ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

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Los días fueron pasando y con ellos retornaron los temores y angustias del joven Min. La orden que le había dado su padre tiempo atrás parecía sencilla de cumplir sin embargo ahora resultaba hasta imposible, había intentado un centenar de maneras y aun no lo lograba empezaba a sentirse completamente frustrado y asustado por su madre, del éxito de la misión dependía su bienestar. YoonGi se había puesto taciturno y callado al extremo, únicamente salía de su ostracismo cuando el bello castaño de ojos avellana aparecía. Lo seguía, lo asechaba buscando la forma de acercarse y lanzarle el anzuelo. Pero el alto castaño era esquivo y eso lo hacía aún más deseable para el pelinegro pálido.
- Hola Kim ¿Mucha tarea de química? He escuchado que en esa clases eres un asco- bufo irónico con una sonrisa
- Muérete- le escupió el chico, furioso porque el pelinegro le sacara en cara sus fallas
- Hey, tranquilo… solo quería ofrecerte mi ayuda.  A mí siempre me fue muy bien en esa clase
- ¿A si eh? Entonces, ¿Por qué el profesor Lee nunca te ha invitado a participar en el equipo de competiciones o siquiera a sus cenas de evaluación? ¿Estás perdiendo el don Min?- rebatió con una mueca entre irónica e inocente
- Solo quería ser amable contigo Jin- dijo molesto. No le gustaba que lo criticaran. El castaño no sabía por lo que él estaba pasando.
- No necesito tu amabilidad. Además, sé que tú nunca haces nada sin esperar algo a cambio. Yo no estoy en oferta Min. Búscate a otra víctima- El chico tomo el libro por el que había ido y desapareció detrás de la puerta de la biblioteca.
Esa escasa conversación con el castaño lo dejo plantado al piso. El chico Kim lo había rechazado sin miramientos y sin rodeos. Eso le hizo sentir una rabia que solo el secretario de su padre con sus idioteces le provocaba.
- ¿Qué se cree este tonto? Nadie rechaza a Min YoonGi- dijo furioso, él había decidido en ese instante proceder de otra forma. Le haría saber al castaño lo que estaba perdiendo.
Esa misma noche antes que sus compañeros se fueran a dormir y abandonaran el lobby YoonGi rodeo a la pobre y ansiosa Lisa y la beso delante de todos, sobre todo quería que cierto castaño lo viera, coqueteo descaradamente con la pelirroja y la derritió susurrándole cosas al oído. La mitad de los presentes le lanzaban miradas mortales a la chica pero SeokJin no movió ni siquiera un musculo. Solo continúo mostrándoles a sus amigos una bonita pulsera de plata con adornos delicados que había llegado a su cama y según había descubierto un chico del sector B se la había dejado junto con una nota que había enternecido y divertido su corazón.
Más tarde ya en su habitación, el joven Min no podía controlar su rabia. Un estúpido chico B se le estaba colando en su juego y según había notado por la sonrisa colorada del castaño estaba ganándole la partida. Eso no podía continuar así pensó YoonGi.
Era de esperarse que en algún momento SeokJin aceptara alguna clase de acercamiento, pues era más que sabido que el castaño se cargaba una gran belleza pero sobre todo era como un imán para quien se le acercara debido a que era completamente amable y cálido con todos, siempre dispuesto a ayudar y dar un abrazo a quien lo necesitara, bueno casi todos, sabemos que con cierto pelinegro esto no pasaba. El punto es que nunca acepto regalos ni invitaciones, siempre rechazaba amablemente a sus pretendientes, cuál es el motivo se están preguntando y es bastante simple en realidad y los que conocían a Seokjin sabían que él esperaba a su príncipe azul de brillante armadura que estuviese dispuesto a luchar por sus ideales pero sobre todo hacerlo a su lado, esperaba a ese chico que le diera un amor de cuentos y llenaran entre ellos cada espacio que podía haber en el otro, él estaba dispuesto a esperarlo, quien podría intentar hacerlo entrar en razón si esto para él era su pensamiento más arraigado, quien podría culparlo si todos inconscientemente o no tanto también anhelamos un amor sincero que nos llene.
Este pelirrojo parecía ser todo lo que alguna vez busco, ese príncipe no era otro que Jung Hoseok, Jin luego de descubrir quién era, lo busco para devolverle la pulsera pero como estaba en una práctica de baile no quería interrumpir y solo se quedó observándolo, ahí pudo conocerlo mejor, como era solidario y servicial con sus compañeros, paciente al explicarles tranquilamente los pasos que parecía que no iban bien del todo, siempre con una sonrisa y lleno de positividad justo lo que el castaño creía que ya no existía en una persona, completamente distinto al pelinegro gruñón y arrogante. Mayor fue su sorpresa cuando el pelirrojo tímidamente se acercó a SeokJin terminada la práctica y le pidió que antes de que le regresarle el regalo que le había hecho (pues sabía que seguramente a eso había ido el castaño) aceptara tomar con él un café, solamente eso un café le había dicho Hoseok con una carita tierna y ojitos brillantes y luego aceptaría su rechazo. El castaño no pudo resistirse a sus ojos suplicantes ni menos a la sonrisa más grande y esperanzada que le había lanzado, después de todo solo es un café pensó.
Habían quedado de verse en la entrada de la cafetería del instituto luego de clases y hacia allí se dirigía Seokjin con un una cazadora color amarillo mazorca y un gorro azul marino regalo de su abuela, una palabra para describirlo sería adorable, realmente adorable, esa combinación a pocos le quedaría bien pero a él se veía sacado de la pasarela y a la vez completamente tierno con su nariz algo rosada por el cambio abrupto de temperatura, decidió llegar unos minutos antes y comprobar la puntualidad de Jung pero la sorpresa se la llevó al llegar y verlo ahí ya esperándolo, lo esperaba con algo que parecía ser una pequeña caja, ya no con ropa deportiva que esta mañana llevaba, ahora tenía unos jean negros, una remera blanca y un abrigo militar con bordados dorados alrededor, combinaba completamente con el color de su cabello, se veía realmente guapo, el castaño se sonrojo luego de que el pelirrojo posara su mirada en el y lo mirara como embobado.
Su primer encuentro resulto fuera de lo común y a Jin le había encantado que Hoseok le pidiera caminar en lugar de ir por el dichoso café y es que caminar cuando hace algo de frio verdaderamente le encantaba, el viento no tan frio chocando en su rostro y la libertad, caminaron por el campus y como si se conociesen desde hace tiempo hablaron de todo y de nada, contaron chistes y ambos parecían entender el humor del otro, tal vez demasiado parecido. Nuestro castaño descubrió que podían hablar de temas profundos y siempre encontrar una respuesta ingeniosa y madura, a la vez podían reírse de algo tan simple como un ataque de hipo y hasta armar un juego con ello, se sentía seguro y en confianza. Habían corrido gritando ambos posteriormente de que los patos de la laguna los atacaran luego de que mencionaran algo sobre omelets, desde cuando son tan susceptibles los patos, ya no aguantan ni una broma había dicho el pelirrojo luego de recuperar algo de aire y se tiraron al suelo a reírse manchándose la ropa, nada importo, la pasaron realmente bien. Sin duda Jung Hoseok podría sacarle una sonrisa hasta a un árbol y con su personalidad brillante llenaba cada hueco de incomodidad que podía surgir. Cuando fue lo suficientemente tarde y el frio iba aumentando lo acompaño hasta la puerta de su edificio.
- Fue una gran salida, gracias por aceptar pasar la tarde conmigo SeokJin y no tomar ese café
- Nunca me había divertido tanto, eres realmente entretenido- dijo el castaño sonriendo cálidamente
- Por cierto, mi tía me envió demasiados chocolates la semana pasada y pensé en traerte algunos, pero si no los quieres está bien deben estar algo aplastados por lo de hace rato- mostro la cajita que guardaba en su bolcillo
- Muchas gracias Hoseok, voy a disfrutar de ellos
- SeokJin yy yo yo…- tartamudeo el pelirrojo acariciando su nuca algo apenado e indeciso
- Dime Jin por favor Hoseok- sonrió- así quiero que me llames, así me llaman mis amigos y mi familia.
- ¿Somos amigos?.. digo ¿puedo ser tu amigo?... ¿Eso quiere decir que podre invitarte otra vez a salir y no me regresaras la pulsera?- dijo emocionado con una sonrisa brillante, dando pequeños golpecitos a sus dedos
- Algo así- le guiño coquetamente y a la vez ruborizándose
Para su desgracia o no tanta una ráfaga de viento helado paso entre ellos, lo que obligó al castaño a estremecerse, y al pelirrojo a acercarse rápidamente y acomodarle su gorrito delicadamente para poder cubrirlo un poquito más quedando bastante cerca, se miraron e inmediatamente sus mejillas se tiñeron de carmesí, nerviosos se alejaron con mariposas en sus estómagos revoloteando. Se despidieron no queriendo hacerlo y el castaño entro a su edificio, definitivamente este chico parecía ser lo que tanto él estaba esperando, deseaba conocerlo más. Poco duro su dicha sin embargo cuando el pelinegro entro en su campo de visión y beso a su amiga, por qué se sentía así?, había pasado una tarde perfecta pero aun así este tonto lo hacia enfadar.
Al día siguiente el pobre muchacho pelirrojo llegaba a la enfermería luego de que una cuerda de guitarra se cortara misteriosamente y lastimara su brazo, muy misterioso verdad? Justamente había pasado en la clase de música que compartía con un pálido pelinegro… verdaderamente muy misterioso
- ¡¡¡¡TU!!!!- le grito el castaño al ver a YoonGi llegar muy sonriente y relajado al lobby
- Kim, vaya.. pensé que no volverías a dirigirme la palabra- le dijo burlón
- Fuiste tú. No lo niegues. Tu hiciste todo eso, querías lastimar a Hobie- los ojos avellana del chico parecían una marejada en tormenta
- ¿De que hablas?- dijo poniendo su mejor carita inocente
- No te hagas Min. Te conozco. Sé que le diste la guitarra que tenía las cuerdas gastadas porque tuve una cita con él y porque estas furioso de que yo te rechazara
YoonGi hirvió de inmediato, se acaba de enterar de que habían tenido una cita, eso era demasiado. Lo tomo del brazo y lo acerco todo lo que pudo, sus rostros quedaron casi tocándose y él con furia clavo su mirada de hielo en los impresionados y algo temerosos del castaño
- Mira Kim. Creo que te estas vanagloriando muy rápido. No pienses que tienes el mundo en tus manos con solo mostrar tu cara de cachorro inocente porque no es así. Baja de tu nube, yo no necesito andar celando a chiquillos inseguros que no pueden ver lo que está ante sus ojos. Escúchame bien, tengo a la persona que se antoje y tu… tú ya perdiste tu turno- lo apretó más y luego lo soltó brusco para irse altivo a su cuarto. SeokJin cayó al piso no porque el pelinegro empujara, sino porque su corazón empezó a saltar de su pecho, la cercanía en la que estaban, todo había hecho que sus piernas se ablandaran y ahora no pudieran mantenerse de erguidas dejándolo caer.
Pasaron varios días y YoonGi no volvió a mirar ni a hablarle al castaño. Estaba furioso de que le provocara esa sensación tan extraña y molesta que no lo dejaba pensar bien. Estaba ofendido de que rechazara su compañía y aceptara la del tal Hoseok, pero sobre todo lo cabreaba que SeokJin estuviese tan seguro de que lo atraía tanto. Estaba enojado, sentido, celoso, ofuscado.
Pronto los miedos volvieron a rodearlo. Unos matones lo habían arrinconado para obligarlo a decirle el plan que estaba tramando y que los llevara a cabo lo antes posible, el tiempo se le acababa, fue constantemente acosado por amenazas y escrutinios. Solo en la noche podía obtener algo de paz y sin proponérselo su mente le ponía ante los ojos el rostro delicado y furioso del castaño.
- Como si no tuviera suficientes líos vienes a perturbarme Kim- Susurro una noche en que no podía dejar de pensar en él. Más, se dejó llevar y sonrió cuando la carita enojada de Jin se le paseo de un lado a otro.

ALEJATE AMOR (YoonJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora