Capítulo 6.

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Las alarmas no dejaban de sonar, los pasillos eran como pueblos fantasmas. Las únicas veces que me tope con alguien fue cuando los guardias intentaban someterme; sí, lo sé. Un grave error de su parte el creer que me detendrán.

Después de que mi cuerpo se regenerara por completo y volviese a colocar mis garras en su lugar, deje ir a Bob y comencé a causar tantos estragos como pudiese; asesinando y abriendome paso hasta encontrar una salida de este infierno al que jure nunca regresar. Me detuve en la esquina de un corredor en cuanto el sonido de pisadas llego a mis oídos, eran alrededor de unos cuatro, en el instante que el primero estuvo lo suficientemente cerca libere mis garras y salí de mi escondite perforando el pecho del sujeto con mi mano izquierda; tomando el impulso del empalamiento llegue al segundo acertando una patada a su rostro. Dejé ir el cadáver de mi primera víctima y girando mi cuerpo en el aire, saque la garra de mi pie derecho para cortar la garganta del tercero antes de que levantara su arma. El ultimo de ellos intentó escapar despavorido, pero solo logro avanzar dos pasos antes de que lo tomase de la nuca y estampara su rostro contra el suelo escuchando perfectamente sus huesos agrietarse. El segundo sujeto; al que había pateado y cayo al suelo se levanto e intentó atacarme, pobre idiota, aproveche su ataque para tomarlo del brazo y levantarlo sobre mi hombro arrojándolo al suelo de espaldas; aún sujetándolo del brazo me monte sobre él y se lo rompí finalizando con mi rodilla presionando sobre su traquea, sus vanos intentos por liberarse solo duraron hasta que un sonido un tanto asqueroso salio de su boca; quedándose completamente inmóvil. Debo seguir en movimiento antes de que lleguen más...





Wolverine estaba impaciente, apenas detectaron la frecuencia que usaban para solicitar apoyo, se embarcaron en el Black Bird con rumbo a la fuente; muy probablemente Laura, en un intento de dar a conocer su ubicación.

“Esa es mi niña" pensaba con orgullo el mutante salvaje ante la idea de una molesta X-23 causando problemas a los responsables de todo esto.

“¿No puedes acelerar más, ‘Ro?"

“Logan, te juro que si me vuelves a preguntar eso. ¡Te echare de la nave en pleno vuelo!" le espeto la maestra del clima ante la constante insistencia de su amante.

“Solo decía..."

Normalmente Logan no demostraría su preocupación por otras personas, pero Laura era diferente; ella era parte de él, una parte que a pesar de haber pasado poco tiempo juntos ya sentía que la conocía de siempre. Sus pasados eran igual de duros a sus propias maneras, la lucha contra lo que hicieron de ellos para recordarse que son personas y no armas o animales.

Él sabía por lo que ella pasaba porque él ya pasó por ahí. Maldición, ella era la mejor versión de él mismo que podría haber en este momento y deseaba proteger eso, darle la oportunidad de vivir; ser ese alguien por el que su madre dio la vida y le pidió cuidar.

El inmortal Wolverine, no. Logan deseaba encontrar y rescatar a su hermana, a su...





Finalmente logré orientarme en esta base de porquería tras amputarle las piernas a uno de los científicos que encontré a mi paso. Solo tenía que escapar antes de que algo más llegue a pasar.

Cuando ingresé en uno de los almacenes del área científica me detuve en seco. Mis ojos se ampliaron en gran medida, mis labios así como mis manos temblaban sin poder evitarlo; por un momento creí que mis piernas me fallarían también y me dejarían caer. Hasta donde alcanzaba la vista había contenedores con una sola descripción: Aroma Disparador.

La puerta al otro lado del almacén se abrió y quien apareció por esa puerta no fue otra que Kimura. Como siempre su sonrisa sádica acompañada de una expresión de superioridad provocaba nauseas en mi persona.

Laura Kinney: Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora