Xiao LuHan
6:30 PM.
Sehunnie~, lamento molestar tanto pero... ¿podrías venir por mí a mi trabajo? Perdí el autobús que me llevaría a casa y no vendrá otro hasta dentro de dos horas. ¡POR FAVOR, NO ME ABANDONES AQUÍ! TTTTSeHun rodó los ojos al leer el mensaje que aparecía en su pantalla y no entendía cómo es que LuHan llegaba a ser tan distraído. Estaba en su negocio, el cuál no ocupaba un local enorme pero sí era lo suficientemente espacioso cómo para que su asistente tuviera su propia oficina. El ser paisajista y que fuera un trabajo poco común, le daba muchos buenos clientes lo cuál también significaba una buena paga y SeHun podía darse ciertos lujos de vez en cuando y podía ser su propio jefe.
Soltó un suspiro, y presionó un botón en su teléfono fijo para luego escuchar la voz de su asistente. Un suave Diga se escuchó en el altavoz y SeHun en respuesta, mientras se masajeaba las sienes, contestó—SeulGi, voy a salir unos cuántos minutos, en un rato más regreso. Sí DongHae llama, dile que marque a mi número personal.
Dicho esto, a las 6:33 PM, respondió al mensaje de su compañero de cuarto.
Oh SeHun
6:33 PM
Ya voy para allá, quédate en la parada de autobús más cercana a la compañía.Por supuesto que antes de dejar su oficina, apagó y encendió la luz tres veces.
Mientras iba en el coche, ya casi llegando a su destino, alcanzó a ver la diminuta figura de LuHan y a medida que más se acercaba y terminaba por estacionarse unos cuántos segundos para que su mayor se subiera, pudo notar como parecía un pequeño gatito, gatito, gatito.
La puerta del copiloto se abrió y el castaño entró al coche para luego ponerse el cinturón de seguridad.
—Gracias por venir a recogerme, SeHunnie, hoy te recompensaré haciendo la cena —comentó, dedicándole una enorme sonrisa a SeHun y este sólo suavizó su mirada pero no hubo ninguna sonrisa de vuelta —. En fin, vamos a casa.
Pero antes de arrancar, SeHun cerró sus ojos y apretó el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos —Vamos a casa, vamos a casa, vamos a casa... —repitió, intentando que los recuerdos no regresaran.
Por otra parte, LuHan lo miraba curioso, pero no dijo nada. Luego le preguntaría a su menor porque tenía ese hábito de repetir las cosas tres veces o los múltiplos de ese número. SeHun tenía que avisarle a su asistente que ya no podría regresar a la oficina porque, surgió algo importante.
Una vez en casa, aparcó el auto en su cochera y antes de bajar de este, limpió la suela de sus zapatos. LuHan por otro lado, estaba apunto de bajar del coche pero SeHun fue más rápido y lo detuvo. El castaño lo miró confundido porque el más alto de los dos, comenzó a limpiar la suela de sus zapatos.—SeHun... ¿qué estás haciendo? —LuHan se sentía nervioso al ver cómo su ajeno limpiaba sus zapatos con tanta dedicación lo cuál también terminaba por descolocarlo.
—No quiero aburrirte con los hechos, pero no me gustaría tener gérmenes ajenos a mi suelo contaminándolo. Y no es que diga que no me gusta limpiar, pero es muy tedioso —explicó aún en cuclillas para luego alzar su mirada y ver el rostro un poco confundido de su hyung —. Igual no espero que lo entiendas —y ese comentario, hizo que LuHan pensara que tal vez SeHun ha sido incomprendido muchas veces en el pasado —. En fin, ya te puedes bajar del coche.
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Compulsivo y desordenado amor. ; HunHan.
FanfictionLa vida de Oh SeHun, estaba basada en múltiplos de tres desde que tenía la edad de seis años. Disfrutaba de aquella comodidad y satisfacción de saber que toda estaba en orden, pero precisamente, LuHan era el antónimo de la palabra orden. Ruidoso, t...