Ardilla y Lobo ⇢ ChenMin #Omegaverse.

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Era una tranquila mañana de otoño cuando MinSeok salía de casa con una gran sonrisa, todas las mañanas él omega salía a dar clase en una enorme preescolar, como omega su trabajo estaba limitado a ciertas profesiones así que optó por ser maestro de preescolar. Le agradó mucho la idea cuando estaba viendo las listas de profesiones en las que él podía graduarse aunque lo consideraba muy discriminatorio para los de su rango, pero de cualquier manera estaba contento con su trabajo.

MinSeok era un omega soltero que le encantaba su vida así, además tenía a una gran familia numerosa a la cual ayudar con los gastos. Era de los pocos omegas que a pesar de tener entre los veinticinco y treinta años que no había sido marcado o sin haber estado con un alfa, raro caso pero no imposible. Con el paso del tiempo y las demandas los supresores se fueron modificando para hacer menos daño a los omegas porque claro, con el paso del tiempo los omegas buscaban ser mejor tratados, sumando el hecho de que no querían estar ligados a alfas que se aprovechaban de sus celos o ser abusados por ellos.

MinSeok caminó a su auto, era un Mercedes Benz uno muy lujoso siendo de toda la familia pero preferentemente él lo usaba debido a que así no correría peligro estando en algún metro o en el transporte público. Una vez llegado al preescolar estacionó su auto en el estacionamiento exclusivo para profesores, sus alumnos le adoraban y más de un alfa viudo le coqueteaba, claramente los rechazaba. Se puso una bata con jirafas estampadas, era para darle más confianza a los niños, era algo que todos los betas y omegas hacían. Los niños guardaban silencio cuando él entró a su salón esperando ansiosamente la lección del día.

Su jornada de trabajo terminaba hasta las dos de la tarde y había veces en las que el omega se quedaba hasta tarde buscando algunos libros para mejorar la lectura de sus pequeñines. Tal vez la siguiente clase les cantaría un poco para que los niños aprendieran el abecedario un poco más rápido. Y ahí estaba en la biblioteca siendo las dos con cuatro cuando llevaba algunos libros en el pecho. Pronto un aroma muy conocido, pero al mismo tiempo demasiado masculino apareció, era una mezcla de madera y tabaco, este último no tan intenso detrás de él mientras MinSeok se ponía de puntitas para tomar un libro.

—¿Necesitas que te ayude? —decía el alfa de nombre JongDae, MinSeok sintió el aliento en su oído.

—Sí por favor —se alejó del alfa lobo con todo el cuerpo estremecido.

MinSeok estaba enamorado de aquel alfa, pero JongDae era un depredador y él una presa, además el alfa estaba todavía recuperándose de la pérdida de su omega y su cachorro. Entre ellos no podía haber nada claro y eso le entristecía.

—Aquí tienes —le entregó el libro con una sonrisa.

Su sonrisa tenía una preciosa forma felina, estaba tan halagado porque JongDae le dedicaba un gesto de felicidad. Desde que el omega murió junto con su cachorro el hombre se encerró en una coraza impenetrable.

—Quería saber… ¿tienes tiempo para comer conmigo? —JongDae preguntó, JongDae no era ningún profesor, más bien, era el que daba grandes donativos a diversas instituciones y él se encargaba de revisar si su dinero se utilizaba de acuerdo a lo estimado.

En una de sus supervisiones conoció al omega cuando este se tropezó con unos botes de pintura y posteriormente se hicieron más conocidos a medida que el alfa visitaba constantemente aquel instituto.

—¡Sí! Digo, claro tengo tiempo —escondió su emoción.

JongDae estaba complacido ante la respuesta. JongDae se sentía demasiado atraído por MinSeok

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