Capítulo 2

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- Oye, YoonGi -El nombrado ni siquiera me hacía caso - YoonGi -Nada - ¡Oye, YoonGi! ¡Maldito sordo!

- ¡¿Qué?!

- ¿Ya tienes listo el expediente que te pedí?

- Nop.

- ¿Por qué?

- Porque aún hay tiempo para entregarlo.

- ¡Pero yo te lo pedí para hoy!

- Tranquilo, no te exaltes, no deberías presionarte tanto, ¿siempre haces eso?

- Sí, ¿y qué? Yo soy tu superior ahora, debes obedecerme.

- Oh, ¿en serio? ¿Así es como le hablas a un alfa?

- Me viene valiendo lo que seas. Quiero ese expediente.

- Bien...

Así eran casi siempre nuestras conversaciones desde que empezamos a trabajar juntos. Ambos nos dimos cuenta de que no podíamos soportarnos del todo, y el estilo de trabajo relajado de YoonGi no encajaba para nada con el mío. Estaba acostumbrado a tenerlo todo antes de tiempo, y no me gustaba atrasarme. Debía ser muy eficaz.

- Mmm... Oye, creo que no traje la información -Dijo mientras reía nervioso.

- ¿Crees que es gracioso?

- Tal vez.

- ¡Agh! Dame eso, yo recabaré los datos.

Le quité las hojas que tenía en sus manos y en mi computador empecé a teclear la información.

- Sabes, no es bueno que te presiones tanto. Te podría hacer daño.

- Ajá.

Ya sabía eso. Recuerdo que una vez si tuve una visita al hospital por exceso de estrés y trabajo. Me desmayé en plena oficina antes de que pudiera terminar el caso. Aunque no lo hacía intencional, quería moderarme pero inconscientemente me terminaba presionando por mi trabajo y que saliera bien.

En general mi trabajo es poder brindar ayuda a los omegas que sufren de algún tipo de violencia. Casi siempre era por violaciones. Por eso odio más a los alfas que a los a los omegas.

Pero había veces que no había mucho que pudiera hacer, porque muchos de los casos eran causados por los instintos, tanto de alfas como de omegas. Y ahí no podía debatir demasiado.

- Vaya... -YoonGi se había acercado a mi lugar y veía lo que hacía por sobre mi hombro izquierdo.

- ¿Qué? -Dije sin dejar de teclear.

- Con este omega usaron ciertos artefactos.

- Sí ¿Y?

- Apuesto que lo disfrutó.

- ¡¿Cómo lo va a disfrutar?!

- Ahí vas otra vez a gritar.

- Lo hago porque dices cosas insensibles. ¡Imagínate! Que te aten y metan cosas extrañas en tu cuerpo. Ha de ser horrible.

- No si tienes el consentimiento de tu pareja -Dijo muy cerca de mi oído.

Un escalofrío me recorrió entero, me gire a su rostro y para mi desgracia estábamos muy cerca. Sin querer olvidé lo que iba a decir.

- ¿P-por qué alguien querría hacer algo así? -Fue lo primero que se me vino a la mente.

- Porque sería interesante. Imagina a tu pareja vulnerable, a tu completa disposición -Decía mientras acariciaba mi cabello - Totalmente a tu merced, -Susurró en mi oído - temblando de miedo y completamente sumiso.

Alfa, omega y... ¿Beta? 【 YM 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora