ɪᴛ's ɴᴏᴛ ᴀʟʟ ғᴜɴ ᴀɴᴅ ɢᴀᴍᴇs

It's not all fun and games.

Lance no sabe cuánto tiempo ha estado atrapado en esa estrecha y pequeña jaula, con un bozal fuertemente atado a su cara, cortando la piel de sus mejillas y del puente de su nariz. Apenas podía recordar su vida antes de que todo fuera oscuridad en esa jaula. Apenas podía recordar las caras de su familia y sus amigos. Todos fueron tomados al mismo tiempo. Una emboscada. Aunque el grupo estaba lleno de poder, sólo tomó unos pocos minutos para lograr derrotarlos.

Fueron relativamente amables con sus compañeros, tan solo los derribaron y torcieron fuertemente sus brazos hasta que ellos cooperaron. No con él, no, a él lo lanzaron al suelo y empujaron su cara a la tierra. Su cuerpo tembló con humillación mientras levantaban su cabeza y amarraban un bozal a su cara.

-¿¡HEY, QUÉ CREEN QUE ESTÁN HACIENDO!? -cuando escuchó la voz enfurecida de Shiro, sus pupilas se afilaron y arremetió contra el grupo de atacantes. Se sobresaltaron un momento pero formaron un círculo rápidamente para atraparlo adentro. Como estaban tan concentrados tratando de ponerle el bozal, todavía no habían atado sus manos, y Lance iba a tomar total ventaja de sus garras.

Un gruñido profundo escapó de su garganta y se agachó un poco mientras sus orejas y sus ojos se movían de un lado a otro rápidamente.

-Traigan la vara -uno de ellos dijo, pero él no estaba prestando atención a eso. Todos los movimientos que hacía eran imitados por alguno de los cazarrecompensas y Lance estaba desesperado por escapar. Tan desesperado que se volvió descuidado.

Dejó salir un sonido de asfixia distorsionado cuando una soga se apretó en su cuello. Sus dedos fueron hacia la soga, tratando en vano de quitarla de su tráquea. Fue jalado hacia atrás y tirado al suelo, la vara en las manos de uno de los cazarrecompensas se hundía en su cuello.

Ni siquiera notó cuándo empezó a llorar, pero las lágrimas estaban bajando por su cara y sollozos llenos de pánico estaban acumulándose en su garganta.

-¿Ves lo que te dije? Tonto, como cualquier otro animal -el líder rió. Lance lo vio con ojos acuosos.

No soy un animal

Miró a sus amigos, todos ellos sometidos de sus propios intentos de escape; todos estaban limpios, no se veían mal a pesar de sus intentos de escape y ciertamente no estaban siendo retenidos en el suelo.

¿Por qué sólo a mí?

El castaño luchó violentamente mientras estaba siendo levantado del suelo y arrastrado lejos de sus amigos, quienes estaban llamándolo y luchando contra sus ataduras, pero él fue metido a una jaula y llevado lejos.

Por el bozal dejó salir un largo y triste aullido, esperanzado en que sus amigos entendieran el sentimiento en el sonido.

Fueron unos realmente difíciles meses, dolorosos también. No creyó que se volvería muy diferente cuando pensó en ser capturado antes. Siempre tenía en mente una visión de él no rindiéndose antes sus captores, pero ese pensamiento fue olvidado rápidamente después de las primeras veces que fue castigado.

No sabía cómo Shiro había huido de los Galra como si no fuera nada. No sabía cómo fue capaz de tomar el lugar de Matt y posar toda la atención en él para que su amigo pudiera huir. Todo lo que bastó fue una buena paliza para plantar el miedo en él y dejarlo en el suelo siendo un desastre tembloroso.

Se volvió bastante dócil después de eso y la mayoría de veces fue dejado en su jaula, esperando en silencio a la hora de la comida.

Como en ese momento.

Pasaba su tiempo tarareando o cantando silenciosamente, lo que fuera para calmar la rabia que quería alcanzarlo.

Se encontró a sí mismo cantando una canción que Hunk le había enseñado justo antes de ser capturados mientras dibujaba pequeñas líneas en la tierra. Se tensó cuando escuchó algo ser arrastrado, como si alguien estuviera buscando en el botín que estaba en la parte de atrás del campamento.

Se posó en sus manos y rodillas y rápidamente se hizo hacia atrás, lejos de los sonidos de búsqueda. Sabía que no eran sus captores y no era la hora de la comida.

Lo que significaba que era un intruso.

En algún punto pequeño de su mente, esperaba que en cuanto lo vieran lo mataran. No sería tan diferente a un perro común en la calle, pero era mucho mejor que estar atrapado como lo estaba ahora.

Aunque estaba preparado para aceptar ese destino, no pudo evitar pensar en todas las cosas que se iba a perder.

Su jaula estaba siendo sacudida por la fuerza con la que temblaba y su garganta estaba ardiendo por los asustados y agudos gimoteos que estaba dejando salir. Con el sonido de su miedo, los pasos se hicieron más fuertes y rápidos. Para el momento en que podía ver piernas afuera de su jaula, estaba dejando salir gritos estridentes y estaba empujándose a sí mismo a la esquina más lejana en el pequeño espacio. La puerta de su jaula se abrió y Lance cerró sus ojos con fuerza, sus orejas se presionaban a su cabeza en sumisión mientras gritaba de miedo.

No sabía qué estaba pasando, estaba muy asustado. No sabía que más hacer aparte de gritar.

Se cubrió cuando vio una mano entrar y posarse en su cabeza con gentileza y gritó con tristeza. No quería ser golpeado de nuevo. Las manos bajaron y lo tomaron de sus brazos para jalarlo fuera de la jaula. Comenzó a gritar de nuevo, pero no trató de huir lejos de la figura, sólo habría más dolor por eso.

-Shhh, está bien, está bien ahora -una gentil y familiar voz dijo. Unos dedos pasaron por su largo cabello con delicadeza, sin importarles la grasa y la suciedad que había en los mechones. A la persona no parecía importarle los sonidos llenos de miedo que Lance dejaba salir y sólo se concentraba en reconfortarlo durante su ataque de pánico. La persona lo calmó con pequeñas palabras y Lance se encontró a sí mismo presionando su cabeza a su pecho incluso cuando gimoteaba, anhelando otra gentil caricia.

Después de unos pocos minutos pudo mantenerse en silencio; su cara aún se encontraba en el pecho de la persona. Incluso después de haberse callado, el desconocido no paró las caricias en su cabello.

-Lance, ¿puedes verme? -la persona preguntó de repente. Lance se tensó, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Conocía esa voz.

Se hizo para atrás, abriendo sus ojos como platos. Ya había parado de llorar, pero comenzó de nuevo por el alivio.

-Shiro -su voz estaba amortiguada por el bozal y Shiro se ruborizó.

-Cierto, perdón -dijo, y rápidamente quitó el bozal-. Oh, Lance -susurró cuando el bozal se alejó de su cara y dejó un poco de dolor en sus mejillas.

-¿Cuánto tiempo has tenido esto puesto? -preguntó el más alto en un susurro.

-Desde la primera vez que lo pusieron -respondió, levantando una mano para tocar sus mejillas. Podía sentir las heridas en su cara, pero no estaba enojado. Ni un poco. De hecho, su cuerpo estaba lleno de alivio y alegría.

No había respirado así de hondo desde quién sabe cuándo. Con el bozal, se sentía como si estuviera luchando para obtener aire. Ni siquiera podía explicar el terror que sintió cuando tuvo un ataque de pánico. La miserable cantidad de aire que obtenía se hizo más pequeña y Lance se quedó paralizado en el suelo de su jaula, suplicando por otra oportunidad, llorando y pidiendo que alguien le ayude con algo tan simple como tomar un poco de aire.

-Vamos, los otros están esperando -dijo Shiro, levantándose. Se inclinó, extendiendo su mano hacia Lance, el cual la tomó inmediatamente. Lo ayudó a levantarse del suelo, pero tan pronto como su soporte se fue, las rodillas del castaño se doblaron y cayó de nuevo al suelo.

-Lo siento Shiro -dijo avergonzado mientras se volvía a tratar de parar-. Debí volverme bastante patético desde la última vez que me viste.

-¿¡Qué!? ¡Lance, no, claro que no! -dijo, dejándose caer a su lado. Lo envolvió de nuevo en un abrazo, moviendo su cabeza para que ésta descansara en la curva de su cuello-. Tú eres una de las personas más valientes que he conocido, así que no te atrevas a hablar así de ti.

Lance asintió con la cabeza, las lágrimas se acumularon en sus ojos. Shiro se separó para verlo a los ojos.

-Ahora, conozco a un grupo de personas que mueren por verte de nuevo.

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Hola.

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