No tires más, lo vas a romper #0

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Pensé durante demasiado tiempo que la vida se estaba riendo de mí. En esa época yo no era más que un pobre chico rebelde perdido en un laberinto, con la esperanza de encontrar una salida que siquiera había sido colocada en el lugar.

Incluso si no había nada que causase ese estado, nada que pudiese tocar; que pudiese palpar; que pudiese hacer responsable de mi sufrimiento, simple y llanamente estaba confuso. Aturdido de mí, de mis propias emociones, del mundo; pero, especialmente, aturdido por él.

Apareció en mi vida de forma fugaz y la trastocó de principio a fin. Me hizo daño desde su primera sonrisa hasta su última lágrima, me hizo daño la primera vez que me saludó pero más daño me hizo la última vez que se despidió, porque pareció que esa era, al fin, después de demasiadas tentativas, la definitiva. A razón de eso, todo lo que sucedió entre una cosa y la otra dejó de tener importancia.

Debía tener veintiún años cuando todo aquello ocurrió. Es difícil ponerle fecha, es difícil ponerle número, lo único que logro recordar con una nitidez que duele es la forma violenta en que mis piernas temblaban sin control. Sabía perfectamente que si seguía corriendo más temprano que tarde terminaría cayendo al suelo sin remedio, pero no podía detenerme, mi cuerpo se negaba a hacerlo. Había una inercia demasiado fuerte empujándome hacia adelante. No obstante, no hablo de nada físico, esa inercia salía de mí. Mi corazón golpeándome las costillas con violencia impulsaba mis pies hacia adelante con la misma agresividad.

Ojalá pudiese correr más rápido, era lo único que repetía mi cabeza. A ratos pensaba que caminaba en círculos, que estaba perdiendo el tiempo. Sin embargo, de pronto una figura conocida, de espaldas, se mostró ante mis ojos y, deteniéndome en seco, comprendí que aquello había sido de todo menos en vano.

Debió escuchar el estruendo que causaban mis pasos sobre el pavimento mojado, mi respiración agitada por encima de las gotas de lluvia que impactaban contra mi cuerpo y su paraguas. Debió hacerlo, porque a pesar de detenerme a tres metros, quizá cuatro, de él, se dio la vuelta con calma y sus ojos y los míos se encontraron.

Solo quise huir de allí, mi cuerpo se tambaleó por la ansiedad.

Yo estaba empapado. La lluvia había conseguido dejar tan mojada mi ropa; mi piel; mi pelo, que el frío calaba hasta los huesos de forma casi insoportable. No obstante, eso no importaba, no importaba cuando se disimulaban mis lágrimas entre las gotas que se desprendían del cielo. No importaba porque tenía los pies atornillados al suelo mientras él me observaba en silencio, con sorpresa que contrastaba con el terror que mis facciones expresaban.

Vi dibujarse algo en sus labios, creí que mi nombre. No obstante, después de eso de forma súbita la adrenalina bajó en picado y sentí mi cuerpo entumecido tras haber chocado con algo. Sus pasos corriendo. Mis párpados pesados cerrándose. Él chillando mi nombre.

Todo se volvió negro.

Uy, qué bonito, si publico algo al fin más allá del wonkyun y de los oneshots, qué milagro es este¿

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Uy, qué bonito, si publico algo al fin más allá del wonkyun y de los oneshots, qué milagro es este¿

Espera, ese no era el tema, empecemos de nuevo...

¡Hola a todo el mundo! Nadie entiende qué ha pasado aquí. Lo sé. Es normal, es parte de la gracia. Hay que leerse el resto del AU para eso¿

En fin. Escribí esto en febrero para el cumple de una amiga, era de bts, un 2seok y ahora... well, a finales de octubre como estamos he decidido adaptarlo y convertirlo en uno de mx porque, why not.

Qué añadir... no hay mucho que decir,  tbh, simplemente espero que os quedéis a leerlo hasta el final, que os guste, que sepáis la caja de comentarios está abierta para dudas o para lo que sea, blablabla... todo eso

Chao chao ♡♡

Deshilachando vínculos » Wonheon. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora