Capítulo 3.

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-Yo...no te estaba mirando de ninguna manera. Y, ¿que narices haces tu aquí?- dije yo bajando el tono de voz al darme cuenta de que estaba demasiado sobresaltada.
-Vivo aquí, ¿sabes? La pregunta más bien sería ¿que narices haces TU aquí?- dijo Alex girando en su silla con ruedas.

Yo me quedé pensativa. ¿Quería decir que me tocaría pasar la noche en casa de este chaval?
-Soy la niñera. - dije yo algo más calmada.

Alex soltó una carcajada.
-Joder Ana, mira que hay niñeras, y justo tenías que ser tu.- dijo Alex riéndose.
-Vale, si te molesto puedo irme. No hay problema, ya se lo explicarás tu a tus padres.- dije yo enfadada.

Perfectamente podía volver a la tienda donde hace un día trabajaba. Por mi estupendo.

Miré a Alex un último momento. El me miraba algo serio. Yo me giré y salí de su cuarto. Empecé a bajar las escaleras.

Mientras bajaba apoyaba las manos en la barandilla.

Unas manos rozaron las mías, e hizo que me detuviera. Me giré y vi a un Alex, por primera vez, tierno. Nos quedamos mirándonos, hasta que el habló.
-No quiero que te vayas.- dijo el simplemente.

Yo le sonreí, y el me devolvió la sonrisa.

Alex miró su reloj.
-Es tarde, tendrías que irte a dormir.- dijo el.
-¿Y tu?- dije.
-Yo, bueno, creo que por hoy ya he estudiado mucho, así que también me acostaré. -dijo el rascándose la nuca. -Ven. - Alex me cogió de la mano y empezamos a subir las escaleras.

Yo me detuve.-¿Donde me llevas?
-He pensado que te gustaría dormir aquí arriba en vez de abajo,en el sótano, en un simple colchón. - dijo el sonriendo.
-Ohh, no no, Rosa dijo que yo durmiera abajo. - dije apartándome de Alex.
-Ya, pero mi madre no está. - dijo el volviéndo a agarrar mi mano.

Yo miré nuestras manos. No se como, pero estaban entrelazadas. Me solté con dificultad y me metamorfoseé en un tomate. Osea, me ruborizé.
-No, gracias. - dije yo dando media vuelta. No quería que Alex viera mi cara. Bajé unas cuantas escaleras y encontré un pequeño sótano.

Estaba lleno de cajas y muebles envueltos con lo que parecía ser papel de burbujas. Al lado de la pared estaba el colchón. Respiré hondo. Olía un poco a humedad. Yo entré en la "cama”. Cerré los ojos.

Solo somos vecinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora