurro – mi nombre es Arthur, Arthur Kirkland

- Arthur he... espero que nos hagamos amigos pronto

- eso lo dudo

- jajajajajaja eso ya lo veremos - se despide, Arthur lo mira partir y cuando estaba por cerrar la puerta escucha la voz de Alfred – duerme bien Arthie

"¡¿Cómo se atreve a llamarme de ese apodo, ni mis hermanos me dicen así?!"   

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No se por que comencé con otra historia si ni siquiera estoy a la mitad de mis otras historias y que creo y siento que son un asco.

Pero lo que si se es que esta historia como las demás avanzaran muy lentas, motivo, estoy en mi ultimo semestre de la universidad ademas que tengo que hacer mi tesis :'( 

esta historia se me ocurrio por una materia que no tiene nada que ver con historia, era la materia de derecho laboral (bueno, creo que un poco) y hablamos de la "revolución cartista" y así fue como empezó todo

bueno a ver cuando y subo otro cap 


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⏰ Última actualización: Apr 24, 2019 ⏰

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